Subida a Las Planas por el barranco de la Morera y bajada por la arista de la Balsa

Siempre resulta agradable subir a Las Planas, por algunos de sus senderos. Está vez, voy a realizar la clásica subida por el barranco de La Morera y bajar por la arista de la Balsa, aunque para correr, quizás, sea mejor hacerla al revés, pero, como dan bastante calor, prefiero subir a la sombra.

Sobre la 11, llego a las antigua yeguada de María, situada junto al río Huerva, aparco e inició el trote por el camino, que, en apenas unos minutos me introduce en el barranco de la Morera, por el que continúo por un cómodo sendero, con alguna corta subida, obviando el ramal (derecha), que conduce al castillo o a la arista de la Balsa, que utilizaré para bajar.

Unos metros más adelante, el sendero, abandona el cauce del barranco, que se puede remontar, pero, hoy seguramente habrá pozas residuales, por lo que prefiero no mojarme tan pronto los pies, así que continúo por el sendero, que se eleva unos metros por encima del cauce, hasta descender de nuevo, un poco antes de la bifurcación al barranco de la Sal, donde continúo por el ramal de la derecha, pisando los charcos y pasando junto a la roca, en la que se encontraba el Bisonte.

A partir de este punto, poco a poco, el barranco se va estrechando, el sendero es claro y no tiene perdida, ya que se trata de ir todo el rato por el cauce, salvando alguna que otra poza residual, por un lado u otro, en un subir constante pero sin mucha pendiente, hasta llegar cerca de la cabecera del barranco, donde la pendiente aumenta, por lo que alterno tramos corriendo con otros caminando.

Nada más salir del bosque, el sendero desemboca en uno de los ramales del Camino de la Plana (el que baja a la Vallobera), por el que continuó durante medio kilómetro, hasta llegar a la altura de los corrales de La Balsa, donde nace un sendero por el que inicio el descenso, sin apenas desnivel, bastante corredero, pasando junto a la Balsa de Corrale, donde se divide en dos, tomando el ramal de la derecha y adentrándome en las lindes del pinar, en un tramo agradable con unas fantásticas vistas, donde acometo el tramo "más complicado", que no es más que una corta pero pronunciada rampa, con el piso descompuesto, por el que bajo caminando.

Una vez superado, ahora solo queda recorrer todo la arista, que, en general, tiene un buen firme y se corre de maravilla, parando de vez en cuando, para disfrutar de las vistas e inmortalizar el paisaje, hasta llegar a un saliente, donde el sendero gira e inicia una sucesión de lazadas, por las que alcanzo el cauce del barranco de la Morera, por el que regreso a María de Huerva.