Casco histórico de Mahón (4)

Mahón es una ciudad cosmopolita que en su casco antiguo tiene calles con casas señoriales estilo inglés y edificios históricos.
El origen de la ciudad de Mahón tuvo lugar en la ribera sur del puerto. Luego las diferentes civilizaciones que la ocuparon irían rodeando el puerto y sus acantilados. En la Edad Media se encerró la ciudad en diferentes recintos amurallados, que con el tiempo se irían traspasando.
En el siglo XIII la conquistó el rey Alfonso III de Aragón, y en 1708 fue capturada por los británicos durante la Guerra de Sucesión Española y cedida oficialmente a raíz del Tratado de Utrecht, pasó a ser durante setenta años una dependencia británica (y el puerto de Mahón una base naval británica en el Mediterráneo) en el siglo XVIII.
La presencia británica impulsó la economía de la isla, por lo que Mahón, que se había convertido en la capital de la isla, pasó a ser un centro comercial y de contrabando de primer orden en el Mediterráneo.
Por el contrario, Ciudadela, la antigua capital y reducto clerical y aristocrático, languidecía. Posteriormente y ya en el siglo XIX, se edificó otra imponente fortificación, ésta en la parte norte de la bocana del puerto, la Fortaleza de la Mola.
Desde la plaza Miranda se aprecian unas espléndidas vistas del puerto.
Como herencia colonial del siglo XVIII tenemos el magnífico Ayuntamiento de estilo neogótico o el Principal de Guardia con su fachada roja, un edificio originariamente destinado al cuerpo de guardia inglés, así como las principales iglesias de Mahón: Sant Francesc, El Carme y Santa Maria, de estilo gótico.
También cabe destacar el Museo de Menorca, ubicado en un antiguo convento franciscano donde se explica la historia de Menorca a través de sus numerosos obras y hallazgos arqueológicos hallados en la isla. Está situado junto a un fantástico mirador del puerto de Mahón.
El Ayuntamiento de Mahón propone tres rutas para recorrer el casco histórico de la ciudad: itinerario por el Centro, ruta de los Miradores y paseo de Ribera.
Nosotros hemos realizado a nuestro aire, un mix de las dos primeras, sustituyendo la última por una travesía en catamarán por el puerto interior, que se describe en otro track.
A recuperar fuerzas fuimos, en la parte alta de la ciudad, a un restaurante (IZARO) pequeñito y acogedor, de un bilbaíno, con cocina casera de productos frescos. Tambien recomendable.