Circular Sierra de los Filabres desde Tíjola

Fecha de realización: 11/08/2017

Ruta circular en coche por la sierra de los Filabres, con 68 kms de pista de tierra, con la intención de conocer alguna zona aún inexplorada por mí y de volver a pasar por alguna otra que hace bastante que no visito. En primer lugar aclarar que se puede hacer con un vehículo que no sea 4x4, (de hecho la hice con un todo camino no 4x4), pero la he categorizado como 4x4 para disuadir de hacerlo con turismos que sean bajos, puesto que en algún tramo pedregoso y con surcos en el firme podría hacerse más complicado y verse en un aprieto.

Otro de los objetivos de la ruta era ver el estado en que se encontraba el pinar tras estos años de sequía y plagas y he de decir que en general me ha sorprendido por su estado mejorado y relativamente bueno, si lo comparamos con fechas recientes en que especialmente la oruga procesionaria había hecho mella en el declive del pinar. Sin duda, las nieves caídas el pasado invierno han revertido positivamente en la recuperación de estas coníferas al menos durante un tiempo. No obstante hay algunas zonas donde sí se ven más pinos afectados o muertos como en la subida de Purchena a la Silveria o en el tramo de los Marcos a Aldeire. Por el contrario, en zonas donde se veían en fechas recientes pinos “marrones” por su defoliación, como en la ladera NE de la Tetica de Bacares, ahora se ven verdes y recuperados. Aparte, en zonas altas donde no había pino sin la bolsita que crea la oruga procesionaria, como en toda la ladera que desciende de la cuerda de Filabres hasta el Barrancón, esta ya ha desaparecido en buena parte. Esperemos que para cuando vuelva la plaga (según he podido leer hay ciclo cada 5-6 años) no lo haga con tanta fuerza como esta última de 2015-16.

Dicho esto, paso a describir la ruta. Comenzamos en Tíjola y por carretera autonómica A-334 llegamos hasta Purchena (8 km). Buscamos el camino que sube en dirección al área recreativa de La Silveria y comenzamos la ruta serrana. Los primeros 8 kilómetros hasta el área recreativa son por pista asfaltada recientemente en muy buen estado. Visitamos las instalaciones de la Silveria, en relativo buen estado. Se encuentran junto al cortijo derruido del mismo nombre y una balsa y helipuerto para los incendios. Seguro que en primavera gana bastante y es un buen lugar para pasar un buen día de campo.

Volvemos al coche y seguimos la marcha en uno de los tramos más interesantes del recorrido. Desde aquí ya iremos por pista de tierra en buen estado. Empezamos a ganar unas espectaculares vistas a la derecha de la ladera este de la Tetica, que para mí es la más bonita y la menos frecuente en mis visitas a la sierra. Además, en la misma dirección y durante buena parte de la subida tendremos un amplio bosque de encinas, posiblemente el más amplio de esta sierra y que aporta riqueza frente a los habituales y monótonos rodales de pinos de repoblación. Al este tendremos vistas al barranco de Gevas, del que aún no conozco mucho y es una zona a explorar (especial interés en sus alcornocales). Más adelante daremos vistas a las canteras de Macael y a Laroya y todo el barranco en el que se encuentra. Como no, a ambos lados de la pista se encuentran esparcidos varios cortijos, algunos en ruinas y otros en buen estado y en lugares más que envidiables. Hay que decir que todo este tramo se puede visitar virtualmente en google street view, cuyo coche pasó en fechas primaverales y la belleza del entorno era latente, con el verde no solo de los árboles como protagonista.

A lo largo del camino encontramos más de una bifurcación pero siempre seguiremos la misma pista hasta poco antes de la misma cuerda de Filabres en dirección Senés. Llegado a este punto, justo pasadas unas placas solares, abandonamos esta pista tras hacer un giro de unos 340 grados. Si la orientación de la ruta había sido sur durante toda la subida ahora pasará a ser oeste.

En este nuevo tramo, que en google maps aparece nombrado como “camino de Bacares a Tahal”, el firme es más irregular y pedregoso por lo que es recomendable un coche alto, al menos durante 3 km hasta llegar a la confluencia con otra pista que viene también desde la anterior (de la Silveria a Senés). La ruta irá prácticamente paralela a la cuerda, pasando por el collado de Senés, cerca de fuente lo Alto o del Alto del Portillo y con unas vistas nuevamente de la Tetica espectaculares.

Una vez llegados al Alto de Velefique, volvemos al asfalto (carretera provincial AL-3102) primero en dirección sur para hacer una visita al mirador del Pedregal. Desde aquí podremos ver las famosas curvas (especialmente por las subidas de la Vuelta Ciclista) con forma de herradura que bajan hasta Velefique, el campo de Tabernas, Sierra de Gádor, Sierra Nevada, etc.

Regresamos al coche y volvemos sobre nuestros pasos, pasaremos de nuevo por el Alto de Velefique para llegar hasta el cruce en que seguimos hasta Bacares, subimos a la Tetica, o bien y esta es nuestra opción, cogemos la pista que en dirección oeste, conduce hasta las proximidades de Calar Alto. De esta forma nuevamente abandonamos el asfalto y volvemos a pista en buen estado.

En este tramo lo más interesante son las vistas que ganamos a las dos vertientes al transitar próximos a la cuerda. Especialmente vistosas las vista de la norte, con el Barrancón a nuestros pies o las vistas del Layón y Calar del Gallinero. De frente veremos las cúpulas de Calar Alto. En este tramo son frecuentes los pinos silvestres o albar, con sus tonos anaranjados, repoblados por esta zona. Pasaremos cerca de la cima de las Hoyas, que si se desea se puede subir a pie desde el waypoint que he marcado en el track.

