Anento. Castillo. Aguallueve. Área recreativa de Arguilay
near Anento, Aragón (España)
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Itinerary description
Anento se encuentra a 95 km de Zaragoza y 100 km de Teruel por la autovía Mudéjar A-23 hasta la salida de Lechón y desde allí por la CV-927.
Es un municipio de la comarca del Campo Romanos, en la provincia de Zaragoza, comunidad autónoma de Aragón. Tiene un área de 21,59 km² con una población de 106 habitantes.
El pueblo atesora un cuidado casco urbano en el que sobresale la monumental iglesia de San Blas, una joya románico-gótica (siglos XIII-XIV), declarada Bien de Interés Cultural. Su interior conserva restos de pinturas murales y un fantástico retablo gótico, único en Aragón, junto a otras obras
En la extensa llanura del Campo de Romanos se recortan ramblas y arroyos, afluentes del Jiloca, que han formado una serie de pequeñas cabeceras, que hienden la llanura. En uno de ellos se encuentra el Aguallueve de Anento, un singular paraje natural que sorprenderá gratamente al excursionista.
El Aguallueve es un manantial que cae continuamente en forma de gotas de agua, creando un espectacular relieve, con paredes de piedra y musgo, y pequeñas grutas escondidas en su interior.
Genera un bonito valle rebosante de naturaleza, que puede recorrerse a través de sendas y caminos rodeados de árboles y arbustos, como pinos, chopos, zarzamoras… y animales como el mirlo, el cuco, el corzo…; y en el que existe un gran contraste del verde de la naturaleza con los colores rojizos, de la arena arcillosa en la que se forman impresionantes cárcavas, y el gris, de la piedra caliza del alto del Aguallueve.
El agua se recoge en una balsa que después se canaliza para el riego de campos y huertos.
El Aguallueve es una formación caliza, donde varios manantiales, surgidos de los acuíferos , aguas subterráneas del Campo de Romanos, han creado un espectacular relieve kársico, es decir, un relieve que se forma con el agua que circula por el interior de la cueva, cargada de sales cálcicas en disolución, que al ponerse en contacto con la atmósfera se producen una serie de transformaciones, que provocan la precipitación del carbonato cálcico, dando lugar a un tipo de roca conocido como toba.
Con el paso del tiempo, la humedad ha creado un pequeño microclima, rico en juncos, helechos y mentas, extremadamente diferente de los ecosistemas que se encuentra unos metros más arriba.
El castillo de Anento es una construcción defensiva militar roquero de pequeñas dimensiones, debido a que la superficie del cerro donde se ubica mide alrededor de 40 metros de eje. El lado oriental del castillo, donde también está el foso, es el que mejor se conserva. Es de traza recta, de unos 25 metros de longitud, con sillares en la base y mampostería en el resto. En sus remates se aprecian almenas con coronamiento piramidal perforadas por saeteras. Se sabe que castillo de Anento ya existía en 1357. Actualmente solo se conserva el frente oriental, de unos 30 metros de longitud, en el que hay, además de la puerta de entrada al recinto y el foso, dos torres gemelas, y restos de una tercera.
La ruta del Aguallueve está perfectamente señalizada con indicadores de madera. Tras una bifurcación, que también permite alcanzar el castillo, llegamos a un merendero y a una fuente. En un nuevo cruce, hay que seguir a la izquierda.
El camino tiene poca pendiente. Su agradable caminar también está protegido por nogueras, olmos y chopos sobre los que trepan tupidas hiedras.
En menos de 20 minutos se alcanza la balsa o pequeño embalse que recoge las aguas de los manantiales o aguallueves, cuyo llamativo nombre responde a la forma en cómo escurre el líquido elemento, por todas partes, como si de una precipitación se tratase.
Los manantiales resbalan sobre las tobas que ha depositado el agua cargada de carbonatos, formando bellísimas columnas y oquedades colonizadas por mentas, juncos, musgos y unos característicos helechos llamados culantrillos de pozo. Este precioso rincón, pleno de humedad, es el lugar donde nace la rambla de Anento.
Por encima de la balsa y de los manantiales, el camino cambia de vertiente y supera los acantilados calcáreos por unas empinadas escaleras. Una vez superadas, se sigue el borde de la plataforma cimera hasta los vestigios de una torre celtíbera, situada a 1.004 m de altitud, junto a restos de parideras para el ganado.
Casi frente por frente, las ruinas de la Antigüedad y las del Medioevo (castillo de Anento) atestiguan la importancia que tenía controlar este valle y sus vías de comunicación. Un visible y marcado camino desciende en zigzag, burlando los escarpes, hacia el pueblo. Poco antes de entrar en Anento, el excursionista todavía podrá disfrutar de la cuidada vega que riegan los aguallueves de Anento.
Alternativas: se pueden obviar las subidas al castillo y a la torre celtíbera, haciendo camino de ida y vuelta al Aguallueve, apto para mayores e idóneos para realizar con niños.
Waypoints
Waypoint
3,022 ft
Foto1
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