Tahal

Este sendero circular lo tiene todo: asfalto, pista forestal, caminos, monte a través por cortafuegos y, desde luego, senderos con pasos estrechos, giros revirados, tramos con escalones de piedra... Muy entretenido.

Comienzo y fin en la gasolinera, punto perfecto para dejar el coche y al lío. Entre carrera de montaña y paseo a zancada cansina, según el momento. Es decir, un ca-co por un itinerario perfectamente señalizado, incluyendo algún punto en el que la señal de pequeño recorrido pareciera jugar con el ocasional senderista despistado, poniéndole ante los ojos la continuidad del camino tras haber sido redirigido por los avisos de dirección equivocada.

Lo más interesante sea quizás la bajada hasta pasar el barranco de La Zarza y su posterior remonte, buscando ya entre pinos el paso por el Collado García, al otro lado de la carretera. De inmediato, lo más fatigoso: la travesía por el cortafuegos, lleno de maleza hasta el punto de desdibujar la trazada del sendero; menos mal que una baliza o una señal pintada en roca, allá en lo alto, nos reafirma en nuestra ruta. La recompensa está en la panorámica que se nos abre cuando, a la izquierda, divisemos la carretera a Senés y, a lo lejos, la central solar de Tabernas. Mientras, al frente, la sempiterna Tetica.

Hemos dejado atrás el alto del Espinillo y ya vamos bajando, enlazando y desechando caminos, a ratos por tramos de frondosa sombra hasta que, dejándonos caer por la Umbría de Maturana, entre chaparras y alguna casa de campo cuidada con buen gusto, desembocamos en el punto de inicio, justo al lado de la gasolinera.

El ritmo más bien penoso; el alma, algo más ensanchada. Tantas veces pensado en ser hecho, cada vez que pasamos con el coche... Objetivo cumplido.

Este sendero circular lo tiene todo: monte bajo, sierra alta, paso por población... Muy entretenido. ¿Lo había dicho ya?