367. Murallas de Lugo.

Hay lugares que están destinados a perdurar. Han llegado a un pacto con el tiempo, y sin perder su esencia se mantienen mientras las personas van pasando. Hace ahora 2000 años, y después de haber ganados los romanos una de sus campañas contra pueblos indígenas, se decidió fundar una ciudad junto al Rio Miño. Entonces era emperador Augusto, y la ciudad se llamaría Lucus Augusti (el bosque sagrado de Augusto). Años más tarde se rodea de una muralla, la que podemos ver en la actualidad.
Algunos datos sobre la muralla. Su longitud de 2.266 metros, cuenta con 71 torres, de las 85 que llegó a tener. Todo el perímetro es transitable, desde su altura de 10 metros Fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 2000.
En el largo transcurso de los años, sólo se han perdido los pisos superiores de madera que refugiaban a los vigilantes, aunque se puede ver el muro que los sostendría. Quedan útiles seis de las escaleras originales empotradas en la parte interior del muro para acceder a la parte superior de este, aunque los arqueólogos creen que cada una de las 85 torres originales tendría una escala similar.
En el paseo actual por la muralla podemos ver 10 puertas de acceso. Cinco originales (Miñá, Santiago, Porta Nova, Falsa y San Pedro) y el resto posteriores: Obispo Aguirre, Campo Castelo, Estación, San Fernando y Obispo Odario.
Nuestra ruta se desarrolla en dos fases. La primera vamos a recorrer el perímetro de la muralla, para internarnos posteriormente en un segundo circulo en torno a la ciudad intramuros. Dejamos señalizadas algunas de las puertas en nuestro recorrido, las de más fácil acceso desde la muralla. La enumeración de las puertas, así como algunos datos sobre ellas, se contiene en los distintos puntos donde se encuentran ubicadas, y que no repetimos aquí.
El recorrido por la muralla permite ver gran parte de la ciudad que ha sido adosada. Ciertamente muchos lugares se encuentra abandonados, o invadidos por la maleza. Desde otros se divisan unas vistas espectaculares. A las primeras horas de la mañana de un día que luego será soleado, la niebla genera contornos irreales, que nos retrotraen a la ápoca romana, cuando los cuerpos de guardia transitaban por esta zona de paso. Hoy han sido sustituidos por madrugadores deportistas o paseantes ensimismados.
Después de recorrer la muralla, vamos a trazar otro circulo en su interior. Este nos permitirá ver la Plaza Mayor, la Catedral de Lugo, también patrimonio de la Humanidad y otras bellas plazas y lugares, de las que destaco a la Plaza do Campo. Es un casco antiguo bien conservado, donde a esta hora permanecen cerrados muchos locales de ocio, que cobrarán vida dentro de una horas.
Nuestra ruta acaba en el mismo punto donde se inicio, su Plaza Mayor, junto a su imponente Casa consistorial. Las cafeterías ya empiezan a llenarse, y volvemos con el recuerdo de haber dado un paseo por un sitio único, un privilegiado del tiempo.