Carlos - 2018/1/1 - Loma del Noruego-Raquetas

Arrancamos con las primeras rampas entre pinos. Paisaje bucólico rememorando la entrada Narnia otra vez. El paisaje nos hace ralentizar el camino para poder contemplarlo y hacer fotos.

Llegamos a la Peña del Águila. Para los tíos sanos es el momento del primer cigarro y unas risas. Yo aprovecho para visualizar la ruta ante las fabulosas vistas de todo Valdesquí.

Dejamos el pinar, lo que nos permite ir el resto del camino con las mejores vistas que recuerdo. Norte Peñalara - Oeste Siete Picos - Sur Guarramillas - Este Valdemartín. Impresionante.

Tras un falso llano, empezamos a visualizar la subida a Guarramillas con la Bola del Mundo detrás. Pinta bien. La nieve está dura y se anda bien sin necesidad de crampones o raquetas.
Iñaki no para de mirar a las pistas de Valdesquí, recordando alguna zona de saltos fuera pista mientras ascendemos.
En cuanto llegamos a Guarramillas nos tenemos que abrigar y por fin ponernos las raquetas. El tiempo a empeorado con la altura.
La bajada al collado con las raquetas es un gran respiro y nos permite grabar algunos videos caminando y corriendo con las raquetas divertidísimos. Esto nos da fuerzas para acometer la subida a Valdemartín.

Subimos lento pero seguro y con más frío. Nos preparamos para volar sobre la loma ya que literalmente el viento se llevaba los bastones. Un tramo con un viento impresionante pero nos permitió poner un poco de pimienta a la ascensión.

Mas fotos y alguna vista ocasional a la maliciosa entre las nubes. Conversación con algún otro montañero que se atreven a subir a Cabeza de Hierro.

Momento de reflexión. La aventura termina y nos toca bajar por las pistas hacia el aparcamiento, pero estamos fuertes y tras una cortísima deliberación decidimos continuar por el collado de Valdemartín y bajar hacia el Pingarrón por el arroyo de Cerradillas.

Si tuvimos pimienta en la loma de Guarramillas con el viento, esto fue un chile habanero. Por cierto, no recuerdo que pasó pero de repente en las fotos no hay nueves y sí mucho sol. Qué alguien me lo explique.

Nos quitamos las raquetas y nos asomamos para iniciar el descenso. Mucha nieve y mucho desnivel y me dio miedo. SI resbalas por aquí terminas debajo de culo. Así que me pregunté, ¿y si bajo de culo?

Carlos e Iñaki fliparon cuando me vieron adelantarles deslizándome y no lo dudaron y pusieron culo a tierra y empezamos a bajar de culo un buen tramo. Iñaki perdió su botella de agua, no creo que valga una nueva más de 1€ pero no podíamos dejarla allí, así que continuamos bajando.

Lo hicimos en tres tramos. Un total de 500 metros con 200 de desnivel y en algunos tramos con un 49% de pendiente. El mayor tobogán que he cogido nunca. Auténtico chile habanero.

Esta aventura nos desvió un poco de la ruta y ante la negación de Iñaki de ponernos otra vez las raquetas, nos hicimos el siguiente kilometro hasta una loma donde comimos de forma cansina. Ya pesaban los kilómetros.

Comimos tortilla de patata, la mejor que recuerdo gracias al hermano de Carlos. La acompañamos con unas cervezas y terminamos con un poco de chocolate y Jim Bean.
La parada, como en otras ocasiones, nos enfrió un poco. Y decidimos coger el camino más recto bajando al arroyo de Guarramillas y subimos hacia la carretera de Valdesquí.

El último kilómetro y medio fue por asfalto, pero el día fue intenso y lo agradecimos para chalar y comentar las jugadas.

Por cierto, nos encontramos con uno de los perros más bonitos que he visto. No sabíamos si perro o lobo. Finalmente no contó su dueño,- lobo mezcla de malamute- . Salvaje y precioso.

Otra ruta se acaba con grandes historias.

Gracias Carlos por los cuernos de Reno para el Jeep. Nos recordaran esta ruta.
Gracias Iñaki por cuidar de tu padre y no permitirle que haga locuras en la montaña.