Km Vertical Aventón de las Palancas

Teníamos ganas de conocer el recorrido y poner a prueba nuestra capacidad en este kilómetro vertical tan duro. Si la esencia de los kilómetros verticales es el hecho de ganar mucha altura en poca distancia, éste es muy fiel a su nombre, ya que en apenas 2 kilómetros se suben más de 1.000 metros de desnivel. ¡Estamos hablando de una pendiente media del más de 50%!

Si hay algún lugar en nuestra geografía donde reina la verticalidad, esto es en los Picos de Europa, y especialmente alrededor de la profunda garganta del río Cares, donde nos podemos encontrar con paredones y canales que suben del río a lo alto de la montaña con rampas de vértigo.

El Aventón de las Palancas es una canal que se encuentra al lado de la carretera que va de Arenas de Cabrales a Poncebos, justo antes de llegar a mano izquierda, donde está el parking grande. Comienza en el mismo aparcamiento, unos metros a la izquierda de las cabañas de Obar y sube hacia el collado las Broqueras.

Como decía antes, se trata de una subida durísima. La pendiente es constante desde el
principio; además el camino no estaba limpio cuando nosotros fuimos: en el primer tramo había helechos altos y más arriba algo de maleza y la hierba muy alta cerrando el sendero.
Aunque para subir en plan tranquilo no es problema (muy recomendable llevar pantalón
largo), para ir rápido a modo de entrenamiento sí que penaliza que el terreno se encuentre en ese estado.

El único tramo de descanso está a mitad de camino, donde hay unos metros de llano e incluso algo de bajada, donde el camino cruza la pedrera y entra en la última y durísima rampa hasta arriba. La verdad es que desde esta zona se puede vislumbrar dónde se encuentra la meta (collado las Broqueras), pero cuesta mucho alcanzarla… los últimos metros se hacen muy largos.

Al final pudimos parar el cronómetro en algo más de 46 minutos, lo que no está mal para
nosotros.

Desde el collado las vistas son muy bonitas a ambos lados.

A continuación, intentamos subir a la Cabeza Redonda, pero decidimos no afrontar la
ascensión, porque parecía demasiado expuesta y no teníamos ni fuerzas ni ánimos para
meternos en semejante aventura. Además, al ser algo improvisado, no lo habíamos preparado ni buscado información... Esta llamativa montaña se encuentra a la izquierda de la canal que subimos, en la parte alta.
Después estuve buscando información y vi que realmente no es difícil, pero sí tiene alguna trepada muy expuesta. Queda pendiente para otra ocasión.

Volvimos a bajar por donde habíamos subido. Curiosamente, tardamos más en el descenso que en la subida; al ser el terreno tan vertical, es incómodo para la bajada.

Nosotros fuimos a lo que fuimos y no alargamos la ruta, pero nos dimos cuenta de que es una zona preciosa. Merece la pena conocerla y recorrerla.