Brillante concierto de la coral “Cum Jubilo” del Coro Easo en Zenarruza. Visita guiada a la Colegiata.

En primer lugar, un agradecimiento especial a nuestro guía Sebas ya que, con una visita a las instalaciones de la Colegiata, hemos complementado estupendamente la magnífica actuación musical del Coro, haciéndonos disfrutar también de una agradable jornada de historia y arte en este emblemático lugar un tanto mágico.
Así como por la detallada elaboración del texto que viene a continuación:
El pasado domingo 13 de febrero la treintena larga de coralistas de Cum Jubilo, del Coro Easo, suben temprano al autobús en Donostia para dirigirse a la Colegiata de Zenarruza, en Bizkaia, y disfrutar de una jornada de música, de historia y cultura, de amistad. Con ellos, algunos familiares, amigos y seguidores
La Colegiata de Zenarruza, mil años de historia y arte, es un lugar singular, único, al pie del monte Oiz, rodeado de bosques y campos.
El bus nos deja a la entrada del conjunto monástico, cerrado por una muralla. Hasta allí llega la calzada medieval que a lo largo de siglos ha llevado a quienes peregrinaban a Santiago. Termina en un calvario, tres cruces, la del centro renacentista, con los símbolos de la pasión, y las laterales en forma de Tau
Sobre la puerta de entrada un gran relieve nos cuenta la leyenda de la fundación de Zenarruza. Un águila dejó caer la calavera humana que llevaba entre sus garras en el lugar donde deberían edificar la iglesia.
La primera cita documental de Zenarruza es del siglo XI y las catas arqueológicas nos dicen que a mediados del siglo XII ya existía una iglesia románica. A finales del XIV recibe el título de Colegiata, o sea, una iglesia que no siendo sede episcopal está regida por un abad y un colectivo de canónigos no pertenecientes a una Orden.
El templo actual se edifica en el siglo XV y en el siguiente lo renueva y amplía un gran abad, Diego de Irusta.
Al exterior, la iglesia, gótica con contrafuertes, parece una formidable fortaleza. A ello contribuye el gran campanario del siglo XVIII. Un bellísimo arbotante descansa sobre un pilar exento.
Da el sol aunque corre un viento frío en el pórtico que protege la portada gótica. Los postes y vigas de roble del pórtico, preciosa carpintería, están decorados con dibujos geométricos y una cabeza de lobo cuelga de una de las vigas.
En el tímpano de la portada abocinada, una bella imagen del Salvador sentado en medio de dos ángeles músicos.
El interior de la iglesia, del siglo XV con preciosa bóveda de crucería del XVI, tiene dos tramos, uno de ellos de triples terceletes, y un gran ábside ochavado. Su pavimento está formado por las tapas de las sepulturas, la mayoría anónimas de madera, y algunas de laudas de piedra talladas con dibujos e inscripciones sobre las importantes familias cuyos restos allí reposan.
En el último tramo, sobre robusto pilar central, se asienta el coro alto, y allí, una de las joyas de Zenarruza, el órgano barroco, de 1686. Hay otro abajo, en la iglesia, que acompañará al coro Cum Jubilo en su intervención.
En el lado del evangelio dos capillas: la de San Miguel con un bello arco de entrada transición del gótico al plateresco y la del abad Irusta, pues en ella está su sepulcro, hermosa obra del gran escultor Guiot de Beaugrant, autor asimismo del relieve del Descendimiento que enriquece esta capilla, cerrada por una magnifica verja plateresca de mediados del siglo XVI.
También fue el abad Irusta quien a mediados del siglo XVI encargó el excelente retablo plateresco que hoy luce en el altar mayor entre dos retablos colaterales barrocos del siglo XVIII, de San José y del Rosario,
Este gran retablo plateresco, admirable ejemplar del primer renacimiento, protegido como Bien Cultural Calificado por el Gobierno Vasco, consta de banco con los relieves de siete apóstoles, dos cuerpos y ático, y tres calles, la central con esculturas y las laterales con cuatro pinturas de la vida de la Virgen, del vizcaíno Francisco Vázquez..
Está dedicado a la Virgen de Zenarruza, cuya imagen gótica, sedente, procedente de un retablo anterior, ocupa el lugar principal del retablo. En la calle central, puede admirarse también una bella escultura de la Asunción-Coronación de la Virgen, quizá también de un retablo anterior. Bellísima la decoración plateresca del retablo en columnas, pilastras y cenefas con policromía en blanco y oro. A mediados del siglo XVIII se añade al retablo un banco barroco.
Pero Zenarruza nos ofrece otro tesoro: al pie de la iglesia se encuentra el claustro o patio renacentista, que nos recuerda al donostiarra de San Telmo, de planta baja y primera. En la planta baja, cuatro arcos de medio punto en cada banda y en la primera, con antepecho de balaustres, otros cuatro de arco carpanel, todos con claves en forma de pergamino. Columnas de fuste liso, basas y capiteles sencillos. En las enjutas medallones de cruces treboladas y conchas de peregrino, como en el escudo del abad Irusta Una cornisa de dentellones remata el bellísimo conjunto.
A mediados del siglo XIX la colegiata de Zenarruza quedó convertida en parroquia y se acentuó su estado de abandono hasta que a principios del siglo pasado un grupo de ilustres vizcaínos se propuso protegerla y conservarla. Fue declarada Monumento Nacional por el Gobierno Vasco y se llevaron a cabo importantes obras de restauración.
Finalmente se habilitó como monasterio para un grupo de monjes cistercienses procedentes del monasterio de la Oliva. Hoy son estos trapenses quienes lo habitan.
A las 12 horas se celebra la misa, enriquecida por los cantos de nuestro coro Cum Jubilo a las órdenes del director Sergio Pedrouso y al término de la misma, situados ya los cantores en el presbiterio, ofrecen a los asistentes un breve pero precioso concierto.
Es ya la hora y la comida nos espera en un restaurante de Bolibar. Un brevísimo paseo por el pueblo cuna de los antepasados del Libertador Simón Bolivar, la parroquia con la capilla de la Virgen de Coromoto, el Museo dedicado al ilustre personaje, la columna-fuente conmemorativa, las ventanas renacentistas del palacio de los Irusta, el Ayuntamiento.
Tras la comida, Cum Jubilo se despide ofreciendo en el restaurante una muestra de su arte musical. Hasta la próxima.
NOTA:
Como no podía ser de otra forma, durante la misa se hicieron mediciones de CO2 en el interior de la Iglesia, con valores inferiores a las 700 ppm (partes por millón), límite recomendado por los científicos españoles para la prevención del Covid 19.