Parque Nacional de Doñana desde Sanlucar de Barrameda (Barco+poblado de La Plancha+Autobus todoterreno)

El Parque Nacional de Doñana (54252 ha) es un mosaico de ecosistemas naturales protegidos, compartidos por las provincias andaluzas de Huelva y Sevilla, pero que se complementa con un cinturón de Parques Naturales o Entorno Natural, zona periférica protegida donde incluiríamos aquí también a los ubicados en la provincia de Cádiz, sumando otras 74278 ha. El nivel de protección, mayor en el Nacional sería la diferencia, ya que desde 2006 la gestión de todos corresponde a la comunidad Andaluza. Situado a caballo entre Europa y África, entre el Mediterráneo y el Atlántico tiene un inmenso valor en biodiversidad, siendo un humedal único en Europa y que por diferentes factores se encuentra amenazado. Una situación muy peligrosa para este lugar protegido y reconocido por múltiples estamentos mundiales e imprescindible para la existencia de la variada avifauna que lo habita o visita. Pongamos como ejemplo los amenazados Lince Ibérico o Águila Imperial Ibérica que encuentran en este espacio refugio u otras aves hasta 350 especies que llegan desde el resto del continente hasta esta singular “parada y fonda” para reproducirse o coger fuerzas y continuar su viaje migratorio, sobre todo en invernada.



La sequía, el cambio climático, infraestructuras periféricas, la sobreexplotación humana para usos agrícolas y residenciales inciden negativamente en el gran acuífero que se extiende por el subsuelo más allá de las tierras protegidas y que con sus surgencias posibilita los variados ecosistemas. Las Playas, Caños, Río, Dunas móviles, La Vera, Los Cotos, Los Corrales, Lucios, Marismas, Lagunas, Navazos, Llanos, Cerros y Montes, etc. que forman este gran oasis que cuenta cada vez menos con la fundamental agua y vegetación que posibilitan alimento y refugio. Ante su angustiosa merma amenaza en convertirse progresivamente en un erial, si no se toman medidas urgentes.
Se me ocurre, que entre otras muchas medidas, una posible mano de santo a algunos de sus problemas sería el aprovechamiento de energías limpias abundantes en estos lares como el sol y el viento, para alimentar procesos desalinizadores con los que abastecer de agua dulce tanto al ámbito medioambiental (que se puede ampliar) como a las explotaciones agrarias que siempre las ha habido, pero que en los últimos tiempos han proliferado exponenciálmente, necesarias para la subsistencia de los habitantes de los alrededores.

En documentos de 1523 de la Casa de Medina Sidonia queda constancia como el VI Duque alquila varias dehesas acotadas para la caza en estos pagos, al alcaide de Sanlúcar de Barrameda Sancho Herrera, aquí su mujer Doña Ana Mallarte construyó una vivienda conocida como Hato de Doña Ana. Más adelante el VII Duque edificó en estos terrenos, prohibidos para cualquier aprovechamiento que perjudicase a la caza, un palacio para su esposa Doña Ana Gómez de Mendoza y Silva. Así que entre tanta Ana, al lugar se le conoció como Doñana.
En el s. XX los Medina Sidonia venden el espacio al bodeguero jerezano Guillermo Garvey que introdujo nuevos animales y especies arbóreas, para posibilitar otros aprovechamientos aunque continuando su uso como cazadero.
Es a partir de mediados del s. XX, gracias una creciente conciencia protectora mundial cuando culmina el acuerdo en 1962 entre el Estado Español y el Fondo Mundial para Conservación de La Naturaleza (WWF) para la compra de 7000 ha y así poder crear la primera Reserva Biológica de Doñana, pasando a ser Parque Nacional en 1969 y Patrimonio Mundial de La Unesco en 1994, desde entonces se ha ido ampliando en protección y extensión.
Cada ecosistema tiene una fauna propia y diferenciada, contabilizándose 20 especies de peces de agua dulce, 11 de anfibios, 21 de reptiles, 37 de mamíferos no marinos, 350 de aves, etc., esto puede darnos una idea de la importancia de este paraíso.
Parque Nacional de Doñana desde Sanlucar de Barrameda (Barco+poblado de La Plancha+Autobus todoterreno) en TRACKSRIOJA

