Circular a las fuentes de la Teja y del Sacristan, desde Agramonte (AG.2 y S1)

Hoy nos vamos con los niños hasta el Parque Natural del Moncayo, para aprovechar que el otoño, está en su máximo esplendor.

Como habrá bastante gente, madrugamos, desde Zaragoza, tomamos la A-68 hasta la población de Figueruelas (sin entrar), y nada más enlazar con la N-232, cogemos el desvío hacia Pedrola.

Sin dirigirnos a dicha población, tomamos la CV-620 hacia Pozuelo de Aragón, donde conectamos con la A-1303 hasta Borja, en la que enlazamos con la N-122, por la que continuamos hasta el desvío hacia Monasterio de Veruela (Vera del Moncayo).

Una vez a la altura del monasterio cisterciense, tomamos la pista asfaltada, que sale a mano derecha, por la que seguimos el aparcamiento de Agramonte, donde dejamos los coches.

Desde Agramonte, retrocedemos unos metros por la pista, hasta enlazar a mano derecha con el sendero circular AG2, que va hasta la Fuente de la Teja, y por el que comenzamos a ganar suavemente desnivel, entre medio de un bonito bosque de rebollos, fresnos, y brezos.

Cuando alcanzamos el medio kilómetro, cruzamos la pista de acceso al santuario, y nada más cruzar, alcanzamos el inicio de la segunda circular del día, que recorre el hayedo de Peña Roya hasta la Fuente del Sacristán.

Al tratarse de una circular, se puede hacer en cualquier sentido, nosotros al ir con niños, subiremos a la fuente del Sacristán por la fuente de la Teja, que aunque la subida es más larga, es menos tendida, y más fácil progresar por ella.

Así que, en este punto, tomamos el sendero que nace a nuestra izquierda, hacia la fuente de la Teja, en el que vadeamos el barranco de Valdemilanos, por una pasarela de madera, y nos adentramos de lleno, en el espectacular hayedo, que viste el suelo de hojas, y nos muestra todo su encanto.

En poco más de veinte minutos, llegamos a la fuente de la Teja, que sin duda es una de las áreas recreativas, más visitadas, pero a la vez más bonitas del Parque Natural, en el que la fuente, apenas mana un hilillo de agua, y es que se nota que ha sido un verano muy seco.

Aprovechamos este bello paraje, para hacer una pequeña pausa, después continuamos por el sendero, paralelos a la pista de acceso al Santuario, por medio del bosque, siempre en ligera subida, que apenas nos desgasta, y por el que llegamos a la fuente de los Tres Caños, que mana un buen chorro de agua.

Sin pausa, pero sin prisa, avanzamos por el sendero, de vez en cuando nos detenemos para disfrutar del colorido que nos ofrecen las hayas, cruzamos un barranco por una pequeña pasarela, y alcanzamos el refugio de la Paridera, donde enlazamos con el GR.90.1, y en el que se ubica un cruce de senderos.

Nosotros tomamos, el que sale a nuestra derecha, indicando la fuente del Sacristán, a partir de aquí, la pendiente se acentúa, y afrontamos la rampa más dura de todo el recorrido, aunque por suerte son poco más de doscientos metros, en los que nos detenemos para que los chicos descansen.

Al final del sendero, salimos de nuevo a la pista de acceso al Santuario, justo a la altura de la Fuente del Sacristán, donde hacemos una parada para echar un trago, y comer algo.

Después, caminamos por la pista durante cuatrocientos metros, hasta que enlazamos con la amplia pista de tierra, cerrada al tráfico, por la que nos adentramos en el hayedo de Peña Roya, en suave ascenso, durante dos kilómetros y medio, hasta que casi cuando nos encontramos junto al barranco de Agramonte, tomamos el sendero, a nuestra derecha, que sube desde Agramonte, hasta el collado de Castilla, amojonado justo en su entrada, por el que comenzamos a descender por medio del hayedo, en el que se ubican dos antiguas carboneras.

A medida que vamos perdiendo desnivel, los pinos se entremezclan con los hayas, pasamos algún tramo embarrado, sin ninguna dificultad, hasta que sobre el kilómetro siete, llegamos al cruce de senderos, donde cerramos la primera circular.

Ahora, desandamos los pocos metros que tenemos hasta la pista de acceso al Santuario, la cruzamos, y llegamos a la circular balizada como AG2, donde esta vez cogemos el sendero que nace a nuestra izquierda, para cerrar la segunda circular.

Chino a chano, caminamos por el sendero, que va paralelo a la carretera del Santuario, y que nos introducir en un bonito abedular, por el que en algo menos de media hora, alcanzamos el aparcamiento de Agramonte, donde damos por finalizada está bonita ruta otoñal, por uno de los hayedos del Moncayo.

P.D.: Tiempo en movimiento: 3 horas