Aventadero, Pico del Lobo, Cerrón y Cervunal desde La Pinilla

Ruta pensada para subir al Pico del Lobo en la Sierra de Ayllón. Se trata de la montaña más alta de Guadalajara y de Castilla la Mancha, con sus 2.274 metros de altitud.

Hicimos una ruta circular, subiendo varias montañas: El Cerro del Aventadero (2.006m), Las Peñuelas (2.215m), Pico del Lobo (2.274m), Alto de las Mesas (2.257m), Cerrón (2.199m) y El Cervunal (2.195m). Fuimos corriendo en gran parte del recorrido, ya que el terreno es adecuado para ello en muchas zonas.

Salimos desde la estación de esquí de La Pinilla, subiendo por el bosque en busca de la cresta de la Cuerda de la Pinilla. Esta ascensión es cómoda, ya que discurre por pistas forestales y senderos muy marcados; además la pendiente no es fuerte.

Una vez que alcanzamos la cresta (solamente los últimos 500 metros son fuera del bosque) nos dirigimos hacia el noreste, para buscar la primera cima del día: el Cerro del Aventadero. Es un tramo sencillo y muy agradable de andar (en nuestro caso correr).

A continuación, volviendo sobre nuestros pasos, nos dirigimos hacia el suroeste con la intención de coronar nuestro objetivo principal de la ruta: El Pico del Lobo. En el camino vimos que pasábamos muy cerca de otra montaña y la subimos también: Las Peñuelas.

El Pico del Lobo y su entorno son preciosos, pero un edificio en ruinas en su cima los estropea. Supongo que se trata de una edificación antigua de la estación de esquí.

Tras descansar un rato en el punto más alto de Guadalajara (y de Castilla la Mancha) nos dirigimos hacia el Cerrón (al sur de la cuerda de la Pinilla que hemos ido recorriendo); pero antes de bajarnos de la cuerda pasamos por otras dos cimas: El Alto de las Mesas y otro pico más al oeste sin nombre conocido.

El acercamiento al Cerrón es algo largo, pero se hace sin mucha complicación; de hecho gran parte del recorrido va por pista ganadera.

A la vuelta pasamos por la última montaña del día: El Cervunal, con una subida final exigente.

Para el descenso nos metimos directamente a la zona de las pistas de esquí y bajamos casi en línea recta, perdiendo rápidamente altura.

Una vez abajo tuvimos que pasar por debajo de una valla, ya que nos encontrábamos (lógicamente) dentro de las instalaciones de esquí y estaba todo cerrado.

En resumen, se trata de un recorrido muy bonito, sin complicaciones técnicas y con vistas preciosas (exceptuando toda la chatarrería que hay para la estación). Eso sí, son casi 18 kilómetros y un desnivel de 1.200 metros, por lo que conviene ir preparado para una larga y dura caminata.