CA Laredo Ruta con encanto I Ruta de la Atalaya
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Trail stats
- Distance
- 2.24 mi
- Elevation gain
- 764 ft
- Technical difficulty
- Easy
- Elevation loss
- 764 ft
- Max elevation
- 306 ft
- TrailRank
- 47
- Min elevation
- -54 ft
- Trail type
- Loop
- Moving time
- 54 minutes
- Time
- one hour 8 minutes
- Coordinates
- 613
- Uploaded
- July 11, 2021
- Recorded
- July 2021
near Laredo, Cantabria (España)
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Itinerary description
CA Ruta con encanto de Laredo 1 Ruta de la Atalaya
La ruta de la Atalaya es la número 1 de las 5 rutas de senderismo preparadas por el ayuntamiento de Laredo. Nosotros hemos añadido un recorrido hasta el antiguo puerto de la Soledad atravesando el túnel. Para elaborar el texto utilizaremos la información aportada por la web y rutas de turismo de Laredo.
Descripción de la ruta
Iniciamos el recorrido en el antiguo ayuntamiento de Laredo, de estilo renacentista, de la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un notable ejemplo de arquitectura de Corporaciones, compuesto de dos pisos con arcos de piedra de sillería. Continuamos por la calle Menendez Pelayo, calle donde antiguamente se situaba el puerto, la calle termina en la boca del túnel que comunica con el malogrado puerto de la Soledad.
El túnel se utilizó durante la Guerra Civil Española como refugio por los ataques de la aviación. Varios tramos del mismo se encuentran decorados con diversas especies marianas sobre un fondo azul. El conjunto, muy logrado, pretende dar la sensación de que se camina por un túnel bajo el agua de un acuario. Al final nos encontramos con el “Mirador del Abra” totalmente integrado en el medio natural, desde donde se puede contemplar el litoral de Laredo.
El puerto de la Soledad. El viejo puerto medieval se vio inutilizado en el siglo XIX por los depósitos de arena, lo que hizo ineludible el diseño y construcción de uno alternativo. En 1842 el Ayuntamiento se propone la creación de un nuevo puerto, ubicado en la ensenada norte de la Atalaya, denominada de la Soledad con el fin de evitar los depósitos arenosos.
El “mirador del Abra”, muy concurrido es esos momentos, nos permite disfrutar de una magnificas vistas de los acantilados hacia Oriñón. Regresamos atravesando otra vez el túnel y por la izquierda de la calle nos adentramos en un callejón que entre las casas y con unas estrechas y empinadas escaleras que nos introduce en la puebla vieja. Esta calle, durante siglos fue el acceso habitual por el que los pescadores de la villa llegaban al puerto.
Tomamos la rua San Martín y nos encontramos con la primera casa noble. La edificación la construyó D. Diego Cacho de Rada en el año 1.731 sobre una antigua casa fortaleza del siglo XV que se devastó en un incendio en el siglo XVI.
Mas adelante la casa torre de Villota del Hoyo. Una fortaleza defensiva construida en el siglo XV por la familia Villota del Hoyo, una de las cuatro familias que fundaron y gobernaron la Villa desde la época medieval.
Junto a ella la puerta de San Martin Forma parte de la muralla medieval del siglo XIII que circunda la Puebla Vieja. Su función era la de lugar de encuentro entre el mundo rural y el urbano. Era el primer paso aduanero y de control para mercaderes, peregrinos, comerciantes.
Pasamos junto a la iglesia de Santa María se encuentra en obras y rodeada de andamios y retrocedemos para dirigirnos hacia la Atalaya, junto al arco de la muralla interior se encuentra la Casa del Condestable de Castilla.
Salimos de la puebla por el arco de la muralla interior y iniciamos el ascenso a la Atalaya, primero por camino en pendiente y luego por una larga subida de escaleras llegamos a la parte alta del acantilado.
