Carrera de montaña por el barranco del Badén, Peña Moya, bosques de Moncalvillo y Urrilla

El barranco del Badén es uno de los lugares más sorprendentes de La Rioja. Un tesoro natural a un paso de Logroño. En varias ocasiones he presentado rutas que lo recorren en todas las direcciones y aquí abro una posibilidad para prolongar el trayecto a través de los espectaculares bosques de Moncalvillo. El ascenso por el barranco del Badén se inicia tras atravesar una valla que limita una explotación ganadera entre dos farallones rocosos. A partir de allí (excepto unas nocivas obras para tender una tubería que recoge agua de una fuente), el entorno es precioso: roca, bosques y agua. Tienes lugares misteriosos e impresionantes como el barranco del Infierno (a la izquierda por desvío) o el paso techado de roca de la cuerda y la escalera. Ahora la cuerda esta tan desgastada que da miedo utilizarla para subir pero no hay problema: retrocedes otra vez y tomas una senda en ascenso que rodea el gran bloque de piedra desprendido por arriba. Vistas excelentes desde Peña Moya y a la vuelta seguimos recorrido por pista clara que muere en un collado con tres opciones: a la derecha a Sorzano, primera a la izquierda en bajada hacia Castañares y la otra que es la que seguiremos hasta Urrilla y que serpentea sin grandes desniveles entre majestuosos bosques. Atento al desvío a la izquierda para, por otra bellísima sendita, ganar el barranco de Urrilla y la carretera general con impresionantes vistas al castillo de Viguera.
Por cierto que está bien “marcar” las sendas con puntos en los árboles, pero algunos “amigos de la naturaleza” han graffiteado el ascenso al Badén con gigantescas pintadas en amarillo fosforito.
Ciclable: NO
Tiempo en carrera: 1.30 horas
Valoración Atlética: 6. Valoración Paisajística y Medioambiental: 9. Valoración Subjetiva: 8.
NOTA MEDIA FINAL: 7.6
OPCIONES: Puedes bajar por el desvío de Castañares. Como el paso a la carretera está vallado y hay mastines sueltos, este verano descubrí una opción. Nada más pasar una puerta metálica gira a la izquierda cruzando el arroyo. Por una vereda y luego entre olivares abandonados llegas al Cristo que domina la carretera en la curva de Castañares. No hay pérdida.