II Marcha Senderista Popular de Belchite 2022. Belchite.

Segunda edición de esta marcha y mi primera participación en ella. Comienza la mañana con los cielos nublados y una temperatura algo fresca, pero no demasiado. Nada más empezar arranca a correr el increíble y genial Alfredo Mainar, buen y gran compañero donde los haya. Lo alcanzo y juntos corremos entre campos de olivos hasta la ermita de Ntra. Sra. del Pueyo (km. 4,5, primer avituallamiento). Tiene un tamaño sorprendentemente grande y está emplazada en una atalaya con unas vistas magníficas a los campos a sus pies, y a los pinares y crestas próximos. Antes de la subida y durante esta, Alfredo se descuelga un poco por detrás. Desde aquí hasta el final la haré en solitario. Avanzando por pista entre pinares emboco la entrada al primer barranco (km.7). Entretenido camino de un kilometro entre piedras y agua por un bonito paisaje. Salgo de este por una subida corta y abrupta para alcanzar una pista que lleva entre páramos esteparios hasta Almonacid de la Cuba. En algún punto de este recorrido se emplazaba el segundo avituallamiento, pero lo dejo atrás antes de que lo instalen. Llego al avituallamiento de Almonacid de la Cuba (km 12,8, tercero de estos), y tras bajar y cruzar el Aguas Vivas, la ausencia de señalización por el camino recto a seguir, y una profusa señalización (quizás malintencionada, quizás obsoleta de otros eventos) por una senda fluvial que se encamina hacia la presa romana, me hace dar una bonita vuelta para retornar de nuevo al avituallamiento. 1,6 kms extras, pero la belleza del paseo lo compensa con creces.
Ahora si por la senda correcta, me dirijo a la última parte de la marcha. El primer tramo es muy aéreo. Con unas vistas vertiginosas y espectaculares de los cortados excavados en la garganta por el Aguas Vivas en su descenso hacia Belchite. En el km 15,7, con el pozo de los chorros en el hondo, la senda tuerce hacia la derecha para subir por un empinado barranco hasta las crestas de la sierra. Una vez arriba se desciende poco a poco por pistas entre pinos y claros. Tras una recta en pendiente descendente me aprovisiono en el último avituallamiento (Km.20 ). Repleto de queso, pan con aceite, pan con vino, frutos secos, olivas. Todo delicioso. Ya solo queda recorrer cinco kilómetros hasta la meta por pista y senderos entre pinos, campos y barrancos, para alcanzar el pueblo viejo (km 23,6), protagonista y testigo de excepción de uno de los periodos más negros de nuestra historia reciente. Y desde allí entrar al pueblo al lado de un estanque de ensueño para alcanzar la llegada (y salida) al lado de la iglesia de San Martín Obispo.
La señalización ha sido algo confusa en algunos cruces del recorrido, faltando cintas que balizaran la opción correcta y otras que desviaran de los que parecían más intuitivos pero equivocados.