Al final de las escaleras, la parada es obligada en la pequeña explanada que encontramos a pocos metros a la derecha. En este mirador natural contemplamos el paisaje costero, en el que se funde el azul del mar con el verde intenso de los prados, y que presenta una singular variedad de formas. Los escarpados acantilados de La Atalaya, El Secar y El Aila, suponen un brusco final a los ondulantes prados que, desde Valverde y Las Cárcobas, descienden en suave pendiente hacia el mar.
Las repisas y prominencias rocosas que jalonan este abrupto relieve son aprovechadas por cernícalos, gaviotas y cormoranes que las utilizan como lugares de descanso y nidificación. Al pie de estos acantilados se extiende la playa de La Soledad.
Ascendiendo hacia la parte alta tenemos una buena panorámica de la villa y su casco urbano resaltan la majestuosidad de la iglesia y convento de San Francisco (siglos XVI y XVII) y la iglesia de Santa Maria de la Asunción (siglo XIII.
Subimos hacia el interior de La Atalaya, singular promontorio sobre el mar que alberga tres miradores naturales y un conjunto arquitectónico de defensa militar, fortificado con baterías y pabellones de acuertelamiento que aún hoy se pueden contemplar, construidos con el objeto de impedir la entrada de embarcaciones enemigas a la bahía (mediante fuego cruzado con las baterías de Santoña) y, proteger la villa de Laredo, dada su importancia política, social y económica basada en la pesca y el comercio, con la fachada atlántica europea, en el s. XVI. En sus inicios esta fortificación de pequeñas dimensiones se denominó Fuerte de La Rochela (1.582), ampliándose posteriormente sus instalaciones defensivas y pasando a denominarse Fuerte del Rastrillar o de los Franceses.
Una vez traspasada la gran cancela de forja, que da acceso nos encontramos un panel que nos sitúa en el contexto del fuerte. Desviándonos a la izquierda, encontramos el “Mirador de la Caracola”, constituye un espléndido observatorio desde el que se domina toda la playa La Salvé, buena parte del casco urbano de Laredo, las montañas que lo circundan, la desembocadura del río Asón y una amplia porción de la bahía pejina en la cual se adentra el espigón del puerto pesquero, y las obras del nuevo puerto pesquero – deportivo.
Dejando atrás el mirador, seguimos el sendero marcado a partir de este punto sin abandonarle, dada la peligrosidad de los cantiles que bordean este entorno, y nos adentramos en el fuerte. Siguiendo el camino, rebasamos las primeras construcciones restauradas: Cuartel del Rastrillar; Pabellón del Comandante Militar; Pabellón del Jefe de Destacamento; y el Cuerpo de Guardia de los Oficiales
Unas decenas de metros más adelante nos encontramos, con el “Mirador Rosa de los Vientos”. Un balcón al mar cantábrico, desde donde observar los acantilados de El Secar, Irío y Valverde, que se desploman verticales desde los prados, y que dejan al descubierto, durante las grandes bajamares, pequeñas calas de difícil acceso como la del Aila. Al fondo, destaca por su altura y peculiar geología caliza, el Monte Candina, y en días despejados se puede llegar a ver la el Cabo Cebollero, conocido como “la ballena”, por su silueta semejante a la de este cetáceo.
Volvemos al camino de lajas que nos llevará hasta los restos de dos de las baterías de costa con que contaba este importante enclave militar. En primer lugar encontramos, en una desviación a la izquierda del camino, la entrada de la Batería de Santo Tomás, cuyo emplazamiento sobre un terreno excavado de unos 56 metros, queda patente en sus muros, que no sobresalen del perfil original del terreno, que se repartía entre el repuesto de pólvora al fondo y el cuerpo de guardia. Contaba con 9 cañones, y aunque estaba enlosada no tenía cubierto para las cureñas.
Retrocedemos al acceso de la batería, y retomamos el camino principal siguiendo la ruta hacia la Batería de San Carlos. A medida que avanzamos por el camino pasaremos junto a las ruinas de otras construcciones de este valioso conjunto histórico, aún sin rehabilitar. Alcanzaremos el extremo norte de La Atalaya, a la izquierda de la senda el “Mirador del Pozo. Al frente, la Batería de San Carlos, antes conocida como de San Gil, compuesta por: una explanada de losas para albergar 6 cañones; un edificio para la guardia y almacén de pertrechos .
