Cadavedo - San Pelayo - La Pena - Silvamayor -San Pelayo - Cadavedo

Salida de la Casa Roja en Cadavedo, donde nos trataron estupendamente, en busca de los montes cercanos. Después de el trail que disfruté con el corredor en Barjacoba tenía ganas de repetir una experiencia parecida, y esta era una oportunidad buenísima. Además, como me quedaron fuerzas, terminé el recorrido en la playa para rematar un curioso contraste muy estimulante. Aunque no se puede evitar un tramo de la carretera AS-268 en la que hay que tener mucho cuidado, la subida por un carreterín asfaltado, flanqueado por frondosa vegetación, a los pueblos de La Pena y Silvamayor es muy cómoda y agradable. Sin embargo lo abandoné para seguir por un camino tradicional, sin desbrozar en algunos tramos, que no sabía dónde me llevaría. La aventura es la aventura. Me llevó a la cima del monte que estaba subiendo, ofreciéndome mientras impresionantes vistas de la costa, de montañas cercanas y del valle que se extiende a sus pies. Durante el recorrido vi numerosas vacas, caballos y pequeños huertos particulares, sin duda estos pequeños pueblos asturianos tienen más vida de lo que parece. Por cierto, todos los prados, huertos, casas y hasta las cunetas de las carreteras estaban bien segados, cuidados y arregladas. Daba gusto pasar por los distintos pueblos de la zona. Con no poca suerte encontré el carreterín por el que inicié la subida y bajé por el hasta Don Pelayo para regresar a Cadavedo y acercarme a la playa. Allí fotografié un molino de agua entre frondosa vegetación verde donde destacaban amapolas rojas. Me gustó la estampa e hice una foto que adjunto. Ni que decir tiene que la playa es preciosa, encajada entre dos grandes salientes rocosos tiene forma de herradura y me recordó el pueblo de mi abuela María de las Nieves en la provincia de Granada.