Anciles - Cno. Pllanadona - Selba de Conques - Cno. Prano Prano

Magnífica ruta a través del mayor bosque mixto del Valle de Benasque: la Selba de Conques/Grist. Esta inmensa arboleda ocupa buena parte de la ladera umbría del valle, extendiendo sus dominios por tierras de Anciles, Eriste y Cerler. Bajo el espeso manto que forman los árboles, decenas de senderos y pistas lo articulan como si de arterias entrelazadas se tratara. La excursión propuesta recorre la mitad noreste, utilizando alguna de las vías más importantes y reduciendo, de esta manera, despistes innecesarios al máximo.

La ruta da comienzo en la localidad de Anciles. A través de sus calles se busca la senda que lleva a Cerler, en la parte alta del pueblo. Aproximadamente un kilómetro después de dejar la aldea, un sendero secundario sale hacia la derecha. Hay un cartel que indica Labert. Se toma esa opción. Este sendero, aunque duro, es uno de los tramos más bellos. El monte en esta parte es fantástico; un bosque mixto típico del Pirineo que cede protagonismo a un ejercito de pinos en su parte más alta. A mitad de subida, una bifurcación divide el camino entre Pllanadona (izquierda) o Kulunguele (derecha). Para no perder el itinerario se toma la variante primera. Tras unas cuantas decenas de metros, un cartel indica el desvío que conduce directamente a Cerler a través de la Selba de Cerler. Aquí no se toma ese sendero. Pronto se cruza el cauce de un pequeño barranco y se llega a Pllanadona.

Pllanadona es un gran pastizal de origen ganadero a mil seiscientos metros de altitud. Este gran claro en el bosque es la antesala de un sector más extenso de pastizal que coincide con la parte baja de la estación de esquí de Aramon Cerler. La ruta lo transita en su extremo oeste. Atravesándolo dirección sur se entra de nuevo al pinar. A partir de aquí la ascensión es ciertamente confusa. El pinar de repoblación invita a la formación de infinidad de sendas secundarias que, de no ser por unas marcas azules en algunos ejemplares, haría más complejo el desenlace. No obstante, si se pierden estas marcas animo a no retroceder, sino seguir ascendiendo los peldaños que forman el bosque hasta dar con la pista del Labert, que cruza el bosque en perpendicular.

Una vez en la pista del Labert se vira a la derecha (oeste). En ligero descenso, se cruza el barranco de Matasomers y, justo antes de llegar al cauce del barranco de Miargüeles, se abandona para adentrarse de nuevo en el arbolado (una marca de PR en una roca apunta el principio del sendero). El bosque aquí vuelve a ser grandioso. La senda, aunque menos marcada que el Camino de Pllanadona, es evidente en todo momento, muriendo al llegar los primeros prados. Ahí, la senda se convierte otra vez en pista.

Inmediatamente antes de ver la casa de Conques se renuncia a la pista para seguir un corto e interesante sendero hasta la localidad de Anciles. El desvío está marcado por una estaca de madera con una chapa de metal verde, señal de la circular de la Selba de Conques (apta para familias). La senda ya no tiene pérdida pues todas las variantes conducen al mismo lugar. Personalmente me gusta la opción del Camino Prano Prano ya que tiene algunos rincones dignos de disfrutar.

Poco a poco Anciles queda más cerca hasta que el camino se sumerge en su interior. Ya sólo queda callejear hasta el parking que hay al norte de la aldea. Anciles, para quien no lo conozca, es un pueblo con un gran atractivo. La mayoría de sus casas son de origen señorial formando un conjunto único en el Valle de Benasque. Naturalmente, el paseo está más que recomendado.