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el “Mirador Rosa de los Vientos” y ascendemos por la senda de tierra que parte desde este mirador y que atravesará un campo de vistosas flores, además de descubrir mas restos de la fortificación.
Una vez recorrido el Fuerte, tan sólo queda descender por el mismo camino que llegamos a él, que nos llevará a la Puebla Vieja
Las otras “Rutas con encanto” del ayuntamiento de Laredo
Ruta 2 Laredo Ruta con encanto II Valverde
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-ruta-con-encanto-ii-valverde-58801950
Ruta 3 Laredo. Rutas con Encanto III. Pico del Hacha.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-rutas-con-encanto-iii-pico-del-hacha-86513051
Ruta 4 Laredo Ruta con encanto IV Ruta de las Marismas
https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/ca-laredo-ruta-con-encanto-iv-ruta-de-las-marismas-77920984
Ruta 5 Laredo Ruta con encanto V. Ruta de San Julián
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-ruta-con-encanto-v-ruta-de-san-julian-78343182
La ruta de la Atalaya es la número 1 de las 5 rutas de senderismo preparadas por el ayuntamiento de Laredo. Nosotros hemos añadido un recorrido hasta el antiguo puerto de la Soledad atravesando el túnel. Para elaborar el texto utilizaremos la información aportada por la web y rutas de turismo de Laredo.
Descripción de la ruta
Iniciamos el recorrido en el antiguo ayuntamiento de Laredo, de estilo renacentista, de la segunda mitad del siglo XVI. Se trata de un notable ejemplo de arquitectura de Corporaciones, compuesto de dos pisos con arcos de piedra de sillería. Continuamos por la calle Menendez Pelayo, calle donde antiguamente se situaba el puerto, la calle termina en la boca del túnel que comunica con el malogrado puerto de la Soledad.
El túnel se utilizó durante la Guerra Civil Española como refugio por los ataques de la aviación. Varios tramos del mismo se encuentran decorados con diversas especies marianas sobre un fondo azul. El conjunto, muy logrado, pretende dar la sensación de que se camina por un túnel bajo el agua de un acuario. Al final nos encontramos con el “Mirador del Abra” totalmente integrado en el medio natural, desde donde se puede contemplar el litoral de Laredo.
El puerto de la Soledad. El viejo puerto medieval se vio inutilizado en el siglo XIX por los depósitos de arena, lo que hizo ineludible el diseño y construcción de uno alternativo. En 1842 el Ayuntamiento se propone la creación de un nuevo puerto, ubicado en la ensenada norte de la Atalaya, denominada de la Soledad con el fin de evitar los depósitos arenosos.
El “mirador del Abra”, muy concurrido es esos momentos, nos permite disfrutar de una magnificas vistas de los acantilados hacia Oriñón. Regresamos atravesando otra vez el túnel y por la izquierda de la calle nos adentramos en un callejón que entre las casas y con unas estrechas y empinadas escaleras que nos introduce en la puebla vieja. Esta calle, durante siglos fue el acceso habitual por el que los pescadores de la villa llegaban al puerto.
Tomamos la rua San Martín y nos encontramos con la primera casa noble. La edificación la construyó D. Diego Cacho de Rada en el año 1.731 sobre una antigua casa fortaleza del siglo XV que se devastó en un incendio en el siglo XVI.
Mas adelante la casa torre de Villota del Hoyo. Una fortaleza defensiva construida en el siglo XV por la familia Villota del Hoyo, una de las cuatro familias que fundaron y gobernaron la Villa desde la época medieval.
Junto a ella la puerta de San Martin Forma parte de la muralla medieval del siglo XIII que circunda la Puebla Vieja. Su función era la de lugar de encuentro entre el mundo rural y el urbano. Era el primer paso aduanero y de control para mercaderes, peregrinos, comerciantes.
Pasamos junto a la iglesia de Santa María se encuentra en obras y rodeada de andamios y retrocedemos para dirigirnos hacia la Atalaya, junto al arco de la muralla interior se encuentra la Casa del Condestable de Castilla.