Esta ruta está planificada y posibilitada gracias a una de las empresas cocesionarias por el Parque Nacional, las cuales gestionan las visitas a este santuario preservado y restringido. Es una asequible y variada aproximación de toda la familia a este magnífico entorno, que comparto con la modesta intención de sumar mi granito de arena para que se conozca más si cabe, se valore y posibilitar una conciencia y espíritu protector.
Se inicia este recorrido en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), más allá de sus angostas callejuelas, palacios, castillo, basílica de Nuestra Señora de la Calidad del Barrio Alto, abajo en el Barrio Bajo en la playa Bajo de Guía en pleno barrio de pescadores, hoy repleto de tabernas y restaurantes afamados por sus pescados y mariscos. Un templo fenicio a Astarté dio origen a este antiguo asentamiento marinero y comercial. Mucho más adelante desde esta orilla izquierda del río Guadalquivir casi en su desembocadura, salían y llegaban los navíos que se dirigían a Las Indias y como hecho relevante desde este punto partió la armada de 5 naves y 250 hombres de Fernando de Magallanes con rumbo a la Tierra de Las Especias y una vez muerto este, gracias a Juan Sebastián Elcano consiguió regresar con una sola nao La Victoria, junto con 18 famélicos tripulantes dando la Primera Vuelta al Mundo 1519-1522.
Hemos comprado las entradas a través de la página web: www.visitasdonana.com
Elegimos la visita combinada, viaje en barco + visita al poblado de La Plancha + “safari fotográfico” en autobús todoterreno, su duración completa, es de unas 2h. 30´. El precio de las entradas es de 45 E. adultos a partir de 13 años y 40 E. niños de 5 a 12 años (agosto 2023) y las hemos recogido una hora antes del inicio de la visita en la “Fábrica de Hielo” (telf. 956363813) situada junto al monumento a la Virgen del Rocío (este es uno de las vías de paso de esta famosa romería) y el Club Náutico. Antigua cofradía de pescadores y fábrica de hielo para conservar los pescados hoy es el Centro de Visitantes y Centro de interpretación del Entorno de Doñana y Bajo Guadalquivir. Es muy interesante su visita y destacaría las vistas desde su terraza. Hay que decir, que los aparcamientos cercanos suelen estar muy concurridos en verano.
A tener en cuenta en la visita al Parque: no es apta para embarazadas y personas con problemas de columna y cuello, ya que la ruta todo terreno discurre por zonas algo abruptas. Hay que darse loción repelente a los mosquitos y aun así no nos libraremos de sus picaduras. Hay aseos en el centro de visitantes, en el barco y en el poblado. Es recomendable llevar ropa cómoda y zapatillas de senderismo, a nosotros nos hizo calor, pero soportable. Portar una mochila con agua y algo de picar. No se permite desembarcar en el Parque Nacional desde embarcaciones no autorizadas. No se admiten mascotas, las explicaciones son enteramente en español y está prohibido fumar.

Enfrente de la Fábrica de Hielo se encuentra atracado el barco turístico Real San Fernando y a su derecha el barco Los Cristóbal , que es el que a nosotros nos va a dar el “pequeño crucero” remontando por el primer ecosistema, El Río.
Elegimos embarcar a las 16:30´ y la salida tiene lugar sobre las 16:45´ (según la hora de salida, el orden del recorrido puede variar). Navegamos entre varias embarcaciones que suben y bajan por el río con su variada carga. La orilla de la izquierda (margen derecha) con hasta 30 Km de playas vírgenes, la abundante vegetación y avifauna del Parque Nacional contrasta con el abigarramiento de construcciones de la orilla derecha por detrás de su línea de playas.



En la margen izquierda (derecha) podemos apreciar el baluarte de San Salvador y seguidamente el pequeño puerto del barrio de Bonanza. Seguidamente resalta la blancura de la sal acumulada en las salinas junto a las marismas y detrás los verdes campos e invernaderos de las explotaciones agrarias del caserío de La Algaida. También por detrás sobresale el interesante bosquete de pinos del Parque Natural de La Algaida (Entorno Natural de Doñana,Sanlucar de Barrameda)
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que posteriormente visitaré. El Guadalquivir ha sido y es nexo de unión de comerciantes, pescadores, agricultores y ganaderos, gran responsable con sus dinámicas y evolución, de la construcción de las tierras a su alrededor y de la forma de vida de las gentes.
Atentos a las explicaciones de la megafonía con la vista en el variado panorama, llegamos al embarcadero de la Plancha. La singladura ha sido de unos 6Km (3,73 millas) remontando el Guadalquivir y ha durado una tranquila media hora.

