Ajo. Senda junto a la ría.

Nos dirigimos a Ajo, con la intención de recorrer la senda junto al último tramo del río Campiazo o Campiezo hasta su desembocadura en la playa de la Arena renombrado como la ría de Castellanos.
Dejamos el coche y comenzamos la ruta en el pequeño parque junto al convento de San Ildefonso, transformado en un centro de interpretación del camino de Santiago del Norte en el barrio del Convento.
Entre el parque y las casas una estrecha carretera pierde altura y pronto queda cerrada al paso por una verja metálica que hay que atravesar.
A partir de aquí el camino discurre por senda herbosa que continúa perdiendo altura hacia el margen de la ría.
Tras una temporada de lluvias, como es el caso, encontraremos grandes barrizales y profundos charcos que a duras penas se pueden esquivar, así que es aconsejable llevar calzado resistente al agua y que no importe manchar. En verano, aunque el camino es sombrío, no habrá problema.
Encaramándonos por los laterales del sendero a duras penas conseguimos sortear los charcos sin embarrarnos, pero una vez superado el paso la senda nos coloca junto a la ría disfrutando de preciosas vistas de la misma y múltiples accesos a las pequeñas calas que se forman con la marea baja. Merece la pena parar, descolgarse hasta la arena y echar un vistazo al paisaje que deja el recorrido de la ría.
No es por menospreciar el trabajo del artista. A nuestro paso encontramos varias rocas decoradas que prácticamente pasan desapercibidas, pues el cuidado puesto en el camino, bien pateado por el ganado que pasta por la zona y el bonito paisaje se lleva toda la tención posible.
Como mencionaba al principio, la zona es sombría y húmeda. Algunos pasos rocosos se muestran resbaladizos y aunque no es una zona peligrosa un poco de cuidado nos puede evitar algún susto.
Poco a poco nos aproximamos a Zaguan y el sendero cobra levemente altura para acceder un corto tramo a una pista de graba. A continuación, el resbaladizo descenso nos guía hacia una pequeña cabaña a pié de la ría.
Si bien, los accesos y pasos de alambradas están equipados con pequeñas pasarelas, hay zonas rocosas y saltos sobre arroyos que no se pueden evitar.
La senda continúa junto a la alambrada bordeando la cabaña, y un pequeño puente nos da paso a una finca que se alarga hacia la urbanización de la Zorrozuela. El sendero serpentea entre rocas y se aproxima a la ría y por desgracia… en esta ocasión un derrumbamiento del terreno impide el paso.
Desandamos el camino, regresando al terreno cercado. Tirando de memoria y recordando la trail de Ajo que recorría este camino, remontamos altura y alcanzado el alto cruzamos la alambrada de espinos para seguir el track de la marcha pero el antiguo paso está también cerrado al público por una valla y un cartel de zona video vigilada.
Así que no se puede continuar el camino… sin aviso alguno al comienzo de la ruta ni habilitando un paso provisional (que lo hay) mientras duren las obras de reconstrucción del sendero, así es como hacemos las cosas por aquí, aprovechando al máximo los recursos naturales que nos ofrece esta región que no son pocos (modo ironía on). Una senda espectacular cerrada y el faro… en fin!
Tras intentos inútiles decidimos retroceder, esta vez por la zona alta de la finca, donde encontramos un banco en un espectacular mirador sobre la ría que aprovechamos para almorzar y descansar, viendo como varios grupos de senderistas avanzan hacia el callejón sin salida que se forma en la senda.
Retrocedemos hacia la cabaña y tomamos el camino asfaltado que cobra altura hacia el barrio del Faro, siguiendo el camino de las Blancas. Es un tramo asfaltado, poco apetecible sobre todo si hace calor, pero una alternativa a regresar por el mismo camino.
Finalmente la estrecha carretera nos devuelve al barrio “El convento” donde habíamos dejado el coche cumpliendo así el paseo de casi 7 km.

Por un lado, agradecer el esfuerzo en limpiar la senda y equiparla con pasarelas y señales para guiar al turista. Pero tener un recorrido como este cortado y sin salida habiendo opciones para solucionarlo…
Al menos se debería avisar con carteles informativos al comienzo de la ruta.
Sea como fuere, personalmente creo que merece la pena el recorrido, disfrutar del paseo y los rincones que deja este margen de la ría de Castellanos.

Mas información de la ruta en el blog: lamontanaviva.blogspot.com o abriendo directamente el enlace.