Barcelona-Sants - Pedralbes - Sarriá

Agradable panorámica por estos tres barrios. Cada uno de ellos tiene un significado diferente para nosotros y por eso es interesante comprobar si los tópicos tienen algo de verdad. Me ahorraré comparativas porque es mejor verlo en primera persona.
Partimos del Casinet de Hostafrancs, centro cívico donde se realizan diversos cursillos y actividades, seguimos hacia la estación de Sants, donde un dragón guarda , dicen, la puerta a otros mundos. Desde sus pies, se puede ver la Modelo, donde empiezan a notarse los esfuerzos por recuperar ese espacio para el barrio. Subimos por Josep Tarradellas y llegamos al Turó Parc, donde un espectacular monumento a Pau Casal, enciende nuestra imaginación y nuestros recuerdos sobre mundo mágicos, con musas, hadas y duendes. Pasando por la Iglesia de Sant Gregorio llegamos a Piscines i Esports, antiguo enclave donde nos refrescábamos en otros tiempos en sus piscinas familiares. Ahora remodelado, contiene el Dir, un parque y los multicines Cinesa diagonal. Seguimos ascendiendo de forma gradual paseando por las calles de Pedralbes, observando el ambiente pulcro, sobrio y los edificios de viviendas, casi sin tiendas ni bares. La Via Augusta nos devuelve sobresaltados a la realidad de la ciudad con su desafinado coro de motores y bocinas. Encaramos hacia Sarriá, llegando al Reial Monestir de Santa Isabel, que combina la suntuosidad de su monasterio con la utilitaria sobriedad del colegio que alberga. Vemos el monolíto dedicado a Sant Medir y nos adentramos hacia la derecha por las callejuelas del antiguo pueblo. Calles estrechas pero luminosas, en las que encontramos casas, tiendas , bares y negocios por igual... o casi. Al final de la subida llegamos a la Plaça de Sarriá, muchos más animada, con los concurridos baretos que hay enfrente de la casa consistorial y al pie de Sant Vicenç, un poco mas allá el edificio modernista del Mercado. Seguimos hasta la Embajada Americana y encaramos la vuelta hacia Sants, pasando por la Plaça de Fra Eloi, a nuestra izquierda unos jardines, y a nuestra derecha dos impresionantes iglesias. De nuevo el estruendo de la diagonal nos hace apresurar el paso para llegar a Plaça del Centrey refugiarnos en las calles conocidas de nuestro barrio.