中国国际广播电台, 天安門廣場, 紫微垣. Radio Internacional de China, Plaza de Tiananmen y la Ciudad Prohibida 2014
near Babaoshan, Beijing (China)
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Trail photos
Itinerary description
Caminando la Ciudad Prohibida, me adentro en la perfecta conjugación de todo lo vivido en el opulento pasado imperial, el cual hoy día es superado por una realidad más justa y ecuánime para el pueblo. Grandiosa atmósfera con cada puente, estatua, jardín, muro o palacio, que levantados sin un solo clavo, ven como los siglos pasan como segundos pasajeros o como los granos de arena buscando el fondo del reloj, pero una de las situaciones más emocionantes y maravillosas de mi vida, se ha revelado este día; cuando ingreso a la cabina de información, me cuelgo en el pecho, cual medalla, un dispositivo con audífonos, que al pasar por cada lugar emblemático de la Ciudad Prohibida, se me revela una voz, que amablemente me cuenta, todo lo relacionado con este lugar. Yo siempre lo diré, las personas no meren si las recuerdas y hoy incluso, más que recordar, también escucho y veo como tu promesa del pasado de guiarme en China, cuando yo viniese, se hace realidad. Gracias por guiarme con tu voz y explicarme el significado de cada lugar y escultura, cada muro, cada detalle con gran precisión y emoción.
No he visto plasmada la sabiduría en los polvorientos y olvidados libros, sino en la cotidianidad de cada persona en esta linda tierra, como el comer con el equilibrio entre el sabor y la salud, el caminar al revés de vez en cuando para aliviar las rodillas o quienes beben su agua hirviendo sin importar el calor, para cuidar sus órganos. Les veo danzar en los parques sin importar la edad y veo como a quienes ya el tiempo les da pinceladas de nieve a sus cabelleras, se les honra y respeta con ahínco.
Los alimentos aquí son constelaciones de sabores con brillos inolvidables y sabrosos en cada bocado. Con colores desde los verdes frescos hasta un inverosímil violeta o negro gracias al exquisito sésamo o a la soya. Pero es absurdo hablar de ello, hay que romper las cadenas y probarlo por sí mismo. Pueden pasar años, incluso décadas y aún recordaré aquellos sabores si se da el horrendo caso que al reino del centro de mi mundo no pueda volver jamás. Ahí sí creo que existe la palabra imposible, porque no regresar sería la peor de las penas y afrentas al honor y la vida misma.
Amigo Yang Feng, en el palacio de verano, lugar de gran belleza, logro plasmar con pinceladas de agua los caracteres chinos de 我愛中国 en el suelo, con poca habilidad pero de corazón. Poco a poco se borra en el suelo y se evapora mi escrito, pero en mi corazón se hace más fuerte y más indeleble.
Se acaba el tiempo y mi horizonte dibuja una silueta familiar pero deseada, soñada y admirada. Con cada paso se sacude mi alma con una intensidad sísmica. Esa silueta plasmada en los boletines de Donde Florece la Amistad o en alguna que otra QSL que tanto anhelo por el correo postal, la silueta del edificio de CRI se estampaba frente a mí.
Lugar que siempre imaginé, en el que cada voz y cada programa, se origina y recorre el mundo, atravesando ríos, desiertos, valles y montañas, mares y selvas para llegar a nosotros y alegrar nuestra existencia. Un "Qué alegría al conocerte", un "Nice to meet you", un "î-mi pare bine" o un”
我很高兴认识你" Han sido las palabras con las que en la radio me brindan a la entrada. Momentos imborrables, tiempo donde estoy al otro lado del micrófono, donde puedo expresar lo grandioso que es creer y vivir lo que se cree, tiempo escaso pero valorable y precioso en cada respirar, en cada movimiento del segundero.
Donde alguna vez laboraste, querido señor Yang Feng, estoy ahora como el mejor cuento feliz, que promete un "continuará". De nuevo estoy al otro lado de la radio, desde donde las voces mágicas emergen y viajan efímeras por todo el planeta y mi voz hoy está y emerge de donde alguna vez, la tuya hizo gala de la cultura que hoy disfruto, la cultura de tu gran nación china.
No he visto plasmada la sabiduría en los polvorientos y olvidados libros, sino en la cotidianidad de cada persona en esta linda tierra, como el comer con el equilibrio entre el sabor y la salud, el caminar al revés de vez en cuando para aliviar las rodillas o quienes beben su agua hirviendo sin importar el calor, para cuidar sus órganos. Les veo danzar en los parques sin importar la edad y veo como a quienes ya el tiempo les da pinceladas de nieve a sus cabelleras, se les honra y respeta con ahínco.
Los alimentos aquí son constelaciones de sabores con brillos inolvidables y sabrosos en cada bocado. Con colores desde los verdes frescos hasta un inverosímil violeta o negro gracias al exquisito sésamo o a la soya. Pero es absurdo hablar de ello, hay que romper las cadenas y probarlo por sí mismo. Pueden pasar años, incluso décadas y aún recordaré aquellos sabores si se da el horrendo caso que al reino del centro de mi mundo no pueda volver jamás. Ahí sí creo que existe la palabra imposible, porque no regresar sería la peor de las penas y afrentas al honor y la vida misma.
Amigo Yang Feng, en el palacio de verano, lugar de gran belleza, logro plasmar con pinceladas de agua los caracteres chinos de 我愛中国 en el suelo, con poca habilidad pero de corazón. Poco a poco se borra en el suelo y se evapora mi escrito, pero en mi corazón se hace más fuerte y más indeleble.
Se acaba el tiempo y mi horizonte dibuja una silueta familiar pero deseada, soñada y admirada. Con cada paso se sacude mi alma con una intensidad sísmica. Esa silueta plasmada en los boletines de Donde Florece la Amistad o en alguna que otra QSL que tanto anhelo por el correo postal, la silueta del edificio de CRI se estampaba frente a mí.
Lugar que siempre imaginé, en el que cada voz y cada programa, se origina y recorre el mundo, atravesando ríos, desiertos, valles y montañas, mares y selvas para llegar a nosotros y alegrar nuestra existencia. Un "Qué alegría al conocerte", un "Nice to meet you", un "î-mi pare bine" o un”
我很高兴认识你" Han sido las palabras con las que en la radio me brindan a la entrada. Momentos imborrables, tiempo donde estoy al otro lado del micrófono, donde puedo expresar lo grandioso que es creer y vivir lo que se cree, tiempo escaso pero valorable y precioso en cada respirar, en cada movimiento del segundero.
Donde alguna vez laboraste, querido señor Yang Feng, estoy ahora como el mejor cuento feliz, que promete un "continuará". De nuevo estoy al otro lado de la radio, desde donde las voces mágicas emergen y viajan efímeras por todo el planeta y mi voz hoy está y emerge de donde alguna vez, la tuya hizo gala de la cultura que hoy disfruto, la cultura de tu gran nación china.
Waypoints
Waypoint
148 ft
Beijing
Comments (1)
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Muy buen recorrido por esta encantadora ciudad, gracias Marius por compartir el trazado, acompañado de una buena crónica y un muy buen registro fotográfico.