Salimos de la puebla por el arco de la muralla interior y iniciamos el ascenso a la Atalaya, primero por camino en pendiente y luego por una larga subida de escaleras llegamos a la parte alta del acantilado.
Al final de las escaleras, la parada es obligada en la pequeña explanada que encontramos a pocos metros a la derecha. En este mirador natural contemplamos el paisaje costero, en el que se funde el azul del mar con el verde intenso de los prados, y que presenta una singular variedad de formas. Los escarpados acantilados de La Atalaya, El Secar y El Aila, suponen un brusco final a los ondulantes prados que, desde Valverde y Las Cárcobas, descienden en suave pendiente hacia el mar.
Las repisas y prominencias rocosas que jalonan este abrupto relieve son aprovechadas por cernícalos, gaviotas y cormoranes que las utilizan como lugares de descanso y nidificación. Al pie de estos acantilados se extiende la playa de La Soledad.
Ascendiendo hacia la parte alta tenemos una buena panorámica de la villa y su casco urbano resaltan la majestuosidad de la iglesia y convento de San Francisco (siglos XVI y XVII) y la iglesia de Santa Maria de la Asunción (siglo XIII.
Subimos hacia el interior de La Atalaya, singular promontorio sobre el mar que alberga tres miradores naturales y un conjunto arquitectónico de defensa militar, fortificado con baterías y pabellones de acuertelamiento que aún hoy se pueden contemplar, construidos con el objeto de impedir la entrada de embarcaciones enemigas a la bahía (mediante fuego cruzado con las baterías de Santoña) y, proteger la villa de Laredo, dada su importancia política, social y económica basada en la pesca y el comercio, con la fachada atlántica europea, en el s. XVI. En sus inicios esta fortificación de pequeñas dimensiones se denominó Fuerte de La Rochela (1.582), ampliándose posteriormente sus instalaciones defensivas y pasando a denominarse Fuerte del Rastrillar o de los Franceses.
Una vez traspasada la gran cancela de forja, que da acceso nos encontramos un panel que nos sitúa en el contexto del fuerte. Desviándonos a la izquierda, encontramos el “Mirador de la Caracola”, constituye un espléndido observatorio desde el que se domina toda la playa La Salvé, buena parte del casco urbano de Laredo, las montañas que lo circundan, la desembocadura del río Asón y una amplia porción de la bahía pejina en la cual se adentra el espigón del puerto pesquero, y las obras del nuevo puerto pesquero – deportivo.
Dejando atrás el mirador, seguimos el sendero marcado a partir de este punto sin abandonarle, dada la peligrosidad de los cantiles que bordean este entorno, y nos adentramos en el fuerte. Siguiendo el camino, rebasamos las primeras construcciones restauradas: Cuartel del Rastrillar; Pabellón del Comandante Militar; Pabellón del Jefe de Destacamento; y el Cuerpo de Guardia de los Oficiales
Unas decenas de metros más adelante nos encontramos, con el “Mirador Rosa de los Vientos”. Un balcón al mar cantábrico, desde donde observar los acantilados de El Secar, Irío y Valverde, que se desploman verticales desde los prados, y que dejan al descubierto, durante las grandes bajamares, pequeñas calas de difícil acceso como la del Aila. Al fondo, destaca por su altura y peculiar geología caliza, el Monte Candina, y en días despejados se puede llegar a ver la el Cabo Cebollero, conocido como “la ballena”, por su silueta semejante a la de este cetáceo.
Volvemos al camino de lajas que nos llevará hasta los restos de dos de las baterías de costa con que contaba este importante enclave militar. En primer lugar encontramos, en una desviación a la izquierda del camino, la entrada de la Batería de Santo Tomás, cuyo emplazamiento sobre un terreno excavado de unos 56 metros, queda patente en sus muros, que no sobresalen del perfil original del terreno, que se repartía entre el repuesto de pólvora al fondo y el cuerpo de guardia. Contaba con 9 cañones, y aunque estaba enlosada no tenía cubierto para las cureñas.
