9-5-22 Termas de Outariz - Ourense

Las termas de Outariz están situadas en Ourense, junto al río Miño, pero a unos 10 kilómetros de la ciudad, un lugar donde se respira tranquilidad. Un buen plan es buscar alojamientos en en Orense y desde allí emprender el camino hacia Outariz. Para ello, desde el centro de la ciudad deberemos dirigirnos a la calle Juan XXXIII y después a las calles Progreso y Erveledo. Al encontrar una rotonda, será necesario tomar la salida de la avenida Ribeira Sacra. A partir de aquí hay que seguir las indicaciones de Rúa Isaac Piñeiro Varela/OU-402OU-402, hasta que lleguemos al aparcamiento situado a la derecha. Desde aquí queda un trayecto de 15 minutos a pie en el que deberemos atravesar una pasarela que permite salvar el río.

También tenemos la opción de llegar a las termas de Outariz mediante la autovía AG-53, que nos llevará hasta el mismo parking de las termas. Una vez en esta autovía, deberemos tomar el desvío por la N-120 o bien seguir la autovía por la A-52 y cruzar por encima del Miño. Tras ello, llegaremos al parking donde podremos dejar el coche y seguir a pie.

Si tienes en tu agenda visitar las termas de Outariz no puedes perder la oportunidad de visitar otros lugares en la provincia de Orense como, por ejemplo, las pozas de Melón, el mirador de Cabezoás, los balcones de Madrid, la pasarela del río Mao o el monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil.

Las aguas termales ya eran utilizadas por los romanos para relajarse. Estos recintos eran, además de baños públicos, también lugares de reunión, por lo que cumplían una función social y medicinal al mismo tiempo. Las termas se mantuvieron a lo largo de civilizaciones posteriores y, en la actualidad, son un lugar de descanso al que acuden numerosas personas.

Las aguas de las termas de Outariz emanan en dos puntos entre las fracturas de la roca granítica y salen al exterior a una temperatura cercana a los 60ºC. Son de mineralización débil, alcalinas, sódicas, fluoradas, líticas y sulfuradas, por lo que tienen muchas aplicaciones. Por ejemplo, son ideales para tratar el estrés, la artritis, el reuma, los dolores musculares o afecciones de la piel, entre muchas otras cosas.