LXVII Millas Romanas de Mérida edición 2021. IBP 248

Esta edición se corresponde con la del 2020 que, por motivos de la Pandemia, tuvo que ser aplazada a 2021. El mes de celebración también es inusual ya que, habitualmente se celebra a primeros de Abril.

La previsión meteorológica daba 36 ºC de máxima durante el día, así que ya intuíamos que el fuerte calor iba a ser determinante. Y así fue. Hubo muchísimos abandonos por golpes de calor o desfallecimientos, tanto en las millas largas como en las cortas.

Tomamos la salida a las 20 horas en el recinto ferial de Mérida, de forma escalonada y por cajones organizados por previsión de tiempo necesario para finalizar la prueba.

KM 0 al 21:
Trotamos por las calles de Mérida hasta para cruzar el puente romano y tomar ahí el largo carril paralelo al Guadiana que conduce hasta el puente sobre el Río Matachel, justo debajo de la Presa de Alange. El perfil es muy llano y el piso cómodo (parte terrizo, parte cementado). Gran parte del tramo es totalmente nocturno porque ya ha anochecido.
Finaliza este tramo tras cruzar el puente, donde encontramos un avituallamiento bien surtido.

KM 21 al 28:
Afrontamos el primer tramo de subidas. Unas dura rampa nos sube hasta la cota de la Presa. Desde ahí tomamos un sendero que zigzaguea para subir al Castillo de Alange en el Cerro de la Culebra: el desnivel positivo a salvar en tan corto espacio es muy considerable. Pasamos junto a las ruinas del Castillo e iniciamos la técnica bajada hasta la localidad de Alange. Atravesamos el pueblo y tomamos dirección hacia la siguiente dificultad montañosa de este tramo: la subida a La Calderita.

Comenzamos a subir por un carril que gana altura suavemente. Una vez que dejamos atrás el carril, tomamos un sendero con tramos muy pedregosos y con bastante tierra suelta en el que cuesta traccionar eficazmente. El sendero hace un sube-baja que pasa factura. La última parte de la subida suaviza un poco aunque el terreno sigue siendo muy técnico.

KM 28 al 33:
La bajada de la Calderita es muy técnica. Vemos un par de caídas de corredores que van delante. Se forma alguna retención en el serpenteo de bajada. Cuando se deja atrás la parte más técnica de la bajada nos encaminamos hacia la Zarza, donde hay un avituallamiento que, oficialmente, es la cena. Nos sentamos fuera del Pabellón Municipal, donde se han dispuesto mesas y sillas para que podamos cenar y descansar. Ensalada de arroz, tortilla de patatas, fruta, zumo, infusiones.... bien de variedad.

KM 33 al 44:
Dejamos atrás La Zarza recorriendo caminos y pistas muy cómodas, anchas y sin desnivel. Aquí podemos apretar el paso. Atravesamos la localidad de Villargonzalo, donde en su salida encontramos alguna dificultad para seguir la señalización de la carrera. Afortunadamente conseguimos seguir en el recorrido.

La noche no se presenta fresca así que nos arrimamos a los chorros de los aspersores que riegan los campos vecinos con la intención de mojarnos un poco.

Llegamos al avituallamiento situado junto al Badén de Villargonzalo. Paramos para beber y comer un poco.

KM 44 al 52:
Tras atravesar el baden se comienza a ganar altura muy poco a poco, de forma cómoda. Comienza a amanecer un poco antes de que podamos divisar las antenas de telefonía que despuntan sobre San Pedro de Mérida. Llegamos a esta localidad donde está el avituallamiento oficial del desayuno y donde se realiza el intercambio de bolsa de vida.

Nos cambiamos de ropa y de zapatos. Reponemos geles y desayunamos.

KM 52 al 64:
La primera parte de este tramo, hasta el Cortijo de Campomanes, se hace bastante cómoda. Buen piso y buenos carriles para apretar el paso.

Desde el Cortijo de Campomanes toca afrontar la dura subida de varios cortafuegos enlazados hasta llegar a la máxima altura de esta Sierra, el Cerro Terrero (creo que también lo nombran como El Meteorito, con 545 msnm). Afortunadamente aún no hace mucho calor así que la subida se hace menos fatigosa.

Una vez superada la cota máxima bajamos hasta el avituallamiento de 4 Caños. Aquí nos informan de que los participantes de la modalidad corta ya han pasado todos por este punto. También nos dicen que hasta el siguiente avituallamiento quedan 11 km, cosa que posteriormente comprobamos que no es cierta ya que, en verdad los separan casi 16 km..... algo que va a pasar factura a muchos participantes.

