Dajla - El Aaium

Ayer nos levantamos (hemos acampado en la gasolinera) como si no hubiera pasado nada, si no fuera por el coche y tres gendarmes que nos miran desde fuera con caras de pocos amigos. Se ve que no les ha hecho mucha gracia estar de servicio por nosotros. Supongo que esperan que cojamos rumbo a Dajla.
Yo, a lo mío. Compro líquido de freno para reponer lo tirado (hoy no gotea, que alguien me lo explique). Lleno el tanque. Espero al panadero. Desayuno pan calentito y mi té de por las mañanas. Repaso el coche y... me despido respetuosamente de ellos con la mano. No quiero quedar por mal educado.

Esta mañana , la gasolinera es un ir y venir de gente con sus cacharros. Hay de todo, pero el que más me llama la atención es un Toyota modelo 40 (creo) ataviado como si de un dromedario se tratara. Debe ser de mi edad o más y aquí estamos los dos je,je

Una última foto a Auserd y hasta la próxima.

La carretera es muy cómoda. Terreno llano, sin mucha circulación. Lo más destacado está ya casi al final. Una zona de arenas blancas con formas curiosas hechas por la erosión. Al final, desemboca en la N1 justo frente a la Duna Blanca.

Rodeamos la bahía y dejamos atrás la zona de hoteles. Están muy lejos para pasar una sola noche. Preferimos otro más al centro que nos permita salir a conocer Dajla sin tener que coger el coche.

Esta mañana nos hemos acercado a la Punta de la Sarga, donde los pescadores tienen varadas sus barcas. Las hay por todos lados, alineadas y uniformadas como si de soldados se tratara.

Regresamos al casco urbano atravesando el descampado, aunque no es muy aconsejable si se es delicado de nariz. Tras lo que queda de cinta del mineral, empiezan las casas. Nosotros tomamos el bulevar hasta una cafetería con terraza y con desayunos a la marroquí, que el día es largo.

Lo primero es salir de la barra de arena y tomar la N1 dirección norte. Veremos algunos pueblos pequeños de pescadores en los puntos que es posible entrar y salir con estas barcas. En algunos se ven edificios oficiales que hacen de lonja. También paramos en algunas terrazas de los acantilados para admirar lo que hace este mar en las rocas de la costa.

Sobre medio día es hora de parar para comer y lo hacemos en una gasolinera que hay en el cruce de entrada a una de esas aldeas de pescadores. No hay restaurante, pero en nuestros coches llevamos suficiente comida. La aldea no pilla lejos, así que vamos a investigar. En la puerta no ponen objeciones, descendemos a la playa y aparcamos en medio del trajín de los pescadores. Es hora de dar de mano y hay que recoger. No se ve ni un pez; se conoce que ya los habrán subido a la lonja. Bueno, al menos damos una vuelta por la playa, cosa que aprovecho para tomar unas cuantas fotos. Cuando más tranquilo estaba, veo venir cuesta abajo un mono verde militar y, más arriba, le sigue alguien vestido de gris. Eso quiere decir que la visita se va a acabar y, efectivamente, se acaba.

Vuelta a la N1. A no muchos kilómetros pasamos por Bojador. Es un pueblo pequeño y cuidado y no hay que dejar pasar la ocasión de entrar a verlo. Aprovechamos también para tomar un café en el centro de la población y ver como se mueve sus gentes.

Sin muchas ganas de irnos, ponemos rumbo a El Aaium. Sabemos que estamos llegando cuando pasamos por la cinta de los fosfatos y las instalaciones del puerto nuevo. El puerto tradicional está un poco más adelante y aquí volveremos mañana para empezar la ruta. Ahora nos vamos a la capital a buscar hotel.

Nota: he clasificado la ruta en la categoría 4X4 por la costumbre, porque en realidad casi no hemos salido del asfalto.