360. DE SILES A AYNA. DEL NACIMIENTO DEL RIO MUNDO A AMANECE QUE NO ES POCO.

Síntesis de la ruta: Partiendo del pueblo de Siles, en plena Sierra de Segura, atravesamos las sierras encajonadas entre la Sierra de Alcaraz y el Rio Mundo. El fin se encuentra en Ayna, donde ya el llano sustituye al terreno montañoso.

Habíamos atravesado en otros viajes las Sierras de Cazorla y Segura. Bellas, agrestes y muy frecuentadas por el turismo, y al llegar al límite con Albacete nos detuniamos. Parecía como si más allá de esta línea imaginaria provincial, nos rechazara la aridez y las llanuras de Albacete, a las que íbamos a enfrentarnos. Cuando acabamos la ruta comprobamos que nada más lejos de la realidad: las montañas continuaban y los pinares, y los paisajes de vertigo. Y las soledades se acrecentaban. Y parecía que algunas de las carreteras que atravesábamos hacía mucho tiempo que estaban olvidadas de la mano de Dios, y del hombre. Y al final de la ruta, nos encontramos con un pueblo salido de una película; o una película que salió de un pueblo.

Suficientes atractivos para cuatro horas de coche, que transcurren por pistas y carreteras sin dificultades. Trazados de la ruta realizados antaño para los animales, y adaptadas a los vehículos de cuatro ruedas, que gustarán a los amantes de las muchas curvas. Los “cambios de rasante”, esto es cuando la vista desaparece de la carretera, y esta apunta al cielo, antes eran muy comunes. Afortunadamente cada vez son más raros; pero para aquellos nostálgicos que quieran conocer los peligros de antaño, aquí hay suficientes.

En cuanto a los lugares habitados que nos encontramos en el camino, son pequeños, y en su mayor parte parecen abandonados o dormidos. Dimninutas alquerías, donde la tierra ha dejado de ser rentable. Por eso en gran parte del camino no encontraremos servicios de tipo alguno.

Y luego el gran aliciente de la ruta: el nacimiento del Rio Mundo. Puede accederse de varias formas. Nosotros elegimos la más fácil y concurrida. Esto es la carretera de 3 Kms. y que, con previo pago de un peaje, nos dejará al inicio de una ruta circular de un kilómetro. Circular ahora, por motivos del Covid, llegaremos a la Cueva de los Chorros, donde el agua cae en una bella cascada. También podremos acceder a pie, desde un aparcamiento que se encuentra inmediatamente antes, y que señalamos.

Y dejamos para el final el postre, Ayna. Llamada la Suiza manchega. Aquí fue rodado amanece que no es poco, y el pueblo está lleno de recuerdos en sus emplazamientos. Fue en el año 1988 cuando apareció el trabajo que lo consagró como realizador: “Amanece, que no es poco”, la primera película que José Luis Cuerda rodó en su tierra y probablemente la más salvaje de las películas que ha rodado el director. “Amanece, que no es poco” es un soberbio ejemplo de humor surrealista, irreverente y absurdo, rozando a veces los límites de la corrección, pero considerada por muchos un film de culto. En Ayna se rodaron la mayor parte de las escenas de “Amanece, que no es poco”. Aunque este pueblo siempre cautivó a José Luis Cuerda, pero fue durante el rodaje cuando el cineasta realmente pudo apreciar el carácter y la hospitalidad de sus gentes y la sorprendente sugerencia de sus paisajes.

Y acaba nuestra ruta. Previamente nos detenemos para hacernos la típica foto en el sidecar de la película. Abajo el pueblo y el barranco en el que se asiente constituye un lugar mágico.

Han sido cuatro horas de un paisaje solitario, de otro tiempo, que finaliza en una localidad que ha hecho del surrealismo su seña de identidad. Suficiente.