Camino del Cid con niños: Etapa 28 Fuente del Hocino - Mora de Rubielos

+++ ETAPA 28: FUENTE DEL HOCINO - MORA DE RUBIELOS +++

Continúa aquí un conjunto de 2 etapas que hemos hecho seguidas. Como la distancia hasta Mora de Rubielos es excesiva para una jornada, hemos decidido dormir a mitad camino, en Fuente del Hocino (hay un cobijo de acceso libre y fuente). En esta ruta te muestro la segunda, la anterior en su enlace correspondiente:
+ Rubielos de Mora - Fuente del Ocino: Durmiendo en cobijo libre (etapa 27): https://es.wikiloc.com/rutas-a-pie/camino-del-cid-con-ninos-etapa-27-rubielos-de-mora-fuente-del-hocino-103252358
+ Fuente del Ocino - Mora de Rubielos (etapa 28).

Atención: en esta ruta no encontrarás agua. Carga cantidad suficiente para toda la jornada.

Comenzamos ruta en Fuente del Hocino, cargando generosa cantidad de agua. Aún así, pillamos un día muy caluroso y pasamos sed, pues apenas hay sombra en todo el trayecto.

La ruta nos lleva a subir las montañas cercanas a Mora, rodeados en tomo momento de grandes campos de un verde extraordinario en Mayo. El viento mueve las briznas como si fuera un mar de vegetación, una vista asombrosa y que, en un día nublado, hubiéramos disfrutado mucho más.

En la subida tendremos que cruzar una finca privada, con valla tanto en la entrada como salida, pero que puedes abrir y pasar sin problema. Recuerda dejar la puerta cerrada, para que no se escape el ganado.

Una vez superada la finca privada el camino tuerce a la derecha, poco después encontrarás la única sombra digna de ese nombre (una carrasca grande). Nosotros aprovechamos para descansar aquí.

Continuando, coronaremos el punto más alto de la ruta, para ir bajando de manera suave hacia Mora, bordeando fincas de ganado y agrícolas. Atención en las sombras, abundan los mosquitos y garrapatas, debido a la cercanía de ganado. Es un motivo más para no parar demasiado.

Cuando veamos el castillo de Mora ya casi lo tenemos, un último empujón y llegaremos a Mora. En nuestro caso buscamos el bar "El Escalón", junto a la iglesia y castillo de Mora. Es punto de sellado del Camino del Cid y nos tenían reservadas unas chapas. TOTALMENTE RECOMENDABLE. Además, una de las niñas se encontraba un poco mal, por el calor del día, y el dueño del bar nos acercó a fuente del Ocino a recoger el coche. ¿Cuántas personas se ofrecerían a esto? Un 10 para el señor. A partir de ahora para nosotros es parada obligatoria siempre que pasemos por Mora.

Poco que decir de Mora que no se sepa, ciudad medieval cuya visita merece la pena. Pero los alrededores del pueblo son agrícolas y apenas hay sombra; duros de visitar a pie en verano.

En cuanto a Mora, la perrita que encontramos ayer, hizo toda la ruta sin separarse de nosotros. Hasta las niñas pudieron llevarla de la correa, qué perrita más dócil. Preguntamos en Mora, pero nadie sabía de una perra perdida; así que se vino con nosotros a Valencia. El lunes la llevamos al veterinario, miran si lleva chip y... ¡premio! Su nombre es Perla. La veterinaria llama al dueño, que la tenía en una granja en el monte de Rubielos y la estaba buscando. Alucina al saber que la perra está en Valencia. Le damos la noticia y por la tarde viene a buscarla. Perla es mayor ya, ha vivido toda la vida en el monte y en los paseos por la ciudad la notábamos desorientada. Ahora regresa a su vida, lo que ella conoce. No es la que más nos gusta para un animal tan bueno como ella, pero es la vida a la que está acostumbrada. Muchos besitos, Perla.

Y así acaba una etapa "fea", por el calor que pasamos; pero inolvidable gracias a Perla.