-ASTURIAS- LUARCA “Villa Marinera”
near Villar de Luarca, Asturias (España)
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Itinerary description
Luarca es una localidad del concejo de Valdés, en el Principado de Asturias Está situada a 92 km de Oviedo, capital del Principado. Es una localidad de paso del Camino de Santiago.
Según un dicho muy popular y arraigado, L.luarca es la villa blanca de la costa verde, y es que lo primero que te llamará la atención es el blanco como color predominante cuando echas un vistazo general a esta ilustre villa. Sin duda es la más blanca de toda la costa asturiana.
Ḷḷuarca, es una apacible villa marinera, que fue un importante puerto pesquero desde la Edad Media, y que conserva muchos vestigios de ese glorioso pasado: antiguos barrios, los restos de una fortaleza, la Mesa de Mareantes y Navegantes, puentes con leyenda, o palacios y casas blasonadas
Ḷḷuarca es la única de toda Asturias flanqueada por dos miradores y dos capillas: la blanca, al este, y la de San Roque al oeste, y la que tiene el cementerio más bello de todo el Cantábrico.
Ḷḷuarca forma una especie de anfiteatro en blanco, lo que le da un aire entre celestial y mediterráneo, aunque sea una de las villas marineras con una mayor tradición portuaria y pesquera de todo el Cantábrico.
En un lateral de este anfiteatro fue creciendo desde la Edad Media el barrio de El Cambaral, uno de los solares fundacionales de Ḷḷuarca, y que a día de hoy conserva ese sabor de tintes legendarios que nos habla de un mundo de piratas, y de un lugar donde abundaban los cangrejos.
Un paseo por las asimétricas y estrechas callejuelas de este barrio luarqués es toda una inmersión marinera, en su parte más alta se encuentra la Mesa de Mareantes y Navegantes, el cementerio o la ermita de la Blanca, también conocida como la ermita de la Atalaya o del Buen Jesús Nazareno.
La Mesa de Mareantes y Navegantes es un lugar que fue habilitado en memoria de los antiguos marineros y navegantes que hicieron de Ḷḷuarca un importante puerto y una villa floreciente, y fue construida a mediados del siglo XX, aprovechando los restos de una antigua fortaleza datada en el siglo XVI. El colorido azulejo cerámico que preside la mesa y que recrea a los personajes del gremio de mareantes es una auténtica joya, al igual que la secuencia cerámica que recrea la historia de Ḷḷuarca.
La Villa Blanca de la costa occidental asturiana está atravesada por el río Negro, que hace surgir siete puentes, que dan un aire de puro romanticismo de siglos pretéritos a Ḷḷuarca.
EL PUENTE DEL BESO: La leyenda cuenta que en la Edad Media la mar estaba asolada por temibles piratas. Uno de los más célebres de la época era el mítico Cambaral, conocido por su pericia en el asalto y su mano de hierro en la tortura. Un buen día el gobernador de Luarca hirió a Cambaral de gravedad. Fue entonces cuando la hija del gobernador le pidió a su padre que la dejase cuidar del pirata herido en palacio. Y resulta que Cambaral se enamoró perdidamente de la bellísima joven, que a su vez también se prendó del corsario. Decidieron huir juntos, y en el encuentro para su planificada fuga, se dieron un apasionado beso. Fueron inesperadamente sorprendidos por el gobernador, que, enfurecido, los decapitó con su espada. Sus cuerpos permanecieron abrazados y sus cabezas rodaron hasta el mar… Por eso dicen que en las noches donde la luna brilla, en Ḷḷuarca se escuchan palabras de amor que vienen del mar…
LA VILLA QUE VIO NACER A UN PREMIO NOBEL DE MEDICINA
Literalmente, Ḷḷuarca es una villa de Nobel, y es que sus calles y plazas, sus paseos, sus atalayas, sus barrios, sus palacios, y en definitiva muchos de sus rincones guardan recuerdos y anécdotas de aquel niño llamado Severo Ochoa que un día se convertiría en Premio Nobel de Medicina, alcanzando el gran hito de marcar el inicio de una nueva era en la genómica humana.
Una ruta turística por la Ḷḷuarca de Severo Ochoa te llevará por diferentes lugares de la villa blanca tales como su casa natal, el Palacio de los Marqueses de Ferrera, la exposición permanente de la Oficina de Turismo y por supuesto el cementerio, donde el ilustre científico luarqués está enterrado junto a su esposa Carmen Cobián, sin olvidar la casa familiar de Villar y la playa de Portizuelo, donde el pequeño Severo comenzó a sentir la inquietud por el origen de la vida.
