371. MERIDA. INMERSION EN LA ANTIGUA ROMA

Cualquier ocasión es buena para visitar Merida. Para los amantes del teatro sin duda la será la celebración del Festival anual de teatro, que se celebra durante los meses de julio y agosto. Un paseo por Mérida es recrear esencias de la antigua Roma, sorprenderse por el estado de conservación de algunos de sus monumentos, disfrutar de una ciudad abarcable en poco tiempo.

La ciudad fue fundada en el año 25 a.C. En plena Pax Romana, Augusto encarga Publio Casio la creación de una colonia para asentar a los veteranos de las legiones V y X. En honor de esos antiguos guerreros, “emeritos”, la ciudad se denominó Emerita Augusta. La posición de Mérida era estratégica entre la Hispania romana y la Lusitania; con caminos que conducían a Itálica, Córdoba, Lisboa y como no la Via de la Plata, que unía Sevilla con Astorga.

Una vez desaparecidos los romanos y los visigodos, Badajoz la desplazó como centro neurálgico de la región, cayendo en el olvido. Los musulmanes prefirieron a Badajoz, por su mejor posición estratégica y sus llanuras. En los últimos años la ciudad ha recuperado su importancia, sobre todo al ser designada capital de la comunidad extremeña.

Este paseo que proponemos es uno de los muchos posibles. Deja fuera algunos elementos sustanciales, como el Arco de Trajano o el Templo de diana. Pero el que se decida a seguirlo no quedará defraudado, pues incluye algunas sorpresas como una antigua fuente, que traía sus aguas desde el cercano embalse de Proserpina. En los distintos hitos hemos señalado algunas características de los lugares por los que pasamos. Aquí, vamos a resumir los que nos han resultado más significativos. El tiempo empleado, lo es sin grandes paradas, y habrá que añadirle el que lógicamente debemos de dedicar a tan magníficos lugares que se cruzan en nuestro camino.

Circo Máximo: Llegó a contar con una capacidad de 30.000 espectadores, uno de los mayores de todo el imperio romano. En su recorrido de unos 400 metros se celebraban carreras de caballos y cuadrigas. Actualmente sólo se conservan restos de sus cimientos, en su espigón central.

Museo nacional de Arte Romano: Inaugurado en 1996, es obra del Arquitecto Rafael Moneo. Guarda la muestra de arte romano más importante de España. Contiene una de las mejores colecciones de esculturas y mosaicos. Eu su subsuelo se encontraron restos de las conducciones de agua, casas romanas con restos de pinturas murales y la llamada cripta, con tradiciones funerarias de la antigua Roma. Lo más singular del monumento es el ladrillo visto en el exterior y sus amplias naves.

Teatro Romano: Es el principal monumento de Merida, la antigua Emerita Augusta. Comenzó a construirse en el año 16 a.C. con el patrocinio del cónsul Marco Agripa. El diseño se basa en los modelos definidos por Vitruvio. El teatro de planta latina se forma con cuatro triángulos equiláteros inscritos en un círculo, estando el frente de la scenaae en la base del triángulo central. Los vértices de los triángulos señalan el emplazamiento de los accesos y la colocación de los ejes de las puertas. El graderío, de tres alturas, tenía capacidad para 5.800 personas. La llegada del cristianismo supuso el fin de las representaciones teatrales y el abandono del edificio, que fue cubierto de tierra y aterrazado para permitir el cultivo. Fue restaurado durante el siglo XX. La primera representación teatral de la época moderna tuvo lugar en 1933, con la puesta en escena de la Medea de Séneca, en versión de Miguel de Unamuno, con la actriz Margarita Xirgu como protagonista. Este fue el comienzo del Festival de Teatro Clásico de Mérida, el más antiguo de los festivales de teatro que se celebran en España.

Casa del Mitreo: Su nombre viene de su proximidad con los restos de un posible templo dedicado a Mitra. La casa, situada extramuros de la ciudad romana, se construyó entre los siglos I y II, con remodelaciones posteriores. Sus dependencias se distribuyen en torno a tres patios que articulan la vida de la casa y le proporcionan luz y ventilación. Está pavimentada con uno de los mosaicos más interesante aparecido en la ciudad: el Mosaico Cosmológico. En él se personifica la concepción del mundo y de las fuerzas de la naturaleza que lo gobiernan, junto con alguna actividad humana.

Alcazaba: Esta gran fortaleza fue erigida por el emir omeya Abderramán II en el año 835. Todo el perímetro de esta extensa alcazaba estaba rodeado por un gran foso, salvo el lateral que da al Guadiana. A tramos se van distribuyendo 25 torres macizas embutidas en la propia muralla. Amplios tramos de sus murallas, fueron construidos con sillares romanos y visigodos. Los muros tienen un espesor de tres metros y una altura superior a diez. Esta Alcazaba, la más antigua de la península, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Puente romano: El puente, obra de tiempos de la fundación de la Colonia, esta construido en su integridad de hormigón forrado de sillares de granito, está hoy compuesto por sesenta arcos de medio punto, tiene casi ochocientos metros de largo y doce metros de alto en los puntos más elevados. Los robustos pilares sobre los que se asientan estos arcos presentan tajamares redondeados aguas arriba en aquellos tramos que podían ser más castigados por la corriente. Además, las pilas de estos tramos están perforadas con arquillos a modo de aliviaderos, con el fin de reducir la resistencia a la corriente.

Acueductos. Mérida cuenta con los restos de tres de ellos, que atravesaremos en nuestra ruta:

Acueducto de San Lázaro: Conocido popularmente como el Rabo de Buey. Llego a tener mas de 1.500 metros de longitud y 16 de altura. Fue más largo que el de los romanos aunque en la actualidad se mantienen solo tres pilares. Cerca se encuentran las termas romanas.

Acueducto de los Milagros: Este colosal acueducto forma parte de una conducción hidráulica que traía aguas procedentes del pantano de Proserpina o Charca de la Albuera. Popularmente es conocida como “Los Milagros” por la admiración que causaba en lugareños y forasteros su estado de conservación a pesar de los avatares del tiempo. Y no es para menos, pues se conservan más de ochocientos metros de este acueducto, alguna de cuyas pilas de granito y ladrillo se alzan veintisiete metros por encima del terreno. Si observamos detenidamente el monumento nos daremos cuenta de un interesante detalle: el lugar por donde fluye el arroyo Albarregas se resalta en el acueducto con un bello arco de sillares de granito.
Acueducto de San Lázaro: Construido en el siglo I, tiene una longitud de casi 1000 metros, salvaba la depresión del río Albarregas.

Todo lo anterior, y más, nos dan un buen motivo para recorrer esta excepcional ciudad.