61. UNA HORA EN MELILLA

Paseo de una hora por la ciudad de Melilla. Vamos a subir a sus dos fortalezas principales, desde donde divisaremos el puerto y la mayor parte de la ciudad, en cuyo centro finalizaremos. Iniciamos el paseo bordeando el puerto. Aquí veremos una de las pocas estatuas que puedan quedar en pie de Franco. Junto a un cartel que indica la subida a la ciudad de Melilla la Vieja sigue erigida una estatua al Comandante de la Legión Francisco Franco, ya instalada en democracia (1977). Comenzamos el ascenso a la fortaleza de Melilla la Vieja, o “El Pueblo”. Está constituida por cuatro recintos amurallados, cada uno comunicado con el inmediato por una puerta separada y protegido por un foso con un puerto levadizo. Y es que la historia de Melilla está hecha de defensas, una ciudad aislada en medio de un entorno muchas veces hostil. El primer recinto, es la “villa nueva”, y hoy alberga los museos y edificaciones de más interés, así como almacenes, aljibes y construcciones renacentistas y modernistas. Allí se sitúa un faro, visitado a menudo por las gaviotas, en lo que es un remanso tranquilo, que nos permitirá contactar con aquellas épocas de asedios. La rodeamos, y descendemos para visitar la segunda fortaleza. Desde allí, fotografiamos la roca sobre la que se asiente la fortaleza que minutos antes hemos visitado, y que ahora, en las primeras horas del día luce imponente. Es momento de regresar e internarnos en el centro de la ciudad nueva. La Plaza de España, en torno a la cual se asientan el Ayuntamiento, el Casino y otros grandes edificios es el centro de la ciudad. Allí se sitúa el Parque Hernández, pulmón verde y joya de la ciudad. Nuestra hora de visita finaliza en la Plaza de las Culturas, de moderno diseño y abierto, que conecta con el nuevo puerto y el paseo marítimo.