386. TRAVESIA DE LA SIERRA DE BAZA. DESDE FIÑANA A CANILES.

Esta ruta recorre de sur a norte la Sierra de Baza. Desde el pie de Sierra Nevada, en las ramblas que conducirán a Almería, hasta el altiplano de Baza. La mayoría la realizaremos por pistas, generalmente en buen estado, salvo tramos puntuales. Al final un enlace por carretera nos dejará en las cercanías de Caniles.
Algunas notas sobre la Sierra de Baza, declarada Parque Natural en 1989. Es un macizo montañoso, una isla bioclimática, rodeada por terrenos esteparios (Depresiones de Guadix y Baza y el Marquesado). Mientras que en estas últimas las precipitaciones anuales medias oscilan en torno a los 350 mm. anuales, en la Sierra de Baza superan los 600 mm. Anuales. Esto, unido a la altura que alcanzan sus picos, hace que tenga una gran diversidad de formaciones vegetales, bosques de pinares, acerales, encinares y vegetación propia del monte mediterráneo.
La Sierra de Baza está habitada desde hace 7.000 años. Sus pobladores ocuparon ríos, ramblas, barrancos y las proximidades de fuentes naturales. La ganadería ha generado una red de cañadas y caminos, entre las zonas bajas de las comarcas de los alrededores y las cumbres de la Sierra. En diferentes abrigos naturales, que aún siguen siendo utilizados como refugios de pastores y ganado, se han encontrado restos arqueológicos que evidencian esa misma actividad varios miles de años atrás. Así se levantaron una gran cantidad de aldeas y cortijos, la mayoría de ellos hoy en ruinas.
Iniciamos nuestra ruta en Fiñana, para entrar al poco en una divertida rambla, que seguiremos en los cinco primeros kilómetros. La abandonamos para ascender a la sierra trabajosamente, en múltiples curvas. En los primeros tramos la pista es sumamente pedregosa, y si bien no tiene riesgo, supone un continuo traqueteo, además de poder ocasionar daños en vehículos tipo suv. La dificultad del terreno no debe de impedirnos disfrutar de las vistas de estos montes y sus grandes espacios. A menudo nos encontramos con cortijos abandonados, que nos mostrarán la arquitectura popular de esta zona.
Nos vamos a desviar unos metros de nuestro camino para adentrarnos en una pequeña pista qué nos lleva a los Álamos Centenarios. Se trata de unos 200 robustos árboles de casi tres siglos que flanquean el arroyo Bodurria. Los más longevos pobladores del Parque Natural de la Sierra de Baza rondan los 300 años. Sus troncos retorcidos, como las manos de un viejo agricultor, les resta aparente belleza lo que puede haberlos salvado de la tala. Los álamos conviven con otras especies comunes en la vegetación ribereña, como sauces y cerezos silvestres. Cerca se encuentra la aldea abandonada de Los Mellizos, habitada hasta mitad del siglo pasado. En el otoño esta zona adquiere unos colores mágicos.
Retomamos camino para detenernos en el Mirador de Barea. Desde allí vemos la otra cara de la Sierra, que se eleva desde el Rio Gallego. El Calar de Santa Barbara, aparece ante nuestra vista, desde un mirador que ya por si merece el alto. Ahora ya vamos descendiendo, y en nuestro camino atravesamos áreas recreativas cerca de cauces fluviales. Aquí el color amarillo de sus álamos y árboles de ribera marca una inflexión con la aridez de estas lomas. Finalmente enlazamos con la carretera que nos llevará a nuestro destino. En estos últimos tramos ya tomamos contacto con el altiplano y sus llanuras.
En suma, una ruta fácil, que nos permite atravesar la Serranía de Baza, por algunos de sus lugares más bellos y emblemáticos.