Camino de Sant Salvador, Setiembre 2023. Trayecto de ida. Tarragona - León.
near Perafort, Catalunya (España)
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Itinerary description
Hacia el año 792, el rey asturiano Alfonso II el Casto (760-842) trasladó su corte a la ciudad de Oviedo, recientemente fortificada y en cuyo interior mandó edificar un palacio y varias iglesias. En una de estas, la del Salvador, se construyó una cripta (y con el tiempo una cámara) con el fin de custodiar las reliquias contenidas en el Arca Santa, traída a finales del siglo VIII desde el monasterio de Santo Toribio de Liébana en la actual Cantabria, lugar remoto donde habían permanecido ocultas tras la invasión islámica de la Península (después de un largo periplo que partió de Jerusalén en el año 614, pasando por Alejandría, Cartagena y Toledo); entre el contenido del arca destacaba un fragmento del Santo Sudario, tela de lino que se dice acogió el cuerpo de Jesucristo tras su crucifixión.
El fervor por dichas reliquias convirtió la Sancta Ovetensis en un foco de peregrinación, que conllevaría el rápido crecimiento de aquel pequeño reino del norte de la Península, favoreciendo su lucha contra la dominación musulmana y su predominio político y religioso respecto a otros reinos hispanos; es la época en que arranca la construcción de diferentes edificios que hoy agrupamos bajo la denominación de Prerrománico Asturiano o Estilo Ramirense (por el monarca Ramiro I, quien reinó entre los años 842 y 850).
Por otra parte, durante el último mandato de Alfonso II se produjo —hacia el año 830— otro hecho de trascendencia en el devenir de la historia: el descubrimiento o inventio de la tumba del Apóstol Santiago el Mayor en un lugar apenas conocido del interior de Galicia, territorio ahora bajo dominio astur tras años de contienda contra la nobleza local; de hecho, se atribuye a dicho monarca la primera peregrinación a Compostela (cuyo recorrido recibiría, mucho después, el nombre de Camino Primitivo), así como la construcción del primer templo o cenobio sobre la tumba del Apóstol. En apenas unas décadas la tumba compostelana se convertiría en el principal foco de peregrinación de Occidente, fenómeno que tendría su punto álgido a partir del siglo XII cuando dicha peregrinación fue canalizada a través del Camino Francés, vía de introducción en los reinos peninsulares de la cultura europea, con un estilo artístico propio, el Románico, y una orden monástica en plena expansión, la de Cluny.
Debía ser casi un sacrilegio, en el contexto religioso de la época, realizar tan largo recorrido —cruzando media Europa hasta la lejana Compostela— y no desviarse apenas 120 kilómetros (cuatro o cinco jornadas a pie o a caballo) para conocer y venerar las reliquias custodiadas en Oviedo, atribuidas al mismo Jesucristo, el Salvador para los católicos. De ahí el refrán, antiguo y muy popular, que dice: «Quien va a Santiago y no va al Salvador, honra al criado y olvida al Señor».
Las mejores pruebas de la antigüedad de esta ruta de peregrinación a través de la Cordillera Cantábrica son la existencia de hospitales, ermitas y monasterios donde los fieles se alojaban, y que conocemos no sólo por sus restos materiales, sino por las escrituras de donaciones de tierras y edificios por parte de la aristocracia leonesa. Lugares como Carbajal de la Legua, el hospital y colegiata de Santa María de Arbás, el santuario de Bendueños o la iglesia de Santa Eulalia de Ujo deben su existencia a este recorrido medieval, que en los siglos XVII y XVIII pasó a ser el Camino Real o Carretera de Castilla, y que contaba con puentes, portazgos (oficinas de peaje), numerosas ventas y casas de postas.
El fervor por dichas reliquias convirtió la Sancta Ovetensis en un foco de peregrinación, que conllevaría el rápido crecimiento de aquel pequeño reino del norte de la Península, favoreciendo su lucha contra la dominación musulmana y su predominio político y religioso respecto a otros reinos hispanos; es la época en que arranca la construcción de diferentes edificios que hoy agrupamos bajo la denominación de Prerrománico Asturiano o Estilo Ramirense (por el monarca Ramiro I, quien reinó entre los años 842 y 850).
Por otra parte, durante el último mandato de Alfonso II se produjo —hacia el año 830— otro hecho de trascendencia en el devenir de la historia: el descubrimiento o inventio de la tumba del Apóstol Santiago el Mayor en un lugar apenas conocido del interior de Galicia, territorio ahora bajo dominio astur tras años de contienda contra la nobleza local; de hecho, se atribuye a dicho monarca la primera peregrinación a Compostela (cuyo recorrido recibiría, mucho después, el nombre de Camino Primitivo), así como la construcción del primer templo o cenobio sobre la tumba del Apóstol. En apenas unas décadas la tumba compostelana se convertiría en el principal foco de peregrinación de Occidente, fenómeno que tendría su punto álgido a partir del siglo XII cuando dicha peregrinación fue canalizada a través del Camino Francés, vía de introducción en los reinos peninsulares de la cultura europea, con un estilo artístico propio, el Románico, y una orden monástica en plena expansión, la de Cluny.
Debía ser casi un sacrilegio, en el contexto religioso de la época, realizar tan largo recorrido —cruzando media Europa hasta la lejana Compostela— y no desviarse apenas 120 kilómetros (cuatro o cinco jornadas a pie o a caballo) para conocer y venerar las reliquias custodiadas en Oviedo, atribuidas al mismo Jesucristo, el Salvador para los católicos. De ahí el refrán, antiguo y muy popular, que dice: «Quien va a Santiago y no va al Salvador, honra al criado y olvida al Señor».
Las mejores pruebas de la antigüedad de esta ruta de peregrinación a través de la Cordillera Cantábrica son la existencia de hospitales, ermitas y monasterios donde los fieles se alojaban, y que conocemos no sólo por sus restos materiales, sino por las escrituras de donaciones de tierras y edificios por parte de la aristocracia leonesa. Lugares como Carbajal de la Legua, el hospital y colegiata de Santa María de Arbás, el santuario de Bendueños o la iglesia de Santa Eulalia de Ujo deben su existencia a este recorrido medieval, que en los siglos XVII y XVIII pasó a ser el Camino Real o Carretera de Castilla, y que contaba con puentes, portazgos (oficinas de peaje), numerosas ventas y casas de postas.
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Comments (6)
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Salut i cames!!!!
Gracies amic♥️💪
Ir a Santiago siempre es un desafío y es algo que nos marca. Espero que termines el camino con éxito.
Muchas gracias amigo💪
Buen camino.
Muchas gracias Luarca😊