Vía Ferrata Croqueta de Obarra
near Calvera, Aragón (España)
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Trail photos
Itinerary description
Desde Graus cogemos la A-1605 que nos lleva hasta el Monasterio de Obarra, unos metros antes de llegar, dejamos el coche en el aparcamiento, donde se ubica una caseta de información, y un panel informativo sobre la vía ferrata.
Desde aquí caminamos un par de minutos por un sendero paralelo a la carretera, después seguimos por la carretera, hasta que llegamos a un túnel del Congosto de Obarra donde se encuentra el inicio de la vía.
Los primeros metros son sencillos, superamos un primer grupo de grapas, que nos deja junto a la base de la montaña, caminamos por ella ascendiendo poco a poco, hasta que alcanzamos la primera pared.
En el primer tramo vamos alternando tramos verticales, con otros ligeramente tumbados, en determinados punto la pared tiene algún desplomado, y en otros tenemos que ayudarnos de la roca.
Finalizado este primer tramo, nos toca caminar, durante diez minutos por un sendero pedregoso, siguiendo los hitos colocados de vez en cuando, hasta que alcanzamos el siguiente tramo de pared.
En el tercer tramo la cosa se pone interesante, tenemos un larga pared muy vertical, en muchos puntos la roca desploma ligeramente, el equipamiento empieza a ser justo, y en algunos pasos tenemos que pensar por donde superarlo.
En una pequeña repisa, descansamos unos minutos, proseguimos ascendiendo por una placa ligeramente tumbada, que nos deja junto al primer puente tibetano, equipado con grapas para los pies, que superamos sin mayores complicaciones.
Al final del puente, nos toca superar una última pared, muy vertical, las escasez de material, nos obliga a utilizar los elementos naturales para llegar a la cima de la Aguja, donde hay una amplia perspectiva del resto de la ferrata, que no es moco de pavo.
Tras disfrutar de las fantásticas vistas, comenzamos el cuarto tramo, hacemos un corto destrepe, que nos deja junto a un escape, nosotros subimos unos metros ayudándonos de un grupo de grapas, hasta alcanzar el segundo puente tibetano, cuya entrada es peliaguda, ya que no es fácil acceder a él, y tenemos que ayudarnos de un árbol.
El segundo puente tibetano, es parecido al anterior, ya que también cuenta con placas para los pies. Así llegamos a la última aguja, donde la dificultad es similar al anterior.
Seguimos ganando altura, en algunos puntos nos toca tirar de brazos, ya que a la falta de equipamiento, tenemos que sumarle la distancia entre grapas, para facilitar el progreso, echamos mano a la roca, que cuenta con buenos y cuantiosos agarres.
Ya cuando hemos ganado toda la altura, nos toca un largo ladeo hacia la izquierda, la situación es parecida, y sin duda es el paso más atlético de toda la vía, ya que nos toca estirar las piernas al máximo para poder llegar a las grapas.
Al final de ladeo, llegamos al último puente tibetano, este cuenta con la diferencia de que tiene sirga para los pies, en los primeros metros, este se menea que da gusto, y junto con la sensación de vacío, hace que se te pongan los pelos como escarpias.
Ya solo quedan unos últimos metros para finalizar, la pared sigue siendo vertical, pero se sube con bastante facilidad, tras un ligero desplomado, la pared pierde verticalidad y llegamos a la cima de la Aguja, donde finaliza la vía ferrata.
Para regresar, tomamos un sendero equipado con cable de vida, en algún punto tenemos que ayudarnos de las manos, recorrido algo menos de un kilómetros enlazamos con el GR.18.1, en este punto hay que estar atentos, ya que no indica hacia donde debemos ir.
Para tener una referencia, debemos ir hacia la población de Ballabriga, por lo que giramos a la izquierda, y continuamos siguiendo las marcas rojas y blancas del GR, que tras varias lazadas nos dejan en dicha población.