Desembarcamos en la playa junto a unas chozas reconstruidas con materiales del entorno, el Poblado de La Plancha, donde una guía nos explica la historia de estos Ranchos. Durante buena parte de la Historia este territorio fue poblado esporádicamente por ganaderos, pescadores y recolectores. Es a mediados del s. XVIII con la plantación de pinos piñoneros cuando se empiezan a establecer familias en pequeños poblados autosuficientes, llegando a existir con el tiempo unas 400 personas de forma estable. Estos ranchos fueron languideciendo hasta desaparecer en los años 80 del s. XX. Vivían modestamente en varias estancias separadas gracias a sus animales domésticos y una agricultura de subsistencia en pequeñas parcelas excavadas en la arena buscando el agua, la caza, la pesca, la recolección de miel, de piñones y haciendo carbón vegetal, etc.
Hay un corto sendero que accede a un observatorio hacia Los Llanos de Velázquez, zonas bajas y encharcadas en invierno y pastos verdes en primavera que alimentan a los herbívoros y que en verano están secos.

Al rato, aquí viene a buscarnos el autobús todoterreno de color verde que representa una gran atracción. La interesante y animada charla del conductor y el trayecto por caminos y veredas atravesando los diferentes ecosistemas, hacen el recorrido divertido, ameno y con suerte veremos algunos animales de su variada fauna silvestre.



Pasamos desde Los Llanos donde sorprendemos a unos ciervos bebiendo en una surgencia hacia el Palacio de Las Marismillas de estilo colonial inglés, donde suelen alojarse presidentes y personalidades extranjeras que visitan estas maravillas. En sus cercanías pastan caballos salvajes y algunos gamos. Recorremos



Los Navarros adentrándonos por Los Cotos con la visión del abundante matorral donde se distinguen Los Montes,Negros (Suelos húmedos) y Blancos (Suelos secos) con diferente vegetación, sabinares, madroños, acebuches, viejos alcornoques ( Las Pajareras) y pinares piñoneros, etc. donde sorprendemos jabalís de menor porte que los existentes en otros lugares de la península y a algún conejo, alimento del tímido lince y la majestuosa águila imperial, etc. Vemos enebros marítimos, romero, jaras, brezos, lentiscos, romeros, retamas, lavandas, etc.



Atravesamos la zona de transición de La Vera para comprobar como Las Lagunas y Las Marismas están secas (en verano), pero desde la primavera llegan a estas y a la importante vegetación que los circunda, aves desde África para procrear. Es a finales de otoño e invierno cuando deben estar rebosantes de agua y cientos de miles de aves migratorias las ocupan para alimentándose.
Pasamos por los Bosques de ribera dejando atrás otro rancho, la casa de los guardas, viejos bunkers de los años 40 para repeler una hipotética invasión de Los Aliados en la II Guerra Mundial, también están las más antiguas ruinas de torres de vigilancia para dar la señal de alarma de desembarcos de piratas berberiscos de los s. XVI y XVII como la Torre Faro de San Jacinto, Torre de Zabalar y Torre Carbonero.



Vamos cogiendo velocidad de crucero por la larga Playa de Malandar y del Inglesito entre las Dunas y el océano Atlántico. Vemos algunos restos traídas por el mar de embarcaciones abandonadas de pescadores y otras dedicadas al narcotráfico o el contrabando cercanas a las ruinas del antiguo cuartel de la Guardia Civil con su alto pozo.
Subimos por un camino entre las Dunas móviles cercanos a la Casa del Inglesito, para hacer una pequeña parada en una loma admirando en Los Corrales, bosque de pinos piñoneros y matorral, con lentiscos, retamas siemprevivas, etc. rodeados de dunas de arena más estables pero que terminarán estrangulándolos con el tiempo gracias al viento.



Regresamos por la preciosa playa virgen que disfrutan algunos pocos afortunados bañistas, aves marítimas y moluscos hasta la Punta del Bajo, para bajarnos del autobús y montarnos en el transbordador de vehículos que en unos minutos nos lleva hacia la Playa Bajo de Guía en Sanlúcar de Barrameda.

En estas playas tienen lugar las espectaculares carreras de caballos. Es el momento, antes de la bonita puesta de sol, de celebrar la experiencia cogiendo fuerzas con unas tortillitas de camarones y unas Manzanillas fresquitas antes de pasear y ver las coloridas alfombras de sal en el casco histórico, que se encuentra en plenas Fiestas Patronales de La Caridad