Via Ferrata Canal de la Palomo. Vadiello. Santa Eulalia la Mayor
near Santa Eulalia la Mayor, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
La Canal del Palomo es uno de los primeros caminos equipados de España, todo un clásico de la montaña aragonesa.
Cómo llegar
Salimos de Huesca por la N-240 y nos desviamos a los 5 km. por la HU-330 dirección Loporzano y Vadiello. La carretera se acaba en la misma presa de Vadielo, pero nosotros tenemos que aparcar varias curvas antes. Tomamos como referencia el paso por varios (creo que 4) túneles cortos y seguidos, excavados a pico, la carretera gira a la izquierda y desciende ligeramente hasta llegar a una pronunciada curva a la derecha. Allí mismo hay unas instalaciones abandonadas y una explanada para aparcar. Veremos el cartel indicativo al Canal del Palomo.
Acceso
Unas altas paredes presiden el parquing donde dejamos el coche. Para llegar a la canal seguimos al oeste, indicador al Canal del Palomo y la Ermita de San Chinés, resiguiendo el margen derecho del barranco de Isarre. A los 2 minutos (500 metros) llegamos a la Canal del Palomo. Para identificarla nos valdrán varios elementos, las clavijas y la sirga de seguridad pueden pasar inadvertidos, pero no la cascada previa (normalmente seca y llena de vegetación), final de la canal del Palomo, que nos servirá de pista para encontrarlas.
Recorrido
Cuando empezamos en esto de las ferratas, la canal del Palomo era una de esas vías míticas sólo reservadas a los más expertos, pues su escaso equipamiento, los pasos deportivos y la nula seguridad la convertían en uno de los itinerarios de más dificultad de Aragón. Con esto en mente, cuando nos enteramos del nuevo equipamiento de Prames, que incluye sirga de seguridad en todo el recorrido y nuevas clavijas por las que avanzar, no tardamos ni una semana en ir a probarlo.
Con el nuevo equipamiento la Canal del Palomo se ha convertido en un itinerario de visita más que recomendable. Adentrarse al canal del Palomo es en definitiva impresionante de inicio a fin. Es fácil ver en la badinas pequeños tritones, señal de la pureza de las aguas. Éstos están protegidos y se prohibe entrar en las aguas durante todo el año. Las formas sinuosas y la verticalidad de la canal nos van preparando para el escenario final, un alto circo ciego barrera infranqueable y nido privilegiado de rapaces y otras aves características de los Mallos de Ligüerri.
Regreso
Podemos regresar rapelando por la canal para ello necesitamos una cuerda de 25 metros 40 metros y respetar la prohibición de entrar en las pozas durante todo el año. Hay que proteger a los tritones. El descenso es complicado por la humedad y las mismas clavijas que tanto ayudan en la subida.
Para salir caminando, seguimos el cable de seguridad instalado que nos dirige al este.
Caminamos por un balcón natural que iremos descendiendo por un par de tramos equipados con clavijas. El camino es fácil pero una caída o resbalón, en caso de lluvia la cosa es más complicada, pueden ser peligrosos. De todos modos el cable de seguridad nos acompañará en todo momento. Al final bajamos en zig-zag hasta el coche, ya visible desde buena parte del regreso.
Pudimos comprobar que el equipamiento actual es excelente, nos permite avanzar asegurados desde el primer resalte hasta la salida de la canal e incluso en buena parte del camino de regreso, también equipado con clavijas en algún destrepe. Lo cierto es que se nos antoja casi imposible concebir como antes se subía sin cable de vida, pues hay varios tramos bastante comprometidos y de considerable altura, tanto al inicio como a la salida de la canal, donde una posible caída sería como mínimo aparatosa y donde la humedad y el agua son un factor importante que aumenta la dificultad y el peligro de un resbalón.
Incluso con el nuevo equipamiento el itinerario no es un camino de rosas y hay por lo menos tres resaltes de bastante dificultad, que son los auténticos pasos clave del itinerario.
El primero se encuentra al inicio justo después de superar un par de pequeños resaltes, es una chimenea tumbada y resbaladiza muy vertical. Con nuevas clavijas es más fácil superarlo.
El segundo es otro tramo muy vertical por el que avanzaremos con la ayuda de las clavijas y por oposición. En la parte media es difícil encontrar una buena posición para seguir subiendo...
Ya casi a la salida, cuando la canal se va abriendo, encontramos el paso más difícil de todos, una cascada lisa y resbaladiza con clavijas a lado y lado y una entrada ligeramente desplomada. Con tranquilidad y estirándonos lo suficiente saldremos del resalte para afrontar un último paso estrecho y desplomado que es la guinda final.
Adentrarse al canal del Palomo es en definitiva impresionante de inicio a fin. Es fácil ver en la badinas pequeños tritones, señal de la pureza de las aguas. Éstos están protegidos y se prohibe entrar en las aguas durante todo el año. Las formas sinuosas y la verticalidad de la canal nos van preparando para el escenario final, un alto circo ciego barrera infranqueable y nido privilegiado de rapaces y otras aves características de los Mallos de Ligüerri.