A partir de aquí podemos seguir el GR, que se encuentra bastante cegado por la vegetación, así que decidimos continuar por la carretera, hasta el aparcamiento, dando por finalizada la vía ferrata.
Desde aquí caminamos un par de minutos por un sendero paralelo a la carretera, después seguimos por la carretera, hasta que llegamos a un túnel del Congosto de Obarra donde se encuentra el inicio de la vía.
Los primeros metros son sencillos, superamos un primer grupo de grapas, que nos deja junto a la base de la montaña, caminamos por ella ascendiendo poco a poco, hasta que alcanzamos la primera pared.
En el primer tramo vamos alternando tramos verticales, con otros ligeramente tumbados, en determinados punto la pared tiene algún desplomado, y en otros tenemos que ayudarnos de la roca.
Finalizado este primer tramo, nos toca caminar, durante diez minutos por un sendero pedregoso, siguiendo los hitos colocados de vez en cuando, hasta que alcanzamos el siguiente tramo de pared.
En el tercer tramo la cosa se pone interesante, tenemos un larga pared muy vertical, en muchos puntos la roca desploma ligeramente, el equipamiento empieza a ser justo, y en algunos pasos tenemos que pensar por donde superarlo.
En una pequeña repisa, descansamos unos minutos, proseguimos ascendiendo por una placa ligeramente tumbada, que nos deja junto al primer puente tibetano, equipado con grapas para los pies, que superamos sin mayores complicaciones.
Al final del puente, nos toca superar una última pared, muy vertical, las escasez de material, nos obliga a utilizar los elementos naturales para llegar a la cima de la Aguja, donde hay una amplia perspectiva del resto de la ferrata, que no es moco de pavo.
Tras disfrutar de las fantásticas vistas, comenzamos el cuarto tramo, hacemos un corto destrepe, que nos deja junto a un escape, nosotros subimos unos metros ayudándonos de un grupo de grapas, hasta alcanzar el segundo puente tibetano, cuya entrada es peliaguda, ya que no es fácil acceder a él, y tenemos que ayudarnos de un árbol.
El segundo puente tibetano, es parecido al anterior, ya que también cuenta con placas para los pies. Así llegamos a la última aguja, donde la dificultad es similar al anterior.
Seguimos ganando altura, en algunos puntos nos toca tirar de brazos, ya que a la falta de equipamiento, tenemos que sumarle la distancia entre grapas, para facilitar el progreso, echamos mano a la roca, que cuenta con buenos y cuantiosos agarres.
Ya cuando hemos ganado toda la altura, nos toca un largo ladeo hacia la izquierda, la situación es parecida, y sin duda es el paso más atlético de toda la vía, ya que nos toca estirar las piernas al máximo para poder llegar a las grapas.
Al final de ladeo, llegamos al último puente tibetano, este cuenta con la diferencia de que tiene sirga para los pies, en los primeros metros, este se menea que da gusto, y junto con la sensación de vacío, hace que se te pongan los pelos como escarpias.
Ya solo quedan unos últimos metros para finalizar, la pared sigue siendo vertical, pero se sube con bastante facilidad, tras un ligero desplomado, la pared pierde verticalidad y llegamos a la cima de la Aguja, donde finaliza la vía ferrata.
Para regresar, tomamos un sendero equipado con cable de vida, en algún punto tenemos que ayudarnos de las manos, recorrido algo menos de un kilómetros enlazamos con el GR.18.1, en este punto hay que estar atentos, ya que no indica hacia donde debemos ir.
Para tener una referencia, debemos ir hacia la población de Ballabriga, por lo que giramos a la izquierda, y continuamos siguiendo las marcas rojas y blancas del GR, que tras varias lazadas nos dejan en dicha población.
A partir de aquí podemos seguir el GR, que se encuentra bastante cegado por la vegetación, así que decidimos continuar por la carretera, hasta el aparcamiento, dando por finalizada la vía ferrata.
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