Casares de Arbas - Valle de Arbas

Después de varias semanas sin disfrutar de la montaña por el "hermoso" febrero que estábamos teniendo, llegó el día! La previsión no era buena y no invitaba a preparar ninguna ascensión. La nieve, la lluvia y el viento no iban a ser buenos acompañantes en altura, por lo que nos decidimos por completar una de las rutas en raquetas de nieve más bonitas de la Montaña Central Leonesa: el Valle de Arbas.

Comenzamos la ruta desde el pueblo de Casares de Arbas, en pleno valle y con unas vistas excepcionales. Ya en el mismo pueblo, somos testigos de la gran cantidad de nieve acumulada durante las últimas jornadas. Dejamos el coche bien ubicado, permitiendo el paso de vehículos y, tras colocar las raquetas, comenzamos la ruta. El día no prometía mucho. Algo de nibla, poca visibilidad y un ligero viento frío, típico de los días más desapacibles. incluso nos acompaña un ligero aguanieve en los primeros minutos de ruta.

Visitamos el cartel informativo sobre la ruta, colocado hacia la mitad del pueblo, muy cerca de la carretera general. Tras leer el cartel sobre lo que nos íbamos a encontrar, comenzamos a subir hacia la parte alta de Casares de Arbas, por una calle bastante nevada y helada. No tiene pérdida, puesto que debemos de encaminarnos hacia la pista forestal que abandona el pueblo por el norte, paralelos al Arroyo Casares.

Nada más salir del pueblo, una mirada atrás para contemplar una bonita panorámica de Casares de Arbas y del Embalse de Casares, completamente nevado a su alrededor. Nos calzamos las raquetas de nieve y emprendemos la marcha invernal.

A los pocos metros, nos encontramos con un pequeño cartel informativo sobre Las Tres Marías, ocultas entre nubes bajas. Ya hemos estado aquí varias veces, por lo que nos hacemos una idea de la bonita foto que se puede obtener desde aquí. Continuamos la ancha y cómoda pista forestal.

Con algo más de un kilómetro y medio andado, a nuestra izquierda, el Arroyo Casares nos va dejando sinuosas formas y curvas sobre las nevadas orillas. Tiempo para disfrutar de un bonito salto de agua!

A los dos kilómetros, llegamos a las inmediaciones del Refugio Las Tres Marías, enclavado a los pies de los grandes farallones rocosos de El Palero, la María más baja, pero más compleja de ascender. Continuamos la pista forestal, en ocasiones pérdida entre las praderas y laderas nevadas. Llevando un GPS o conociendo por dónde va subiendo la pista, no hay problema!

El siguiente objetivo será la Collada Gistreo, uno de los puntos más bonitos de la ruta y el lugar de mayor altura, a más de 1.600 m. No es muy visible aún, pero el día nos va dejando indicios de que quiere mejorar. Tras remontar la pista con un par de diagonales, llegamos a la collada, donde se nos abren unas vistas excepcionales hacia el norte, permitiendo observar un bonito y blanco pinar y la cara sur del Cueto Negro.

Superada la Collada Gistreo, empezaríamos a descender hacia el valle que va formando el Río Viadangos. Aunque siempre vayamos en ligero descenso, estamos ante la parte más tediosa de la jornada. La gran cantidad de nieve acumulada iba a dejar la ancha y cómoda pista forestal con la misma inclinación que la propia ladera que vamos a descender. Esto complicaría un poco más el caminar, ya que la raqueta, yendo a media ladera, es bastante más incómoda. Aún así, sin mayores complicaciones y, buscando siempre las partes más llanas, vamos completando el precioso pinar.

Pronto llegamos a las inmediaciones del Río Viadangos. El valle es muy ancho y la cantidad de nieve acumulada asombra! A nuestra izquierda, la ladera del Cueto Negro, y a nuestra derecha, la pequeña Sierra de Chagos. El día va mejorando a pasos agigantados y los primeros rayos de sol aparecen!

Tras completar el valle, una curva a la derecha nos permite ver, en lo alto, una bonita cascada, fruto del deshielo que va ocurriendo.

Toca cruzar el Río Viadangos! Para ello, utilizamos el rudimentario y estable Puente del Glaciar, hecho con troncos de madera. Sin duda, uno de los momentos más divertidos. Ya en la otra orilla, seguimos la pista forestal.

Estamos próximos a Viadangos de Arbas, otro de los pueblos cercanos, pero no pasaremos por él, puesto que la ruta oficial se desvía ligeramente hacia la derecha para tomar otra pista que nos llevará hacia la cara sur de la Sierra del Turrón, otra de las pequeñas sierras del lugar. Seguimos ahora por el margen derecho del río. Mención especial al alud que encontramos en mitad del camino, lo que invita a reflexionar si es buena idea salir a la montaña en los días en los que la alerta es máxima. Las laderas entre 30 y 60 grados, laderas herbosas, distintas capas de nieve formadas y no compactadas, el ascenso brusco de la temperatura y las grandes acumulaciones de nieve... Conocimiento y precaución, por favor!

En el punto más cercano a Viadangos de Arbas, encontramos el siguiente desvío, a la derecha. El poste de madera se encuentra casi enterrado, pero los últimos centímetros del poste visibles, nos permiten saber cuál será el siguiente rumbo a tomar.

El siguiente objetivo será llegar al pequeño collado que separa la Sierra del Turrón de la Sierra de las Cangas. El collado ya es visible desde la parte más baja y no tiene demasiada pérdida, ya que vamos ascendiendo por pista casi todo el tramo. Aún así, conviene saber bien por dónde avanza la pista, algo complicado con mucha nieve. Como llevamos mapa, no tenemos problema para continuar!

Vamos remontando y ascendiendo, poco a poco, y llegamos al collado! Las vistas vuelven a ser gloriosas y obtenemos una buena panorámica del Valle de Arbas. También tenemos, a lo lejos, el pueblo de Casares de Arbas, al que nos dirigimos para completar la ruta. Ya no existen nubes que resten visibilidad, por lo que disfrutamos mucho de la altura a la que nos encontramos.

El descenso está muy claro y es bien visible. Vamos descendiendo por la pista forestal. En la parte más alta, nos encontramos con la Fuente del Turrón. El camino es evidente y vamos perdiendo altura rápidamente.

Estamos en la parte baja y, tras completar la pista forestal, llegamos a la carretera, por donde debemos continuar girando a la derecha. Ya sin raquetas de nieve, completamos este corto y rápido tramos hasta Casares de Arbas, donde damos por concluida esta bonita jornada!

Una de las rutas más bonitas e ideal para hacer en raquetas de nieve. Quizás, un poco larga, sobre todo si se realiza con niños o gente que no está acostumbrada a estos terrenos. La ruta está perfectamente señalizada, salvo que el espesor de la nieve supere la altura de los postes indicativos. Muy agradable de pasear y siempre por pistas y senderos en buen estado, sin complicaciones ni peligros. Estupenda jornada en la nieve!

MÁS INFORMACIÓN:
Casares de Arbas - Valle de Arbas

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Rubén Wanderlust (www.rubenwanderlust.com)