KM 64 al 79:
Dejamos atrás 4 Caños para tomar una pista que sube no muy pronunciadamente. Tras un corto tramo de subida nos adentramos en un senderillo (nuevo este año) precioso y con bastantes sombras, cosa que se agradece.

Desembocamos en una ancha pista, sin sombras, que se dirige hasta Mirandilla. Poco antes de llegar a Mirandilla dejamos esa pista para hacer un cambio brusco de dirección y caminar por otra pista en constante subida y a pleno sol. Empezamos a encontrar a participantes de la modalidad corta, algunos de ellos muy fatigados y resguardados bajo la sombra de los árboles. Nosotros también comenzamos a sufrir con el calor y la falta de agua (habíamos recargado solo para los 11 KM que nos informaron que faltaban hasta el siguiente avituallamiento).

Atravesamos la finca del Cortijo de Las Lagunillas, en suave sube-baja bastante rato, aunque cualquier repecho ya comienza a atragantarse. Seguimos encontrando participantes agotados.

En un momento dado desembocamos en una pista en la que hacemos un brusco giro a nuestra izquierda. Justo ahí pedimos agua al dueño de una casa... amablemente nos la proporciona. Nuestro compañero Rafa va un poco delante nuestra, deseando llegar al avituallamiento. Nosotros nos hemos quedado un poco atrás, con 3 participantes más con los que compartimos el agua cedida por este señor (mil gracias). El avituallamiento está a unos 2 KM pero uno de los 3 que nos acompañan en ese momento nos dice que no puede seguir y que pidamos ayuda cuando lleguemos al avituallamiento. Lo dejamos a la sombra junto a los otros 2 participantes que también están bastante agotados y deciden quedarse con él un poco.

Los 2 KM que faltan hasta el avituallamiento de Aljucén se hacen eternos: a pleno sol y por carretera. Llegamos a un cruce donde encontramos a un miembro de Protección Civil al cual le indicamos que tienen que ir a socorrer a un participante exhausto... poco antes de llegar al avituallamiento nos cruzamos con la ambulancia que, a toda velocidad, va en su busca.

Una vez en el avituallamiento, ya a la sombra, hacemos un largo descanso para comer, beber y refrescarnos en una fuente que hay junto al Pabellón que lo acoge. Nos damos cuenta de la cantidad de participantes que están recibiendo asistencia por la Cruz Roja.... impresionante.

KM 79 al 91:
Dejamos atrás Aljucén. El calor se hace insoportable ya... además las sombras de la arboleda son escasísimas. Caminamos por pistas anchas con algún repechón que castiga las piernas de lo lindo.

Atravesamos la localidad de El Carrascalejo donde nos refrescamos en la fuente que hay junto a la iglesia.

Este tramo se nos hace muy largo y cansino. Seguimos encontrando participantes desperdigados refugiados del sol bajo algún árbol.

La llegada a Proserpina, siguiente avituallamiento, nos está sacando de punto, sobre todo a Ana, que nos viene diciendo desde hace unos kilómetros que está muy cansada.

Llegamos al avituallamiento de Proserpina... Ana se derrumba física y psiquicamente. Solo quedan 9 KM para meta y dice que no puede más. Las asistencias de Cruz Roja se hacen cargo de ella pensando que está sufriendo un golpe de calor. La amenaza del abandono empieza a rondar. Alrededor varios participantes también reciben asistencia y algunos deciden abandonar aquí.

Los sanitarios nos tranquilizan ya que dicen que sus constantes son buenas y que lo que tiene que hacer es descansar un poco y rehidratarse bien. Ana se toma su tiempo para ese descanso, bebiendo constantemente y realizando estiramientos de sus gemelos, que también parece que los tiene cargados. Finalmente, bastante recuperada, se arma con todas su fuerzas y decide continuar hasta meta.

KM 91 al 100 (Meta):
La recuperación de Ana parece total así que marchamos ahora a mejor ritmo. Afrontamos este tramo con la ilusión de la cercana llegada a meta. La cuesta que nos lleva hasta el avituallamiento de Carija, a pleno sol, la hacemos a buen paso. nos detenemos en el avituallamiento de Carija para volver a beber suficientemente.

Desde Carija ya se divisa Mérida. Nos dejamos caer hasta pasar por debajo de las vías del Ferrocarril y marchar paralelos al Guadiana hasta el recinto ferial y cruzar hasta el acueducto de Los Milagros, donde está meta.

La emoción por haber cruzado meta tras tanto sufrimiento nos asalta. Nunca podremos olvidar esta proeza.