Tras algo menos de 12 km salimos nuevamente al asfalto (carretera A-1178) y en lugar de subir hasta Calar Alto, empezaremos a descender hasta el área recreativa de la Merendera (a 1,5 km), donde haremos nuevamente parada para comer. El área recreativa se encuentra en buenas condiciones y cuenta con múltiples instalaciones, incluso pistas deportivas. Al otro lado de la carretera se encuentra la fuente de la Merendera. Ya de paso iremos andando en un cómodo sendero de 1 km que sale desde una balsa, hasta el mirador de mismo nombre. Desde el mismo tendremos vistas de la vertiente sur de la sierra, bahía de Almería, Cabo de Gata, Sierras de Alhamilla, Gador, Nevada, etc.

Vuelta al coche y seguimos por asfalto durante 3,6 km, hasta salirnos a la derecha a una nueva pista que conduce por la cara sur de la sierra hasta el área recreativa del Chortal primero y Balsa Moreta más adelante. Este tramo abarca cerca de 11 km y el firme es apto a turismos, más después de haber sido objeto de mejoras en fechas recientes. Pasaremos por enclaves interesantes como la fuente del Toril, en el barranco del mismo nombre, con abundante agua y vegetación alrededor. Más adelante pasamos junto a distintas cortijadas, la más cercana a la pista es la del cortijo de la Hoya, en ruinas actualmente. Afrontando la última parte del tramo llegamos al mirador del Chortal, con la cortijada que le da nombre a su lado. En el mismo dispondremos de amplias vistas desde la cara sur de la sierra. Pocos metros más adelante está el área recreativa de El Chortal, para mi gusto la más vistosa de cuantas se encuentran en la sierra, con abundante vegetación y sombra además de las instalaciones típicas, bancos, mesas, barbacoas, etc. Contrasta su verdor con la aridez predominante en el entorno. Lástima que se encuentre tan alejada de muchos núcleos de población, siendo Gérgal y Aulago los más cercanos. Siempre que he pasado por allí no había nadie, así que supongo que lo habitual es que no haya mucha gente.

En 3,8 km, tras pasar por la balsa de Moreta llegamos de nuevo al asfalto, carretera AL-4404 y giramos a la derecha para ascender en dirección norte, nuevamente hasta la cuerda de Filabres, para salirnos nuevamente del aslfato a la altura del Refugio del Peñón del Negro. En esta encrucijada con múltiples direcciones, seguimos la que nos conduce hacia la aldea de “Los Santos” que estará indicada a lo largo del camino con diversos carteles. Todo el camino se hará por pista de tierra en condiciones notables. Habremos de tomar dos cruces a la derecha (indicados con sus respectivos waypoints) para llegar al nuevo destino. Casi todo este tramo era desconocido por mí y me agradó por su belleza, con frecuentes barrancos con roquedos y alamedas en sus cauces. Poco antes de llegar a los Santos volvemos a tomar un nuevo cruce a la derecha por el que descendemos hasta este pequeño poblado.

Los Santos es un pequeño anejo del municipio de Alcontar y se encuentra a unos 1.600 msnm, junto al barranco del mismo nombre. En este enclave el aire es fresco y agradable y las nevadas frecuentes (más de 1 metro de nieve según nos comentaron en la última nevada de marzo). Una vez allí dejamos el coche y visitamos las distintas calles y sus edificaciones, mezcla de cortijos y chalets vacacionales, llamando la atención sus dos ermitas, una al lado de otra. Pudimos conversar con alguno de sus residentes (la mayoría de ellos de manera temporal), testigos vivos de otra época en la que la sierra estaba llena de vida y que tuvieron que emigrar tras el declive de la minería. Amablemente nos contestaron cuantas curiosidades quisimos preguntarles y tras un agradable rato de charla, bajamos a pie siguiendo sus indicaciones a conocer una fuente con agua en un bonito paraje, junto a unas zarzamoras cargadas de fruto. Seguimos hasta el lecho del barranco tras pasar por unas antiguas terrazas de cultivo y descubrimos el arroyo de Los Santos, sin duda la mayor sorpresa de la jornada y un lugar idílico digno de conocer. El agua bajaba, no en gran cantidad pero sí suficiente (más en estas fechas) en un estrecho pasillo sobre rocas redondeadas por el paso del agua y con abundante vegetación que daban frescor y encanto al lugar. Pudimos caminar por lo que parecía una antigua senda curso arriba, por lo que me propongo volver más adelante, tal vez en primavera, para hacer una ruta a pie por la zona.

De vuelta al coche, dejamos Los Santos por una nueva pista que conduce hasta Aldeire. Este tramo es algo regular para hacer con turismo por las frecuentes piedras, pudiendo ser algo pesado, pero tal como estaba en esas fechas, accesible con cierta precaución. Pasaremos por otra cortijada despoblada con encanto, Los Marcos y después por unas pronunciadas curvas de herradura por las que vamos descendiendo en altura. Coincidiendo con estas pasamos por el mayor tramo de pinos muertos de la jornada, estos ya sin género de dudas sin ninguna posibilidad de recuperación.

Una vez llegados a Aldeire, anejo de Alcontar, volvemos al asfalto y ya sin parar, camino a Tíjola pasando previamente por el Valle y sucesivas cortijadas pertenecientes a Serón por el que también pasaremos.

En definitiva, una larga jornada de coche, pero con un buen sabor de boca por conocer múltiples parajes de esta sierra, desconocida por muchos, pero de ahí en gran parte su encanto y también por constatar que la masa forestal de la sierra sigue sobreviviendo al envite de la sequía y el aumento de temperaturas, consecuencia del cambio climático que se está cebando especialmente con el sureste peninsular.