Laguna San Diego (Samaná, Caldas)

Habiendo conocido días atrás este maravilloso lugar en una muy buena travesía en bicicleta (mi novia y yo), quedamos antojados de volver, explorarlo mas y enseñarlo a mis hijas, así que al poco tiempo pudimos realizar este viaje para pasar unos días en este espectacular sitio.

Llegamos en carro hasta la población de Berlín, que pertenece a Samaná (Caldas); allí dejamos este, tomamos las bicicletas y salimos rumbo a San Diego (mis hijas, mi novia y yo.... y Jack, la mascota). A medio camino llegamos al Rio Manso donde nos dimos un buen baño; luego continuamos hasta llegar a la propia laguna después de recorrer unos 15 kms.

Allí nos acomodamos para pasar 3 noches, y a decir verdad, nos quedamos cortos de tiempo para terminar de disfrutar este lugar.

Dentro de las actividades que realizamos, aparte de disfrutar el hermoso y para nosotros "exótico" sitio, su paisaje, su tranquilidad, de nadar y disfrutar las tibias aguas de la laguna, también hicimos el recorrido a pie rodeandola: saliendo muy temprano pasamos por un bonito garcero, aún lleno de estas hermosas aves que apenas se disponían a salir, pasamos por los termales donde nos dimos un agradable baño y continuamos el camino, cruzando el puente por donde drena el agua de la laguna, donde escuchamos lo que inicialmente pensamos era el sonido de unas aves, pero luego nos dimos cuenta de que era un grupo de monos que cruzaban el bosque; luego llegamos a "la cristalina", principal quebrada que alimenta la laguna, donde nos dimos otro buen baño (esta vez con agua mas fria) para refrescarnos, ya que el calor en el sector se hace sentir; finalmente cerramos el circuito llegando al punto desde donde partimos para tomar un delicioso y merecido desayuno.

También tuvimos la oportunidad de hacer otra caminata para conocer una cascada y un charco espectaculares: "charco negro". Un joven campesino de la zona nos acompaño y nos guió para mostrarnos este hermoso lugar. Una cascada formada por unas aguas completamente cristalinas en medio de un exuberante bosque; y en la parte alta de la cascada un pozo que se apreciaba completamente oscuro por su profundidad; hubiéramos querido tener mas tiempo allí para disfrutarlo a plenitud, ya que siempre llegamos un poco tarde, pero bueno, conocimos un estupendo lugar y esperamos poder volver a este en otra ocasión. (la caminata al charco es muy agradable y no es tan larga; hay unos ascensos fuertes y en el camino se llega a un punto con una vista excepcional de toda la laguna con el cerro de fondo; se aprecian las montañas majestuosas de la zona con algunas caidas de agua y a la distancia se puede ver Berlin)

Otra actividad que realizamos fue el ascenso a la cima del cerro; una buena trepada, algo exigente, pero finalmente muy agradable, para obtener como premio una majestuosa vista de 360 grados donde a lo lejos, entre otras, pudimos apreciar el rio Magdalena.

Tuvimos oportunidad también de hacer un corto pero muy exigente recorrido en bicicleta por la parte occidental de la laguna (parte del recorrido que habíamos hecho a pie para llegar al charco negro, pero siempre rodeando la laguna); la vista.... sin igual.

Luego de 3 días en este sitio nos quedaba el regreso a Berlin; así que temprano y luego de un buen desayuno tomamos las ciclas y emprendimos el fuerte y técnico ascenso desde la laguna a la vía principal entre San Diego y Berlín. Con Jack detrás, o en algunas ocasiones adelante haciéndonos caras para que avanzáramos, y con otro peludo que se nos pegó y también fue nuestro compañero en todas las salidas. LLegamos nuevamente al rio Manso, donde explorando un poco y "sin querer queriendo" resultamos haciendo una corta caminata por un tupido sendero que nos llevó a las aguas cristalinas del que resultaba ser el mismo afluente que formaba el charco negro donde habíamos estado dias antes; nos bañamos y disfrutamos el sitio y luego volvimos al rio manso, donde ingresamos y empezamos a nadar y caminar rio arriba llegando hasta el punto donde se une la quebrada (que habíamos disfrutado hacía un rato) con este maravilloso rio.

Bien frescos y renovados después de haber disfrutado del rio y su afluente, nos dispusimos a continuar el camino a Berlin, donde llegamos ya entrada la noche a descansar, finalizando así nuestra aventura en tierras Caldenses.