Nerín-Pico Mondoto

Nos acercamos con el vehículo hasta la localidad de Nerín (Sobrarbe, Huesca) y justo antes de entrar al pueblo, cogemos una pista que sale a nuestra derecha, continuamos 1 km. aproximadamente y estacionamos al lado del camino, a la altura de una caseta de piedra, donde hay una barrera (abierta) y un claro cartel que indica que no está permitido el paso.
Iniciaremos la ruta cogiendo la senda que sale a nuestra derecha y comenzamos a ascender hasta llegar a una bifurcación donde veremos un poste indicador, el cual señala la dirección a seguir para ir hacia el Pico Mondoto (derecha) o ir hacia Cuello Arenas (izquierda). Nosotros seguiremos por la senda de la derecha, hacia el Pico Mondoto.
Al principio, cargamos con las raquetas, ya que no hay suficiente nieve para utilizarlas, pero poco a poco y según vamos ascendiendo, se nos hunden bastante las botas y decidimos que es momento de colocárselas.
Son las primeras nieves y está todavía muy blanda, además no hay huella marcada, por lo que la progresión se hace un poco más fatigosa.
Seguimos nuestra ruta y llegamos a un collado, donde aprovechando una grandes rocas que emergen de la nieve y utilizándolas como asiento, hacemos un alto en el camino para descansar y reponer fuerzas. Desde aquí, giramos hacia el este (a mano derecha) para hacer la subida directa al pico.
Ya en la cima, nos deleitamos con unas vistas espectaculares de todo el entorno Pirenáico. El Pico Mondoto es un formidable balcón desde el que se divisa el conjunto de las Tres Sorores (Monte Perdido, Añisclo y Punta de las Olas), el Cilindro y las tres Marías. El citado Pico termina abruptamente, con una caída libre de cientos de metros sobre el Cañón de Añisclo. Al otro lado del profundo abismo, podemos contemplar los Picos Sestrales.
Seguimos unos cientos de metros hacia el sur, para observar desde allí la Peña Montañesa y el Embalse de Mediano.
Quiero hacer una ADVERTENCIA y es que hay que tener mucho cuidado de NO ACERCARSE AL BORDE, puesto que, con la nieve, no sabemos si estamos pisando terreno firme o un voladizo, con el consiguiente riesgo de caer al vacío.
Ahora ya solo nos queda seguir la senda que hemos abierto en la subida y regresar al punto de partida.

*NOTA: Tanto lo expuesto en esta descripción, así como el grado de dificultad técnica indicado, lo son meramente A TÍTULO ORIENTATIVO.