Sierra del Brezo IV (Monasterio Virgen del Brezo - Cno. Virgen del Brezo - Cno. de Valdeprovín)

Ruta sencilla realizada por Ojos de Elfo y Leord con la primera nevada de la temporada, siguiendo el camino de la Virgen del Brezo.
El aliciente de la etapa lo tenemos en, por un lado, seguir el camino de la Virgen del Brezo hasta enlazarlo con el camino de Valdeprovín, intentando llegar al refugio de la Espina; y por otro lado, pisar la nieve recién caída durante toda la semana previa y así dar uso a las raquetas de nieve.
Nos acercamos con el coche desde Villafría de la Peña hacia el Santuario de la Virgen del Brezo, dejando este aparcado en el arcén a un kilometro de distancia, dado que la carretera estaba helada y patinabamos y no queríamos poner las cadenas. Desde ahí iniciamos la ruta pasando cerda del santuario y ascendiendo por la carretera q lo rodea, todo cubierto de nieve. Al poco llegamos a un desvío, un cartel señala el refugio de Cristo Sierra a tres kilómetros, pero tomamos la otra dirección de donde parte el camino de la Virgen del Brezo. El camino coge lentamente altura y los kilómetros van cayendo. Aquí la nieve ya acumula varios palmos pero no nos ponemos las raquetas hasta llegar a la siguiente bifurcación, donde un ramal que sale a mano derecha y que no deberemos coger, baja hasta una antigua cantera. Hasta aquí, usamos las pisadas de otro caminante del día anterior para no hundirnos demasiado. En este punto me calzo las raquetas, dado que la nieve acumula más espesor. Ojos de Elfo aguanta un poco más, hasta llegar a una especie de menhires tallados con perfección con ángulos completamente rectos, seguramente hechos por los alienígenas ancestrales. El camino de la Virgen del Brezo termina en ese punto y podríamos decidir subir una colina cercana, con la subida bien trazada y marcada, o seguir todo recto y coger el camino a Valdeprovín.
A partir de este punto la senda desciende algo y llanea y discurre largo a través del monte todo blanco y todo silencioso, siempre por el amplio camino que está atravesado en numerosas ocasiones por pisadas de cérvidos, que se hunden profundamente y podemos observar que ya hay más de medio metro de nieve bajo nuestras raquetas.
El camino serpentea largo y, después de un giro pronunciado a la izquierda empieza a subir de nuevo, llegando al rato a otra especie de cantera abandonada con restos de materiales y un contenedor abierto que podría ser usado con refugio de emergencia.
Allí consultamos tiempos y mapa y nos damos cuenta de estar muy lejos aún del refugio de la Espina, pero decidimos seguir más aún, hasta un alto que se divisa a lo lejos. Subimos un trecho hasta enlazar otra vez con el camino y proseguimos el ascenso, algo más serio ahora, en medio de camino que apenas se distingue debajo del manto blanco.
Al llegar donde creíamos que veríamos kilómetros de terreno hacia adelante, para hacernos una idea mejor de donde nos encontrábamos, sólo divisamos blanco en el suelo y blanco en el cielo. Las nuves envolvían todo y detrás de la bruma blanca se acercaba otras masas nuvosas oscuras que nos cogieron y empezaron a amenazar con sus vientos y aguanieve.
Viendo que aún nos debían de quedar al menos otros 5 kilómetros o más hasta aquellos refugios, nos enfundamos los impermeables y dimos mediavuelta desandando el camino a toda prisa. Al final, al cabo de un trecho de bajada, el viento amainó y el resto de la travesía de regreso se pudo hacer con un tiempo estable, el que nos acompañó durante todo el día.
Al volver sí que pasamos a ver de cerca el Santuario de la Virgen del Brezo, y llegamos al coche después de más de 18 kilómetros. Poco desnivel y una buena temperatura, sin llegar a ser demasiado fría, pero las piernas estaban resentidas de la distancia sobre la nieve.
Si quisieramos llegar al refugio mencionado, deberíamos esperara a que hiciera buen tiempo y así poder avanzar más rápido, dado que por esos caminos se podría hacer sin mayor dificultad que la gran distancia.