Campo de Criptana (paseo turístico)
near Campo de Criptana, Castilla-La Mancha (España)
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Trail photos
Itinerary description
La población actual surgió en el siglo X pero hasta el XII no tuvo cierta importancia económica y social. La villa creció sobre un ceno donde estaba la ermita de la Paz, que recibía en aquel entonces el nombre de El Campo, y en el siglo XIV, se convirtió en de Criptana. En el siglo XIII pasó a manos de la orden de Santiago.
Campo de Criptana puede considerarse una auténtica ciudad manchega, moderna y funcional pero al mismo tiempo una ciudad que ha sabido mantener la esencia de su historia y de su arquitectura funcional. Popularmente recibe el sobrenombre de . La ciudad de los molinos de viento" y en ellos se detuvo Cervantes para describir la lucha de don Quijote.
Los molinos que presiden las alturas de la sierra de la Paz figuran entre los mejores paisajes de la provincia y son la imagen que define, por sí solo a La Mancha. En el siglo XVIII había en Campo de Criptana treinta y cuatro molinos cuyos nombres, propietarios y rentas se registran en el catastro del marqués de la Ensenada. Hoy sólo quedan diez como testimonio de aquellos tiempos: el molino Burleta (siglo XVI) tiene 6 metros de diámetro y bajo la puerta, de madera laminada de cinc, se abren doce ventanillos orientados según los "doce aires". El interior se divide en tres niveles. Los dos primeros se utilizaban de almacén y para la recogida de la harina y el tercero albergaba la maquinaria del molino. Junto a los molinos de vientos el bar restaurante Cuesva de la Martina ofrece algunos ejemplos de artesanía
local y en su pane baja tiene una cueva artificial utilizada en otro tiempo como bodegm Desde la terran del bar hay una magnifica vista de la villa Para visitar los principales puntos de interés de Campo de Criptana hay que combinar los paseos a pie y en automóvil.
El trayecto en automóvil permite visitar la denominada Poza manantial de aguas muy famosas entre los vecinos de Campo de Criptana A I km de este manantial se encuentra la ermita de San Isidro, construida después de la Guerra Civil de 1939 en homenaje a San Isidro, patrón de los labradores.
Siguiendo en dirección a San Esteban, a 3 km de la villa, está la ermita del Cristo de Villajos (siglo XMI), que ocupa el solar de un templo anterior derruido en el siglo XIII. El santuario alberga la imagen del Cristo de Villajos, patrono de Campo de Criptana. Sobre el cerro que albergó el castillo de trana se alza la ermita de la Virgen de Criptana (siglo XVI), reconstruida tras la Guerra Civil de 1936, con abundantes ele mentos renacentistas.
El paseo a pie puede comenzar en la plaza de la Tercia, donde se alza la casa de la Tercia (siglo XVI), una de las muchas mansiones solariegas que se descubren en el casco viejo de la villa. Cerca está la iglesia del convento del Carmen (siglo XVII), desamortizado en 1835, con fachada barroca, planta jesuítica, y una imagen de la D Virgen del Carmen obra de Francisco Salzillo (1707-1783), escultor adscrito al foco murciano y aislado de todo contacto con la corte borbónica madrileña. El edificio del pósito, del reinado de Carlos I, da paso a la plaza Mayor donde está la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, de una sola
Waypoints
Los Molinos
Los molinos de Campo de Criptana https://es.m.wikipedia.org/wiki/Molinos_de_Campo_de_Criptana son un conjunto de diez molinos de viento conservados en Campo de Criptana, municipio español de la provincia de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha. Se distribuyen en la ladera y la cima de una colina y tres de ellos datan del siglo XVI. En 1978 fueron declarados Bien de Interés Cultural. EditLos molinos de agua se usaron de siempre para la molienda del grano, pero, hacia el siglo XVI, el interior de la Península fue azotada por una sequía, lo que llevó a una búsqueda de nuevas fuentes de energía. Los últimos cruzados que llegaron de Tierra Santa y la llegada de la Orden de Malta a España se consideran los posibles emisarios de la construcción de los molinos de viento. En 1575, las Relaciones Topográficas de Felipe II mencionan «muchos molinos» en el municipio de Campo de Criptana. El estudio catastral del Marqués de la Ensenada de 1752, censa treinta y cuatro molinos de viento en esta localidad, abundancia que ha llevado a algunos estudiosos a plantearse la posibilidad de que Cervantes se inspirase en los de Campo de Criptana al escribir la aventura del capítulo VIII de la primera parte, de El Quijote. En 1846 en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, Vol. 5 de Pascual Madoz dice: «27 molinos harineros, uno de agua en el Záncara que sólo muele dos veces al año; un batán en el mismo río». En el 1870 hubo un declive en la molienda de los molinos por la aparición en el mercado europeo de los granos americanos, rusos y australianos. De todas formas su declinar fue lento. La harina para el pan fue lo primero que tuvieron que dejar de fabricar. No obstante, la harina de almortas y la molturación de piensos para el ganado siguió hasta el siglo XX. Queda noticia de que en Campo de Criptana, los molinos funcionaron hasta entrados los años 50. lo que llevó a una búsqueda de nuevas fuentes de energía. Los últimos cruzados que llegaron de Tierra Santa y la llegada de la Orden de Malta a España se consideran los posibles emisarios de la construcción de los molinos de viento. En 1575, las Relaciones Topográficas de Felipe II mencionan «muchos molinos» en el municipio de Campo de Criptana. El estudio catastral del Marqués de la Ensenada de 1752, censa treinta y cuatro molinos de viento en esta localidad, abundancia que ha llevado a algunos estudiosos a plantearse la posibilidad de que Cervantes se inspirase en los de Campo de Criptana al escribir la aventura del capítulo VIII de la primera parte, de El Quijote. En 1846 en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, Vol. 5 de Pascual Madoz dice: «27 molinos harineros, uno de agua en el Záncara que sólo muele dos veces al año; un batán en el mismo río». En el 1870 hubo un declive en la molienda de los molinos por la aparición en el mercado europeo de los granos americanos, rusos y australianos. De todas formas su declinar fue lento. La harina para el pan fue lo primero que tuvieron que dejar de fabricar. No obstante, la harina de almortas y la molturación de piensos para el ganado siguió hasta el siglo XX. Queda noticia de que en Campo de Criptana, los molinos funcionaron hasta entrados los años 50.
