Laguna Negra Helada Larga Urbion F del Duero Los Llanos Pino Zamplon Covaleda

Laguna Negra Urbión Covaleda.
Lugares visitados:
Laguna Negra 1.800 m.
Laguna Helada 2.000 m.
Laguna de las Flores. 2.000 m.
Laguna Larga. 1.870 m.
Nacimiento del Revinuesa 1.018 m.
Pico de Urbión 2.226 m.
Lagunas de Urbión 1.990 m.
Nacimiento del rio Urbión 1.990 m.
Fuentes del Duero 2.080 m.
Lagua El Abanto 2.010 m.
Laguna de la Culebra 1.970 m.
Laguna de los Llanos o del Terrerón 1.840 m.
Refugio Farrista.
Pino Zamplón.
Covaleda.

Comentario:

Comenzamos a las 11 de la mañana, el bus nos sube hasta el aparcamiento de la Laguna Negra, donde comenzamos el camino.
El tiempo esta brumoso, pero las lluvias han cesado.
Subimos por el raso y el refugio hasta la laguna, que como siempre, nos produce una impresión de inmensa belleza.
Tras varias fotos, nos dirigimos hacia el Portillo de subida que se encuentra a la izquierda, cerca de la zona de la cascada de la laguna. La cascada lleva poca agua, pues estamos en tiempo de estío.
Comenzamos la subida, con pausas de descanso, pues es muy empinada.
Una vez arriba, el aspecto de La Laguna y su entorno, es aún más impresionante, es único, rebosa belleza.
Nos encaminamos hacia la laguna Helada, para lo que tenemos que enfrentarnos a la segunda rampa del día. Lo hacemos también despacio, saboreando el camino. Las nieblas van levantando conforme avanzamos. Pero al llegar a la Laguna Helada, la encontramos difusa porque allí, la niebla aún persiste.
La recorremos por la derecha, con la suerte de que poco a poco va siendo más visible.
Por los Llanos de la Sierra nos encaminamos hacia la Laguna Larga. En mitad del camino encontramos otra laguna la de Las Flores, verdaderamente bonita entre las brumas. Por fin, llegamos a la Laguna Larga, que rebosa por las recientes lluvias, vertiendo su agua al Río Revinuesa, que nace un poco más arriba, y del que constituye el primer afluente.
Más adelante, nos enfrentamos a la tercera rampa del día, la subida hasta la Sierra del Mojón Alto. Otra vez más lo hacemos despacio y con mesura.
Desde arriba, aún no se ve el Urbión, oculto entre la niebla. Seguimos para subir la corta y última rampa hasta el mencionado vértice, con la suerte de que conforme subimos, la niebla se disipa. Una vez arriba, tenemos buena visibilidad cercana, vemos hasta las lagunas de Urbión y el nacimiento del río del mismo nombre, pero la nube no nos permite ver más allá.
Reponemos fuerzas en el pico y bajamos por la vertiente contraria hacia la Fuente del Duero. Como suponíamos, en esta época del año, solamente un hilillo de agua sale de la madre tierra. Admiramos el monumento que allí han hecho las gentes de Duruelo, y desde un poco más adelante, admiramos el primer valle del Duero niño, ¡verdaderamente bonito!
Por una senda a media ladera nos encaminamos hacia la vaguada de entrada a las lagunas El Abanto, La Culebra y de Los Llanos. El paisaje es espectacular, pero las lagunas tienen menos agua que las de la ladera contraria que ya hemos recorrido. Al llegar a la zona del Terrerón comenzamos a ver pinos centenarios, algunos de ellos verdaderamente raros. Están por allí por ser inadecuados para su aprovechamiento como madera, por ese motivo no los han cortado nunca.
El camino posterior, llano o de bajada hay que saborearlo a cada paso, especialmente los pinos centenarios.
Llegamos al Chozo Farrista, y más abajo al pino Zamplón, que destaca sobre los demás por su tamaño y rareza.
La bajada por el Hayedo es delicada por lo agreste de la misma, pero como el resto del camino, está perfectamente marcada con los colores del PR.
Por fin, llegamos a Covaleda donde finalizamos la ruta y tomamos un café.
El camino ha sido de 17,18 km. Hemos tenido una subida acumulada de 574 metros y unas bajadas de 1.089 metros. Una ruta de mediana dificultad, muy bonita en un día brumoso. Creo que alguna vez la repetiremos.