Barcelona Sants-El Prat de Llobregat
near Sants, Catalunya (España)
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Trail photos
Itinerary description
Ruta prácticamente urbana, salvo el último tramo junto al Riu Llobregat, llana y sin dificultades. Vana empresa el intentar unir por el litoral ambas urbes. El precio pagado a la modernidad, ZAL Port, ha propiciado el total aislamiento del mar en esta zona, ocupada por las instalaciones del Port de Barcelona. No por ello he renunciado a seguir con mi proyecto de recorrer, uniendo a pie, el máximo trecho de litoral. Partiendo del corazón de Sants, me entretengo brevemente admirando la Rambla de Sants, conocida como el Calaix de la Vergonya, que cubriendo las vías del tren, ofrece amplios espacios de vegetación, columpios y parterres para solaz canino. Aprovecho para fotografiar el Mercat de Sants, con su cara remozada, como hermoso ejemplo arquitectónico del modernismo catalán. El valor añadido lo ponen los vecinos del barrio, buen ejemplo de la convivencia multiétnica, siempre alegres y predispuestos a curiosear también en los mercadillos y firas que frecuentemente montan en sus calles. Paso por debajo de las vías para recorrer el menos conocido extremo de la Rambla de Badal, que me lleva al paso elevado de la Plaça Cerdá, cerca de la Ciutat de la Justicia. A estas alturas, mi sordera selectiva ha eliminado el ruido de tráfico, y sólo oigo algún que otro grito lejano de los niños jugando en el patio del colegio, y retazos de conversación de quienes intercambian noticias o chascarrillos en alguna esquina, o en el banco del parque. Recuerdos de antaño me hacen rememorar como ha cambiado la urbe, antes poblada de chabolas, y sus famosas Casas Baratas, demolidas en 2004. De las primeras se decía, que si la podias construir en una noche, no la derribaban y pasabas a vivir en ella. De las segundas, puedo atestiguarlo de primera mano, siempre me sorprendía, ingénua juventud, los hermosos coches aparcados en la puerta, y las modernas televisiones en sus comedores. Vuelvo al presente a la altura del Centro Comercial Gran Vía 2, y me detengo a admirar la curiosa fachada de la Fira de Barcelona. Se podría decir que ahora paso por una especie de polígono, con amplias calles y bulevares, con escaso tráfico y pocos peatones. No puedo evitar cierta prevención al llegar al túnel de la calle Motors, ya que de lejos parece amenazar con devorarme, es largo y solitario, aunque iluminado, y miro de vez en cuando a mi espalda por precaución. El tiempo se detiene, parece no acabar nunca, y me alivia llegar al otro lado, con el sol acariciando mi rostro. Ahora soy consciente del estruendo de los camiones al pasar y me alegro de haber ignorado a tan ruidosos vecinos. Una nueva y moderna infraestructura me sorprende en la Calle A. No en vano las vías elevadas del metro, que aunque dan cobijo en esta zona peatonal y de bicicletas, empequeñecen al caminante con su enorme envergadura. A mi derecha edificios industriales, a mi izquierda las Cotxeres de TMB y la mole de la Torre de Coordinació de Salvament Marítim presiendolo todo. A pesar de mis esfuerzos no vislumbro a lo lejos La Farola, o Faro del Llobregat, devorado por la ZAL Port y me veo obligado a borrar el waypoint que atesoraba con la vana esperanza de poder hacer una foto al menos. Al llegar a la calle 6 tengo que cruzar a la carrera, puesto que la rotonda carece de semáforo peatonal, usando la isleta de la rotonda como burladero. Después de curiosear entre las vías del Tren del Port, para adivinar si están en uso, giro a la derecha hacia un sendero que discurre junto a ellas. Aunque es pedregoso, agradezco no pisar asfalto durante un rato, y me solazo cavilando sobre el contraste que se presenta a mis ojos. A mi derecha el ajetreo de la vida moderna, a mi izquierda, huertos, cañizares y restos de muros de un antiguo esplendor. Giro a la izquierda y subo por los escalones de piedras, que mis predecesores han formado para abrir paso, supero el barrote de madera de la cerca, que han soltado, y la imagen del Pont de Nelson Mandela, antes Pratenc, me zarandea y me impacta. No concibo semejante obra de arte en este recóndito lugar, en esta zona industrial. Agradecido a quién hizo semejante inversión con nuestros dineros, mejor esto que corruptelas, vuelvo a pisar tierra en el GR-230, que ahora si, discurre próximo al Riu Llobregat. Está muy concurrido, incluso como vereis por esos animales, que yo pensaba eran jabalíes, y un entendido me ha aclarado que son mestizos de jabalí y cerdo vietnamita, o algo semejante. De echo, en las fotos compruebo que no tienen los amenazantes colmillos característcos. Ahora entiendo que al avisar a un paseante con perro para que lo atara, me contestó: "No et preocupis, gràcies, sempre son per aci prenent el sol". Acabo el recorrido pasando junto a la Torre del Parc Fluvial y a la Xemeneia de la antigua fábrica Torras Hostench, para llegar al metro.
Waypoints
Comments (3)
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Genial. No todo tiene que ser sufrir subiendo cuestas empinadas.
Me encanta la descripción que haces! Parece que estés leyendo una especie de novela... Se te da bien escribir.
Eres muy amable, gracias. Con los medios tecnológicos actuales no tiene sentido describir la ruta de forma técnica. Me alegra que te guste. Un saludo.