Posito
El Posito Edificio del siglo XVI ampliado durante el reinado de Carlos III. Sede de un banco agrícola que bajo el control del Ayuntamiento prestaba grano a los agricultores en época de carestía como adelanto del año venidero, era gestionado por el Ayuntamiento. Su finalidad era doble: realizar préstamos en especie a los agricultores, que los reintegraban al año siguiente una vez recogida la cosecha, y regular el mercado del trigo, cuando el precio de éste y el del pan tendían desmesuradamente al alza, con el fin de evitar o atenuar posibles conflictos sociales. Tras la guerra de la Independencia (1808-1814) comenzó su declive. En 1914 fue enajenado en pública subasta y tras diversos avatares en 1991 pasó a ser propiedad municipal. En la actualidad es Museo Municipal, contiene una muestra permanente de arqueología, alberga exposiciones temporales, conferencias y actos institucionales
Plaza Mayor
Foto de Iglesia, Ayuntamiento y casa con escudo del Conde de las Cabezuelas
Los Molinos
Los molinos de Campo de Criptana https://es.m.wikipedia.org/wiki/Molinos_de_Campo_de_Criptana son un conjunto de diez molinos de viento conservados en Campo de Criptana, municipio español de la provincia de Ciudad Real, en Castilla-La Mancha. Se distribuyen en la ladera y la cima de una colina y tres de ellos datan del siglo XVI. En 1978 fueron declarados Bien de Interés Cultural. EditLos molinos de agua se usaron de siempre para la molienda del grano, pero, hacia el siglo XVI, el interior de la Península fue azotada por una sequía, lo que llevó a una búsqueda de nuevas fuentes de energía. Los últimos cruzados que llegaron de Tierra Santa y la llegada de la Orden de Malta a España se consideran los posibles emisarios de la construcción de los molinos de viento. En 1575, las Relaciones Topográficas de Felipe II mencionan «muchos molinos» en el municipio de Campo de Criptana. El estudio catastral del Marqués de la Ensenada de 1752, censa treinta y cuatro molinos de viento en esta localidad, abundancia que ha llevado a algunos estudiosos a plantearse la posibilidad de que Cervantes se inspirase en los de Campo de Criptana al escribir la aventura del capítulo VIII de la primera parte, de El Quijote. En 1846 en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, Vol. 5 de Pascual Madoz dice: «27 molinos harineros, uno de agua en el Záncara que sólo muele dos veces al año; un batán en el mismo río». En el 1870 hubo un declive en la molienda de los molinos por la aparición en el mercado europeo de los granos americanos, rusos y australianos. De todas formas su declinar fue lento. La harina para el pan fue lo primero que tuvieron que dejar de fabricar. No obstante, la harina de almortas y la molturación de piensos para el ganado siguió hasta el siglo XX. Queda noticia de que en Campo de Criptana, los molinos funcionaron hasta entrados los años 50. lo que llevó a una búsqueda de nuevas fuentes de energía. Los últimos cruzados que llegaron de Tierra Santa y la llegada de la Orden de Malta a España se consideran los posibles emisarios de la construcción de los molinos de viento. En 1575, las Relaciones Topográficas de Felipe II mencionan «muchos molinos» en el municipio de Campo de Criptana. El estudio catastral del Marqués de la Ensenada de 1752, censa treinta y cuatro molinos de viento en esta localidad, abundancia que ha llevado a algunos estudiosos a plantearse la posibilidad de que Cervantes se inspirase en los de Campo de Criptana al escribir la aventura del capítulo VIII de la primera parte, de El Quijote. En 1846 en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar, Vol. 5 de Pascual Madoz dice: «27 molinos harineros, uno de agua en el Záncara que sólo muele dos veces al año; un batán en el mismo río». En el 1870 hubo un declive en la molienda de los molinos por la aparición en el mercado europeo de los granos americanos, rusos y australianos. De todas formas su declinar fue lento. La harina para el pan fue lo primero que tuvieron que dejar de fabricar. No obstante, la harina de almortas y la molturación de piensos para el ganado siguió hasta el siglo XX. Queda noticia de que en Campo de Criptana, los molinos funcionaron hasta entrados los años 50.
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