Visita guiada por los ecosistemas del Parque Nacional de Doñana

La visita guiada al Parque Nacional Doñana de unas 4 horas la realizamos en un vehículo 4X4 que atraviesa los diferentes ecosistemas del Parque para terminar en el Centro de Visitantes del Acebuche.
La variedad de ecosistemas del Parque Nacional de Doñana (playa, cotos, marisma, vera y dunas) alberga una biodiversidad única en Europa.
Entramos al ecosistema de playa junto al hotel Gran Coto de Matalascañas por la que atravesamos los 30 km de playa atlántica hasta la desembocadura del Guadalquivir (enfrente Sanlucar) dejando atrás los ranchos de pescadores Mona, Murillo, Chimbo, Mondaca, Hermanos López y Enrique y la Torre Carbonero, torre vigía que fue levantada entre los siglos XVI y XVII para alertar de las incursiones y pillajes de los piratas, de la amenaza de flotas extranjeras y para abastecer de agua a las flotillas pesqueras de bajura.
La ruta luego transcurre por pista paralela al río Guadalquivir, por el camino de los rocieros de Sanlúcar, adentrándose al ecosistema de “los cotos”, zona de bosque en el que abunda el matorral y el pino piñonero.
Llegamos a la inmensa marisma del Parque, ecosistema de extraordinaria importancia como lugar de paso, cría e invernada para miles de aves europeas y africanas.
En esta época estaba seca, a la espera de las lluvias otoñales y ,evidentemente, sin flamencos.
Ahora por el ecosistema denominado “la vera”,franja de varios cientos de metros comprendida entre los cotos y la marisma, nos dirigimos al ecosistema de “dunas fijas”, alejado del litoral y con abundante vegetación, para finalmente llegar al increíble sistema dunar móvil con sus corrales y vegetación de pino piñonero, sabinas y enebros.
Aunque no vimos más que ciervos en el recorrido, en el Parque viven especies únicas, y en serio peligro de extinción, como el águila imperial ibérica y el lince ibérico.
Según el guía existen 80 ejemplares de lince ibérico.
La visita guiada en su conjunto ha sido interesante, si bien no en la mejor época para ver fauna, ya que si es por atisbar “bichos”, quizás sea más práctico y cómodo hacerlo por la noche desde el balcón del hotel con un buen gintonic y unos prismáticos, para contemplar a los ciervos y jabalíes darse el banquete en los contenedores de basura del propio hotel.
El registro del recorrido finaliza por falta de batería al volver al ecosistema de playa.