Ermita de San Chinés

Para llegar: saliendo de Huesca por la N-240 hacia Lérida, a la altura de Estrecho Quinto, en la rotonda, tomamos la salida hacia Loporzano y seguimos esa carretera hasta Vadiello. Es aconsejable ir con precaución, a nosotros se nos cruzaron varias cabras y esquivamos pequeños desprendimientos de piedras en la vía.

Una vez en Vadiello, dejamos el coche en el parking de la ferrrata Canal de Palomo, que es el primero que encontramos a la izquierda.

La ruta está bien señalizada, el sendero limpio y sigue, hasta el desvío de San Chinés, el Camino Natural de la Hoya de Huesca. Este discurre en su mayor parte por zonas de pinar.
El acceso a la ermita es sencillo y sólo tiene un punto de riesgo, un pequeño tramo rocoso que estaba mojado y era resbaladizo.

La ermita de origen hispano-visígodo, aprovecha la apertura de un covacho para su construcción. Es un lugar solitario, umbrío y parece un poco embrujado, con los buitres sobrevolando el lugar. Recuerda un poco a la ermita de San Martín de la Val d' Onsera y como esta, también tiene un chorro de agua cercano que cae de lo alto de las paredes de conglomerado que le dan cobijo. Para verlo hay que bajar al barranco y hoy caía muy poca agua, así que es posible que en según que épocas se seque y no baje nada. Es un lugar, cuanto menos, sorprendente.

El regreso lo hicimos por el mismo sitio, aunque subimos un tramo hasta el desvío a Santa Eulalia recorriendo unos metros en las dos direcciones antes de darnos la vuelta.

Observaciones:
En la bajada al barranco desde la ermita, el GPS se volvió loco y no registró bien ni el desnivel ni el recorrido en el que se ve una línea recta, por lo que esa parte del track no es fiable y el desnivel real es mucho menor.