Estación Invernal de San Isidro - Lago Ausente - Las Salencias 24-02-2019 (IBP = 48 HKG)

Paseo con raquetas por una ruta clásica en los alrededores de la Estación Invernal de San Isidro: la subida al lago Ausente. La ruta se inicia en el aparcamiento de la Estación Invernal de San Isidro, donde nos dejó el autobús, sube hasta el lago Ausente y vuelve por el mismo camino hasta las inmediaciones del aparcamiento. Antes de llegar a él, nos desviamos para continuar por el lateral de una pista de bajada de esquí que llega hasta Las Salencias (Nieveleón San Isidro), donde nos esperaba el autobús.

Día esplendido, desde el punto de vista meteorológico, para dar un paseo con raquetas por numerosos miembros del Grupo de Montaña M.I.E.S. de Oviedo.

El grado de dificultad de esta ruta, en las actuales circunstancias, es de MODERADO, especialmente por el último tramo de subida (pendiente en media ladera) al lago. La ruta discurre por una amplia senda que en sus primeros tramos está alisada por las máquinas de la estación invernal, de modo que parece una "autopista" de nieve. Sin embargo, los últimos 400 metros de subida al lago Ausente se hacen por una trazada muy estrecha, muy pendiente y con una caída algo vertiginosa por un lateral de la misma (a izda. o a dcha., según se suba o se baje del lago). Además, en la bajada nos encontramos con "tráfico" de subida, lo que añadió un grado más de dificultad.

La ruta no precisa de indicaciones, así que los waypoints aluden fundamentalmente a vistas panorámicas del camino, con el aliciente añadido de la nieve como elemento protagonista. Las imágenes del lago helado, flanqueado por las montañas que lo rodean, son espectaculares. Más impactante aún, fue observar como un par de jóvenes se adentraron dentro del lago y lo cruzaron de lado a lado...(o lo conocían muy bien o fueron unos insensatos).

Aunque no soy, ni muchísimo menos, un experto montañero, me permito comentar que si hubiera tenido la oportunidad, hubiera usado crampones para superar la ultima fase de subida al lago. Aunque la nieve no estaba dura, creo que la seguridad que da la pisada más concreta y reducida del crampón, frente a la raqueta, facilitaría (cuando menos, psicológicamente) la subida y la bajada por el tramo referido.

Para colmo de males, tal y como avancé anteriormente, al contrario de lo que nos ocurrió en la subida, durante la bajada nos cruzamos con numerosos grupos de montañeros que subían al lago. Al ser un paso muy estrecho, los problemas a la hora de cruzarse con alguien son obvios y ello crea una tensión añadida, sobre todo a los más inexpertos (como es mi caso). En más de una ocasión, los guías de los grupos que subían, tuvieron que hacer "aparcaderos" en el lado superior de la trazada, para facilitar el cruce entre los que bajábamos y los que subían. Mientras tanto, Santos, calzado con sus crampones, andaba como "pez en el agua" y ayudaba a "dirigir el tráfico" de subida y bajada.

Pasado el tramo referido, después de que se desatascara el camino, la vuelta hacia el punto final de nuestra ruta fue muy relajado y tranquilo.