Gistaín - Peña Cuezo - Tozal de Igüerra - Colllado de la Cruz de Guardia. Circular
near Gistaín, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Hermosa circular con raquetas de nieve para completar una ruta sencilla y sin peligro de aludes.
Comenzamos en la bonita localidad de Gistaín (Chistau en aragonés) en la que el mejor sitio para estacionar se encuentra en la misma entrada.
Generalmente estos pueblos de montaña tienen una disposición de las viviendas un poco compleja ya que en su día todo el mundo iba andando. Calles estrechas que hacen las delicias de los visitantes pero imposibilitan (afortunadamente) el tránsito en turismo.
Nos desplazamos hacia la iglesia que veremos solo por fuera, y por detrás del templo parte el sendero GR-19 que va hacia Serveto, bien señalizado. Andamos por él cómodamente ya que es un camino, hasta alcanzar el punto llamado Cruz del Grau, que viene a ser un mirador al valle.
Continuamos por el camino, abandonando el GR-19 que continúa por senda, alcanzamos el llamado "Pilón del Foricón", que viene a ser por lo que vemos, una roca curiosa al lado del camino.
Poquito mas arriba, dejaremos el camino y tomaremos una senda entre muros de piedra, hay que estar muy atentos al arranque ya que no se ve demasiado. El sendero enseguida gana protagonismo tanto por su buena hechura como por el paisaje que se abre a medida que ascendemos.
Llegamos a una zona de bordas donde es fácil ir perdiendo la pista del sendero, sobre todo porque hay bancales y más arriba nieve continua. Con un poco de atención daremso con la clave que no es otra que ir rodeando el pico de nuestra derecha para meternos en la amplia canal que nos servirá de ascenso. Un par de lazadas y estaremos alcanzando la cima.
Peña Cuezo: un pico modesto de cima muy amplia y redondeada, que no obstante ofrece unas vistas fabulosas. Lo mismo ocurrirá cuando, hecho un largo receso al sol, nos dirigimos un poco mas al norte y ascendemos el Tozal de Igüerra, de altitud parecida, sólo un poco más alto.
Espectaculares los montes nevados entre los cuales destacan los Culfreda, Eristes, Bachimala, Peñas de las Once y la Una, Mobisón Gran, y otros tantísimos picos del entorno.
Desde este tozal, avanzamos siempre al norte descendiendo ligeramente hasta un cercado, que seguimos como podemos ya que hay mucha nieve y las raquetas se hunden. El paso que atraviesa el cercado coincide con una especie de collado, por el que habría un camino si no estuviera cubierto por el blanco elemento.
Tenemos al frente nuestro objetivo, el collado de la Cruz de Guardia, el paisaje completamente cubierto de nieve hace nuestras delicias por mucho que pesen las piernas. Se puede observar la chimenea de una cabaña, que se encuentra completamente enterrada de nieve. Alucinante.
Avanzando poco a poco se gana terreno y finalmente se obtiene el premio, el Collado y sus maravillosas vistas al valle de Pineta y Punta Suelza.
Celebramos nuestra pequeña conquista y decidimos regresar enseguida, eso sí disfrutando ahora de la nieve ya que bajar cuesta muy poco con las raquetas. Algún tramo es una auténtica delicia, otros a media ladera no tanto. Llegaremso en un ratito al collado donde se cruza la cerca y desde este punto ya no volvemos a Peña Cuezo sino que descendemos primero hasta una pleta ó corral con su casita del pastor, luego entre las bordas que puebla toda esta ladera haciendo constantes atajos a la pista y cuando ya va desapareciendo la nieve seguimos la traza del camino hasta por fin alcanzar el merendero "Cruz de Puyadasé.
Desde esta zona de picnic continuamos el camino sin mas novedad que un rebaño de ovejas y su pastora, que si me descuido poco menos que me da un garrotazo con la vara por pararme a hacer fotos a los animales. Me dijo que al pararme no dejaba andar a las ovejas!! Toda una anécdota.
Comenzamos en la bonita localidad de Gistaín (Chistau en aragonés) en la que el mejor sitio para estacionar se encuentra en la misma entrada.
Generalmente estos pueblos de montaña tienen una disposición de las viviendas un poco compleja ya que en su día todo el mundo iba andando. Calles estrechas que hacen las delicias de los visitantes pero imposibilitan (afortunadamente) el tránsito en turismo.
Nos desplazamos hacia la iglesia que veremos solo por fuera, y por detrás del templo parte el sendero GR-19 que va hacia Serveto, bien señalizado. Andamos por él cómodamente ya que es un camino, hasta alcanzar el punto llamado Cruz del Grau, que viene a ser un mirador al valle.
Continuamos por el camino, abandonando el GR-19 que continúa por senda, alcanzamos el llamado "Pilón del Foricón", que viene a ser por lo que vemos, una roca curiosa al lado del camino.
Poquito mas arriba, dejaremos el camino y tomaremos una senda entre muros de piedra, hay que estar muy atentos al arranque ya que no se ve demasiado. El sendero enseguida gana protagonismo tanto por su buena hechura como por el paisaje que se abre a medida que ascendemos.
Llegamos a una zona de bordas donde es fácil ir perdiendo la pista del sendero, sobre todo porque hay bancales y más arriba nieve continua. Con un poco de atención daremso con la clave que no es otra que ir rodeando el pico de nuestra derecha para meternos en la amplia canal que nos servirá de ascenso. Un par de lazadas y estaremos alcanzando la cima.
Peña Cuezo: un pico modesto de cima muy amplia y redondeada, que no obstante ofrece unas vistas fabulosas. Lo mismo ocurrirá cuando, hecho un largo receso al sol, nos dirigimos un poco mas al norte y ascendemos el Tozal de Igüerra, de altitud parecida, sólo un poco más alto.
Espectaculares los montes nevados entre los cuales destacan los Culfreda, Eristes, Bachimala, Peñas de las Once y la Una, Mobisón Gran, y otros tantísimos picos del entorno.
Desde este tozal, avanzamos siempre al norte descendiendo ligeramente hasta un cercado, que seguimos como podemos ya que hay mucha nieve y las raquetas se hunden. El paso que atraviesa el cercado coincide con una especie de collado, por el que habría un camino si no estuviera cubierto por el blanco elemento.
Tenemos al frente nuestro objetivo, el collado de la Cruz de Guardia, el paisaje completamente cubierto de nieve hace nuestras delicias por mucho que pesen las piernas. Se puede observar la chimenea de una cabaña, que se encuentra completamente enterrada de nieve. Alucinante.
Avanzando poco a poco se gana terreno y finalmente se obtiene el premio, el Collado y sus maravillosas vistas al valle de Pineta y Punta Suelza.
Celebramos nuestra pequeña conquista y decidimos regresar enseguida, eso sí disfrutando ahora de la nieve ya que bajar cuesta muy poco con las raquetas. Algún tramo es una auténtica delicia, otros a media ladera no tanto. Llegaremso en un ratito al collado donde se cruza la cerca y desde este punto ya no volvemos a Peña Cuezo sino que descendemos primero hasta una pleta ó corral con su casita del pastor, luego entre las bordas que puebla toda esta ladera haciendo constantes atajos a la pista y cuando ya va desapareciendo la nieve seguimos la traza del camino hasta por fin alcanzar el merendero "Cruz de Puyadasé.
Desde esta zona de picnic continuamos el camino sin mas novedad que un rebaño de ovejas y su pastora, que si me descuido poco menos que me da un garrotazo con la vara por pararme a hacer fotos a los animales. Me dijo que al pararme no dejaba andar a las ovejas!! Toda una anécdota.
Waypoints
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