Cástulo. Conjunto arqueológico.

Es habitual referirse a la antigua Cástulo como ciudad iberorromana, pero en realidad fue ocupada ininterrumpidamente des la Edad del Cobre, de finales del III milenio a.C, hasta el siglo XV (por lo que excede considerablemente ese límite), siendo abandonada desde entonces, coincidiendo con la demolición de las defensas del castillo de Santa Eufemia y algunas edificaciones que fueron utilizadas como refugio de bandoleros, tras un par de intentos de repoblación del lugar. A partir de entonces numerosos propietarios utilizaron diversos elementos de interés arqueológico en la construcción de sus viviendas. El yacimiento fue investigado en cierta profundidad a partir de 1969, cesando por completo en 1991 por causas administrativas. A partir de 2011, cuando se crea la figura jurídica del Conjunto Arqueológico de Cástulo, se reinician las excavaciones y se encuentran los restos del templo imperial, con mosaicos, que se puede visitar actualmente. Casi todos los demás hallazgos de interés obtenidos en sucesivas intervenciones se encuentran en el Museo Arqueológico de Linares (creado por ese Ayuntamiento en 1956, pasando en 1972 al Patrimonio Nacional, y en 1984 a la Junta de Andalucía), por lo que se aconseja su visita a los interesados en los elementos artísticos. Hoy el objetivo de la visita se aparta bastante de lo artístico, se concentra mayormente en la geografía y el encuadre temporal de un lugar de gran interés histórico.
Cástulo fue el oppidum (un recinto amurallado en lo alto del Cerro de la Muela) más poblado de la Oretania en tiempo de los iberos, acuñando su propia moneda y controlando probablemente el comercio de minerales en la zona vecina de la Sierra Morena. Incialmente Cástulo se asocia con los cartagineses (Himilce, una noble local, se casó con Anibal), pero a finales del siglo III a.C. la aristocracia local pacta con Escipión el Africano y se transforma en un municipio romano libre; a partir de ese momento se desarrolla un proceso de romanización, en el que se realizan grandes obras públicas y acaba siendo sede episcopal en época imperial tardía. La historia languidece a partir de entonces, aunque en época musulmana se edificará en la Plaza de Armas el castillo de Cazlona con la Torre de Santa Eufemia, que será derruído casi por completo en el siglo XV.
La visita a los restos de la ciudad (que se aconseja hacer en visita guiada), empieza en el centro de recepción, donde proyectan una grabación en la que lo que más llama la atención es la extensión y densidad de las construcciones en la antigua ciudad, que inmediatamente hacen pensar en que es muy poco lo excavado aún y que, en consecuencia, puede haber montones de importantes hallazgos pendientes.
La ruta seguida comienza en el Centro de recepción de visitantes, y sigue hasta la Puerta Norte (o Puerta Argentaria), por encima de la Necrópolis de la Puerta Norte, para luego dirigirse hacia la Acrópolis Occidental, donde podremos ver los restos de la Torre Alba (siglo III a.C) y los depósitos principales. En esta zona el cerro está elevado sobre un barranco, el arroyo de San Ambrosio, que ayudaria a la protección de la población, aparte de las murallas que rodeaban la totalidad del cerro y que fueron destruídas en gran parte. Cerca de la acrópolis están los restos de una casa, donde se encuentran los restos de una cisterna romana; la era empedrada vecina es moderna.
Nuestra ruta sigue después hacia la zona excava en la ciudad baja. Encontraremo primero, a nuestra derecha los restos de las Termas Menores, para más adelante encontrar los restos del Templo Cristiano (siglos IV-V d.C.) y las Salas de los Mosaicos, donde podemos ver el Mosaico de los Amores (siglos I-II d.C), donde pudo estar el templo del emperador Domiciano.
Seguimos adelante para pasar por una pequeña vaguada, que separa el Cerro de las Muelas de la Plaza de Armas, para alcanzar el pequeño cerro que domina el valle del río Guadalimar. Aquí se encuentran los restos más antiguos encontrados en Cástulo, datados en la Edad del Cobre, pero también los más modernos, correspondientes al Castillo y Torre de Santa Eufemia, o de Cazlona. Desde este cerro podemos ver el gran valle del Guadalimar, conectando hacia el oeste, pasado Torreblascopedro, con el Guadalquivir, en las cercanías del embalse de Mengíbar, muy cerca de los restos de la antigua Iliturgi, población que sufrió el mayor castigo qie recoge la historia de la II Guerra Púnica. Mirando hacia el este y el norte podremos ver las laderas del Cerro de lasMuela, con claros restos de las antiguas murallas que rodeaban y protegían el cerro; en esa zona estaría en el pasado el Puerto Fluvial de Cástulo, así como el Templo de la Muela. Esa visión nos acompañara un tiempo mientras subimos hacia el lugar donde estuvo la Puerta Este de Cástulo. Algo más adelante encontraremos los restos del Cortijo o Casa de la Muela, en cuyo exterior se puede ver buena cantidad de grandes piedras talladas.
Desde aquí bajaremos de nuevo, en dirección sur, hacia el Centro Urbano del Olivar donde, entre otros restos de interés, se encuentran las Termas Mayores, la Sinagoga (siglos IV-V d.C) y el Pórtico Monumental. Desde aquí saldremos hacia el Cardo Máximo, por el que seguiremos hasta llegar a la Puerta Norte. A nuestra derecha, en lo alto del cerro, veremos los restos de la antigua muralla y, al lado, las construcciones que corresponden a las viviendas del área 3.
Ya sólo queda volver al centro de recepción, en cuyo aparcamiento hemos dejado el coche y finaliza la grabación. Ha sido cómodo hacer el recorrido con calzado de montañana (aunque muchos lo hacen con deportivas o calzado normal), y poco más se necesita, salvo buena proteccion solar, sobre todo en verano.
Interesante e instructiva, no tanto por lo que enseña directamente, como por lo que deja intuir, sobre todo si hace su camino acompañado de un buen mapa, y recuerda la historia del lugar.