Torrox - Borrasca Alex

Torrox - Borrasca Alex

Hacía un poniente más fuerte de lo que indicaba la previsión. Saliendo de Caleta pusimos rumbo Este con viento fresco. No me gustaba mucho la idea porque habría que volver ciñendo.

Íbamos navegando de popa cerrada a todo trapo, con una velocidad de 8,5 nudos. El anemómetro marcaba 26 nudos de viento aparente, que sumando hacen 34 nudos de viento real.

Conozco bien a La Herculana y sabía que 8,5 nudos era mucha velocidad para ella, sin duda nos acompañaba una corriente de unos 1,5 nudos. Con esas condiciones y sin ningún rizo La Herculana sólo navegaba bien de popa cerrada. Si la ponía a navegar al través se iba de orzada. Ahí empecé a notar que la cosa estaba fea y que realmente estábamos corriendo el temporal. Había que volver de inmediato. Ese día no podíamos recalar en otro puerto. Por cada media hora navegando al Este supondría una hora más navegando al Oeste. Las olas ya eran de un metro.

Antes de poner rumbo Oeste teníamos que reducir trapo como fuera. Lo conseguimos a duras penas. No teníamos la fuerza necesaria enrollar la génova desde la bañera. Debía ir a proa porque tirando del cabo en la salida del enrollador nos ahorrábamos la fricción de tres pasacabos. No fue difícil alcanzar la proa navegando a favor de las olas. Una vez allí me senté sobre el pozo de anclas sacando las piernas por la borda. Después de enrollar casi toda la génova conseguimos meterle tres rizos a la vela mayor gracias al winch.

Con el 30% del velamen La Herculana continuaba navegando a 8 nudos. Por fin casi a la altura de Nerja conseguimos cambiar el rumbo y nos pusimos a ceñir. Pero el rumbo efectivo fue Sur con casi nada de componente Oeste. Estaba claro, no podíamos remontar la corriente con ese poniente navegando a vela. Al menos tan alejados de la costa. Lo adecuado en esta situación es pegarse al máximo a la costa. Allí el viento rola un poco y la corriente es menor. Pero aún teníamos muy presente la varada del velero Django el día anterior unas millas más al Oeste. Así que decidimos evitar la costa.

Pusimos el motor y terminamos de arriar las velas. Usamos un winch para enrollar la génova y en el proceso terminamos por partir uno de los malditos pasacabos. Esta vez no me iba a ir a proa con la marejada entrando por la amura y La Herculana dando pantocazos. Una vez rumbo Oeste y navegando a palo seco La Herculana sólo alcanzaba 4,5 nudos a toda máquina.

De repente algo estaba mal en la sonda, marcaba 3,8 metros de profundidad. Pero no podía ser ¡estábamos una milla mar adentro! La pantalla del instrumento parpadeaba y yo no sabía cómo interpretar ese parpadeo. ¿Podría indicar que el sensor no estaba enviando información o podría ser de una alarma de bajío? La Herculana cala 1,85 metros. Cuando la sonda marcó 2,6 metros puse rumbo SO. En otra ocasión habría seguido rumbo Oeste, pero aún me acordaba de la varada de Django. ¿Acaso la borrasca Alex ha creado un placer en el fondo marino de Torrox? Nunca lo sabremos, pasados 15 minutos la sonda por fin marcaba 56 metros y mirando nuestra posición en la carta comprobé que estábamos en el veril correcto.

Pasado la Punta de Torrox se notaba como la bahía de Vélez nos protegía del oleaje. Las olas iban menguando según nos acercábamos. El viento también iba bajando no ya por estar dentro de la bahía sino por la hora, estaba bajando el térmico. Llegando a puerto pusimos velas y dejamos la bocana a estribor. Se estaba muy bien navegando a vela por la playa de Torre Del Mar. Tenemos costumbre de no atracar hasta que se oculte el Sol por completo. Nos gusta ver las luces de los faros de Torrox y de Torre.