También podrás ver en el centro histórico de la villa, la casa donde vino al mundo, justo al lado de la plaza que, a modo de homenaje de sus paisanos, lleva su nombre.
Según un dicho muy popular y arraigado, L.luarca es la villa blanca de la costa verde, y es que lo primero que te llamará la atención es el blanco como color predominante cuando echas un vistazo general a esta ilustre villa. Sin duda es la más blanca de toda la costa asturiana.
Ḷḷuarca, es una apacible villa marinera, que fue un importante puerto pesquero desde la Edad Media, y que conserva muchos vestigios de ese glorioso pasado: antiguos barrios, los restos de una fortaleza, la Mesa de Mareantes y Navegantes, puentes con leyenda, o palacios y casas blasonadas
Ḷḷuarca es la única de toda Asturias flanqueada por dos miradores y dos capillas: la blanca, al este, y la de San Roque al oeste, y la que tiene el cementerio más bello de todo el Cantábrico.
Ḷḷuarca forma una especie de anfiteatro en blanco, lo que le da un aire entre celestial y mediterráneo, aunque sea una de las villas marineras con una mayor tradición portuaria y pesquera de todo el Cantábrico.
En un lateral de este anfiteatro fue creciendo desde la Edad Media el barrio de El Cambaral, uno de los solares fundacionales de Ḷḷuarca, y que a día de hoy conserva ese sabor de tintes legendarios que nos habla de un mundo de piratas, y de un lugar donde abundaban los cangrejos.
Un paseo por las asimétricas y estrechas callejuelas de este barrio luarqués es toda una inmersión marinera, en su parte más alta se encuentra la Mesa de Mareantes y Navegantes, el cementerio o la ermita de la Blanca, también conocida como la ermita de la Atalaya o del Buen Jesús Nazareno.
La Mesa de Mareantes y Navegantes es un lugar que fue habilitado en memoria de los antiguos marineros y navegantes que hicieron de Ḷḷuarca un importante puerto y una villa floreciente, y fue construida a mediados del siglo XX, aprovechando los restos de una antigua fortaleza datada en el siglo XVI. El colorido azulejo cerámico que preside la mesa y que recrea a los personajes del gremio de mareantes es una auténtica joya, al igual que la secuencia cerámica que recrea la historia de Ḷḷuarca.
La Villa Blanca de la costa occidental asturiana está atravesada por el río Negro, que hace surgir siete puentes, que dan un aire de puro romanticismo de siglos pretéritos a Ḷḷuarca.
EL PUENTE DEL BESO: La leyenda cuenta que en la Edad Media la mar estaba asolada por temibles piratas. Uno de los más célebres de la época era el mítico Cambaral, conocido por su pericia en el asalto y su mano de hierro en la tortura. Un buen día el gobernador de Luarca hirió a Cambaral de gravedad. Fue entonces cuando la hija del gobernador le pidió a su padre que la dejase cuidar del pirata herido en palacio. Y resulta que Cambaral se enamoró perdidamente de la bellísima joven, que a su vez también se prendó del corsario. Decidieron huir juntos, y en el encuentro para su planificada fuga, se dieron un apasionado beso. Fueron inesperadamente sorprendidos por el gobernador, que, enfurecido, los decapitó con su espada. Sus cuerpos permanecieron abrazados y sus cabezas rodaron hasta el mar… Por eso dicen que en las noches donde la luna brilla, en Ḷḷuarca se escuchan palabras de amor que vienen del mar…
LA VILLA QUE VIO NACER A UN PREMIO NOBEL DE MEDICINA
Literalmente, Ḷḷuarca es una villa de Nobel, y es que sus calles y plazas, sus paseos, sus atalayas, sus barrios, sus palacios, y en definitiva muchos de sus rincones guardan recuerdos y anécdotas de aquel niño llamado Severo Ochoa que un día se convertiría en Premio Nobel de Medicina, alcanzando el gran hito de marcar el inicio de una nueva era en la genómica humana.
Una ruta turística por la Ḷḷuarca de Severo Ochoa te llevará por diferentes lugares de la villa blanca tales como su casa natal, el Palacio de los Marqueses de Ferrera, la exposición permanente de la Oficina de Turismo y por supuesto el cementerio, donde el ilustre científico luarqués está enterrado junto a su esposa Carmen Cobián, sin olvidar la casa familiar de Villar y la playa de Portizuelo, donde el pequeño Severo comenzó a sentir la inquietud por el origen de la vida.
También podrás ver en el centro histórico de la villa, la casa donde vino al mundo, justo al lado de la plaza que, a modo de homenaje de sus paisanos, lleva su nombre.
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