Invernal Tossa Plana de Lles

La idea de repetir la ascensión a la Tossa Plana de Lles desde la estación de esquí era intentar calibrar la dificultad entre realizar la ruta en verano, como ya hice en otro track que tengo subido a wikiloc, y realizarla en invierno.
El resultado, debido a la escasa cantidad de nieve que encontré en la ruta no fue del todo satisfactorio. Aunque saqué conclusiones que seguidamente detallaré.

La mañana prometía buena después de la paliza de viaje desde Barcelona con el consiguiente madrugón a las 5 o 6 de la mañana.
Es el inconveniente de no dormir cerca del punto de inicio. Un sube y baja de libro.
A las 10h iniciamos ruta. Cargados con los crampones, piolet, raquetas y demás material invernal.
En la subida hacia el parquing de la estación ya barruntaba que no había nevado demasiado. Las laderas de las montañas apenas tenían nieve, aunque supuse que en el bosque y en las proximidades de la cima encontraría.
La ruta se inicia tras las cabañas de alquiler de material de sky de la estación y se adentra en el bosque por un trazado de raquetas de nieve que nos dirige hacia el refugio de Pradell. En condiciones normales suele estar nevado en este mes de febrero. Algo de nieve encontramos, pero no la suficiente para usar raquetas.
He de aclarar que esta primera parte de la ruta hasta el refugio de Pradell es espectacular, sobre todo cuando el bosque está muy nevado. Además no hay casi desnivel con lo que se disfruta de un bonito paseo matinal con raquetas.
Pero hoy no era este caso; como solo había 5cms de nieve era una tontería calzarse las raquetas. Se podía avanzar, eso sí, con cuidado con las botas. Nosotros llevamos las de invierno. Pues aunque no había mucha nieve, las de trekking o las de trailrunning se habrían calado.
Así que el tramo que pensé que usaríamos las raquetas hacia Pradell ya no las pudimos utilizar. Cargándolas para nada.
Desde el refugio de Pradell, un lugar de pastoreo, se encontraba pelado de nieve. Solo hierba seca y helada. Un contraste con otra vez que hice esta excursión de raquetas y estaba precioso con nieve a reventar.
Cruzamos la pista de esquí nórdico donde vemos el cartel indicador de Tossa Plana de Lles (3h) y ahí comienza la verdadera ascensión. Pues en estos 3 primeros kilómetros apenas hemos ganado 200m.
En verano subí por un bosque que en esta ocasión encontré prácticamente en idénticas condiciones. Algo más de nieve al darle más sombra, pero superable con crampones si la nieve hubiese estado algo más compactada y helada. En esta ocasión solo había de ir con cuidado de no pisar alguna placa de hielo. Seguí con las duras botas de invierno superando el empinado sendero.
En todo caso, no es una ascensión óptima para raquetas, en caso de haber la nieve que se esperaba para esta época de año. Demasiada pendiente.
Una vez se acaba el bosque seguimos los hitos de piedra que poco a poco nos desvían hacia la derecha a través de un amplio prado que asciende gradualmente. Pla de les Sommeres. En el día de hoy era prado pero si hubiese sido nieve sería perfectamente accesible con raquetas pues la pendiente ya no es tan grande como en el sendero del bosque.
Al ir ganando altura, ya nos encontrábamos a más de 2300m sí empezamos a encontrarnos más cantidad de nieve que nos obligó a superarla o esquivarla por la zona de piedras. Esto es porque no pudiendo usar raquetas y habiendo tan poca nieve resultaba cansino ir calzándonos y descalzándonos los crampones. Aunque había rampas que estaban heladas y costaba no resbalar. Aún así, en condiciones normales, si habría que ponérselos para poder superar esas rampas.
A las 4h del inicio de ruta llegamos a la cima. Con los pies destrozados de las botas. Quiero pensar que con nieve en todo el recorrido la historia hubiera sido diferente.
La Tossa se encuentra en una planicie asequible cualquier época de año.
Vistas espectaculares de la cercana Muga, del Estany de l'Illa, del circo de Perafita, de la Serra del Cadí e incluso de la Pica d'Estats.
El día, extrañamente caluroso por la inversión térmica y la escasez de nieve permitió permanecer un rato en la cumbre sin los rigores que suelen azotar los picos en invierno.
Descendimos, con mucha precaución, por el mismo sendero. Sin calzarnos crampones ni raquetas. Si hubiese estado nevado, primeras rampas tras abandonar la cima hasta el prado que precede al bosque (Pla de les Sommeres), con crampones. Recorreríamos el prado con raquetas, en el día de hoy con botas de invierno, y el tramo de descenso por el bosque hasta el refugio de Pradell con crampones. Y hasta la estación de nuevo con raquetas.
En resumen, es una excursión que es asequible pero dura, para hacer un mixto con raquetas y crampones. La duración en invierno creo que sería similar a las 7h que hemos tardado. Pues en el día de hoy avanzamos fatigosamente con la pesada mochila y el material de invierno. Lo que equivaldría a ponerse y quitarse material si la hubiésemos realizado con la nieve esperada.
Conclusión, esta misma cima que en verano son poco más de 4h entre ida y vuelta, se transforma en una dura marcha de 7h. Tanto si has de avanzar por nieve virgen (que no fue nuestro caso) como si lo haces cargado a tope con las duras botas de invierno que destrozan los pies.
Montaña invernal, un reto a planteárselo seriamente antes de enfrascarse en ello a pesar de haber realizado la misma cumbre en verano.
Aun así, si se está en forma, recomendable para practicar raquetas, crampones, piolet.
Y probarse en condiciones siempre duras cuando la montaña se cubre de nieve y de hielo.