Retrocedemos al acceso de la batería, y retomamos el camino principal siguiendo la ruta hacia la Batería de San Carlos. A medida que avanzamos por el camino pasaremos junto a las ruinas de otras construcciones de este valioso conjunto histórico, aún sin rehabilitar. Alcanzaremos el extremo norte de La Atalaya, a la izquierda de la senda el “Mirador del Pozo. Al frente, la Batería de San Carlos, antes conocida como de San Gil, compuesta por: una explanada de losas para albergar 6 cañones; un edificio para la guardia y almacén de pertrechos .
Volvemos sobre nuestros pasos hasta el “Mirador Rosa de los Vientos” y ascendemos por la senda de tierra que parte desde este mirador y que atravesará un campo de vistosas flores, además de descubrir mas restos de la fortificación.
Una vez recorrido el Fuerte, tan sólo queda descender por el mismo camino que llegamos a él, que nos llevará a la Puebla Vieja
Las otras “Rutas con encanto” del ayuntamiento de Laredo
Ruta 2 Laredo Ruta con encanto II Valverde
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-ruta-con-encanto-ii-valverde-58801950
Ruta 3 Laredo. Rutas con Encanto III. Pico del Hacha.
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-rutas-con-encanto-iii-pico-del-hacha-86513051
Ruta 4 Laredo Ruta con encanto IV Ruta de las Marismas
https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/ca-laredo-ruta-con-encanto-iv-ruta-de-las-marismas-77920984
Ruta 5 Laredo Ruta con encanto V. Ruta de San Julián
https://es.wikiloc.com/rutas-senderismo/ca-laredo-ruta-con-encanto-v-ruta-de-san-julian-78343182
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8 ft
Puerto de la Soledad
El Puerto de la Soledad comenzó a construirse en Laredo en 1862 con la construcción de un túnel a través de la Atalaya, de más de 200 metros de longitud y 4,5 de anchura y tallado directamente en la roca, para facilitar el acceso al futuro puerto y transportar la piedra de las canteras. Finalmente el puerto que quedaría inconcluso por los desperfectos que en las obras provocaron sucesivas galernas, lo que llevó a su abandono en 1873., los restos del Puerto de la Soledad aún resultan visibles en la ensenada norte del monte de la Atalaya, aunque progresivamente erosionados por la acción del mar.
Waypoint
83 ft
Subida a La Puebla vieja
Waypoint
67 ft
Arco de San Martín y casa Torre Villota del Hoyo
Torre villota del Hoyo Adosada a la muralla medieval a través de la puerta de San Martín o de la Virgen de la Blanca. Conserva en su fachada tres escudos, además de un balcón con basamento de piedra, balaustrada de hierro y dos bolas de bronce. En el centro se distinguen las armas de Villota del Hoyo. Los escudos laterales del inmueble reflejan los sucesivos apellidos que se unieron a esta familia. Puerta san martin. Poseía una almena en la parte superior que la servía para cumplir su función principal de defensa como una de las puertas principales de la villa. En el medievo había doce puertas como esta que rodeaban toda la villa. Por las tardes y a toque de campana se cerraba hasta el amanecer del día siguiente y estaba terminantemente prohibido entrar o salir con la puerta cerrada.
Waypoint
91 ft
Casa torre del Condestable de Castilla
En esta Casa-Torre del Condestable de Castilla habitaron la reina Isabel la Católica, con sus hijos y Carlos V, que llegó al puerto de Laredo en su viaje de retiro al monasterio de Yuste, con sus hermanos doña Leonor de Francia y doña María de Hungría, en el momento de abdicar en su hijo Felipe II. Del s XV, es una de las seis torres que tuvo el Condestable de Castilla, Duque de Frías en Laredo. Se ubica junto a la muralla medieval del siglo XIII. De hecho, una de sus paredes formaba parte del recinto amurallado. En ella habitó el Condestable Pedro Fernández de Verlasco a quien el rey de Castilla, Enrique IV, le concedió en prenda los diezmos de la mar de Castilla.
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78 ft
Iglesia de Santa María
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