El Alguacil-El Fraile-La Peseta-Almería

El nombre igual valdría para título de relato corto, pero aquí la historia va de bajar la última parte del camino de Enix tomándolo por el cruce de la presa, viniendo de subir por la Loma del Alguacil, el pecho Colorao y la cuesta de El Fraile.

Salen quince kilómetros, y conviene tomarse la primera parte de ellos con paciencia, porque ya la subida del Pecho Colorao, nada más cruzar la autovía, te hace sudar la gota gorda; no es la más dura, considerando que tras el restaurador paseo por vereda con tramos encajonados entre piedra y con la rambla de Hiniesta allá abajo a la derecha nos espera el explosivo zigzagueo del Cerro del Fraile. La gracia está en hacerlo todo sin traspasar la delgadísima línea (psicológica) que separa el paso a ritmo del caminar arrastrado.

Luego ya queda la parte con tendencia al descenso, pasando por el llamado sendero de Israel, malogrado ciclista con piedra conmemorativa que vemos al lado del camino. Vamos buscando ya la vuelta pasando por la presa sobre la rambla de Belén, y conectando con un último tramo de subida con la popular Peseta, pista transitada por ciclistas y corredores ávidos de moler piedra. Lo de ahorrarse algunas curvas tomando las variantes de las bajadas por piedras es una opción muy válida si es que quedan ganas de diversión.

No diría que esta propuesta es de dificultad técnica difícil, sino moderadamente difícil tan solo por los dos o tres tramos de subida en su primera parte, y que te dan la excusa para agarrarte a un ritmo cochinero durante el resto de la ruta.

Y merecida mención final para las Mizuno Daichi 2 que tan bien se han protado, pues era la primera salida con ellas; se han destapado como unas magníficas zapatillas de trail que ofrecen seguridad por piedra sin la sensación de llevar unos tanques, pues igualmente se comportan ágiles por pista rápida. Bastante mejores que las anteriores Kien que llevaba.