Cómo llegar
Salimos de Huesca por la N-240 y nos desviamos a los 5 km. por la HU-330 dirección Loporzano y Vadiello. La carretera se acaba en la misma presa de Vadielo, pero nosotros tenemos que aparcar varias curvas antes. Tomamos como referencia el paso por varios (creo que 4) túneles cortos y seguidos, excavados a pico, la carretera gira a la izquierda y desciende ligeramente hasta llegar a una pronunciada curva a la derecha. Allí mismo hay unas instalaciones abandonadas y una explanada para aparcar. Veremos el cartel indicativo al Canal del Palomo.
Acceso
Unas altas paredes presiden el parquing donde dejamos el coche. Para llegar a la canal seguimos al oeste, indicador al Canal del Palomo y la Ermita de San Chinés, resiguiendo el margen derecho del barranco de Isarre. A los 2 minutos (500 metros) llegamos a la Canal del Palomo. Para identificarla nos valdrán varios elementos, las clavijas y la sirga de seguridad pueden pasar inadvertidos, pero no la cascada previa (normalmente seca y llena de vegetación), final de la canal del Palomo, que nos servirá de pista para encontrarlas.
Recorrido
Cuando empezamos en esto de las ferratas, la canal del Palomo era una de esas vías míticas sólo reservadas a los más expertos, pues su escaso equipamiento, los pasos deportivos y la nula seguridad la convertían en uno de los itinerarios de más dificultad de Aragón. Con esto en mente, cuando nos enteramos del nuevo equipamiento de Prames, que incluye sirga de seguridad en todo el recorrido y nuevas clavijas por las que avanzar, no tardamos ni una semana en ir a probarlo.
Con el nuevo equipamiento la Canal del Palomo se ha convertido en un itinerario de visita más que recomendable. Adentrarse al canal del Palomo es en definitiva impresionante de inicio a fin. Es fácil ver en la badinas pequeños tritones, señal de la pureza de las aguas. Éstos están protegidos y se prohibe entrar en las aguas durante todo el año. Las formas sinuosas y la verticalidad de la canal nos van preparando para el escenario final, un alto circo ciego barrera infranqueable y nido privilegiado de rapaces y otras aves características de los Mallos de Ligüerri.
Regreso
Podemos regresar rapelando por la canal para ello necesitamos una cuerda de 25 metros 40 metros y respetar la prohibición de entrar en las pozas durante todo el año. Hay que proteger a los tritones. El descenso es complicado por la humedad y las mismas clavijas que tanto ayudan en la subida.
Para salir caminando, seguimos el cable de seguridad instalado que nos dirige al este.
Caminamos por un balcón natural que iremos descendiendo por un par de tramos equipados con clavijas. El camino es fácil pero una caída o resbalón, en caso de lluvia la cosa es más complicada, pueden ser peligrosos. De todos modos el cable de seguridad nos acompañará en todo momento. Al final bajamos en zig-zag hasta el coche, ya visible desde buena parte del regreso.
Pudimos comprobar que el equipamiento actual es excelente, nos permite avanzar asegurados desde el primer resalte hasta la salida de la canal e incluso en buena parte del camino de regreso, también equipado con clavijas en algún destrepe. Lo cierto es que se nos antoja casi imposible concebir como antes se subía sin cable de vida, pues hay varios tramos bastante comprometidos y de considerable altura, tanto al inicio como a la salida de la canal, donde una posible caída sería como mínimo aparatosa y donde la humedad y el agua son un factor importante que aumenta la dificultad y el peligro de un resbalón.
Incluso con el nuevo equipamiento el itinerario no es un camino de rosas y hay por lo menos tres resaltes de bastante dificultad, que son los auténticos pasos clave del itinerario.
El primero se encuentra al inicio justo después de superar un par de pequeños resaltes, es una chimenea tumbada y resbaladiza muy vertical. Con nuevas clavijas es más fácil superarlo.
El segundo es otro tramo muy vertical por el que avanzaremos con la ayuda de las clavijas y por oposición. En la parte media es difícil encontrar una buena posición para seguir subiendo...
Ya casi a la salida, cuando la canal se va abriendo, encontramos el paso más difícil de todos, una cascada lisa y resbaladiza con clavijas a lado y lado y una entrada ligeramente desplomada. Con tranquilidad y estirándonos lo suficiente saldremos del resalte para afrontar un último paso estrecho y desplomado que es la guinda final.
Adentrarse al canal del Palomo es en definitiva impresionante de inicio a fin. Es fácil ver en la badinas pequeños tritones, señal de la pureza de las aguas. Éstos están protegidos y se prohibe entrar en las aguas durante todo el año. Las formas sinuosas y la verticalidad de la canal nos van preparando para el escenario final, un alto circo ciego barrera infranqueable y nido privilegiado de rapaces y otras aves características de los Mallos de Ligüerri.
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