A Coruña-Paseando por el Parque del Monte de San Pedro

Esta es la última de las cuatro rutas (Ciudad Vieja, Ensanche, Torre de Hércules y Monte de San Pedro), con las que he intentado aglutinar la mayoria de los puntos de interés de este hermoso enclave. No en vano la denominan "La Ciudad de Cristal", por las maravillosas galerias acristaladas singulares y abundantes, que adornan y engalanan los edificios por doquier, y que cuando el sol tiene a bien regalarles con su presencia, crean un milagroso espectáculo cromático de reflejos y luces:

https://ca.wikiloc.com/rutes-senderisme/a-coruna-paseando-por-la-ciudad-vieja-88158870

https://ca.wikiloc.com/rutes-senderisme/a-coruna-paseando-por-el-ensanche-88158968

https://ca.wikiloc.com/rutes-senderisme/a-coruna-paseando-por-el-parque-escultorico-de-la-torre-de-hercules-88159012

Aunque las distancias son cortas y se puede llegar a todas partes caminando sin demasiado esfuerzo, se puede utilizar en las aproximaciones el autobús, o coger un taxi en alguna de las paradas, o llamar para la recogida si es necesario.
La mayoria de recintos estaban abiertos y se podia acceder a ellos con normalidad.Mi mayor deseo es que os sean de utilidad, y si puede ser, que os acompañe el buen tiempo.

Utilizamos el autobús para iniciar la ruta, bajando en la parada Labañou,5. Pasamos por la Parróquia de Nuestra Señora del Socorro, camino de nuestro primer objetivo, el Obelisco Millenium del que tanto hemos oido hablar. No nos defrauda, el lugar elegido para situarlo es inmejorable, con inigualables vistas a su altrededor, y dideñado con estetica adecuada. En las caras de esta pirámide hay hermosas serigrafías con los principales acontecimientos de la ciudad. Construido con acero y cristales de roca, cuando está iluminado proporciona un espectáculo y unas sensaciones especiales, de auqello que intenta representar, el siglo XXI. Mirando desde la espalda de sus caras, a lo lejos y formando parte del paisaje, está la Torre de Hércules, por supuesto el, a veces , embravecido mar, y claro, el Monte de San Pedro. Reseguimos el Paseo Marítimo, sin prisas, haciendo tiempo y saborando las hermosas escenas marinas, puesto que el ascensor al Monte de San Pedro inicia su primera bajada a las 11:30 h y la primera subida a las 11:45 h. Por fin en la cima, nos detenemos para obtener las primeras panorámicas desde el Mirador del Parque, punto algo más elevado que el terreno que le circunda. El dia acompaña, está despejado y la lejana neblina sólo tapa el horizonte. Tenemos un pequeño contratiempo al encontrar el Laberinto clausurado, suponemos que por motivos del COVID, como es habitual en tantos lugares. Perdemos con ello la ocasión de disfrutar como niños, correteando para buscar la salida entre sus verdes y floridos setos. Risas y carcajadas, perdidas o robadas, que deberán esperar otro momento más propicio para resonar y alborotar en el silencio. Como los monumentales cañones, que suponemos producían un estruendo ensordecedor, acorde a su poder destructivo. Reposan ahora en paz, y sin acritud permiten las fotos de los atolondrados visitantes que con la boca abierta ante el calibre de su ánima, intentamos calcular su alcance al hacer fuego. Más pacíficos nos parecen el estanque y la cascada, y por supuesto la Cúpula Atlántica, que permite recorrer sus escaleras y pasillos en busca de la mejor escena para inmortalizar en foto, o para intentar retener en la memoria. Acabada la visita, una larga bajada conduce hasta las cercanías de la Plaza Elíptica, que declinamos visitar por la súbita tromba de agua que nos regala , como no, San Pedro. De esta prosáica manera, subimos al autobús para volver al centro y, aceptando nuestra insignificancia ante los elementos, guarecernos en algún local con sabrosa gastronomía.