CL BU GR 85 Ruta de los sentidos Etapa 4 Montecabezas - Frías

CL BU GR 85 Ruta de los sentidos Etapa 4 Montecabezas – Frías

El GR-85, conocido también como la Ruta de los Sentidos transcurre por la comarca de Las Merindades, en el norte de la provincia de Burgos, entre la Cordillera Cantábrica y los Montes Vascos. En sus 165 kilómetros recorre varios de los espacios naturales más significativos de Las Merindades, donde los ríos han tallado cañones y desfiladeros. La ruta, por otra parte, presenta gran interés artístico y patrimonial.

Sus nueve etapas enlazan paisajes, enclaves naturales, pueblos y monumentos de gran belleza y valor cultural e histórico. Villasana de Mena, Castrobarto, Quincoces de Yuso, Quintanilla Montecabezas, Frías, Trespaderne, Puente Arenas, Tudanca, Soncillo y Puentedey (son el comienzo y final de cada una de las etapas de este sendero señalizado con paneles informativos y las marcas blancas y rojas propias de los GR.

La cuarta etapa de unos 19 km y 269 m de ascenso acumulado, es realmente sencilla, sin apenas desnivel y discurre en gran parte, por cómodas pistas atravesando zonas de campos de cereales. En el camino cruzaremos los núcleos de población Quintana montecabezas, Rufrancos, Santa Coloma, Parayuelo, Lomana, Quintana María y finalmente Frias. En el camino podremos acercarnos a la Torre de Bonifaz en Lomana y la necrópolis de Peña de San Román en Quintana Maria.

DESCRIPCIÓN DE LA RUTA ETAPA 4 GR 85 “Ruta de los Sentidos”

La cuarta etapa del GR 85 recorre el Valle de Tobalina, comenzando en Quintanilla Montecabezas. Se trata de un recorrido sobre caminos agrícolas que tratan de evitar las pistas generadas con la concentración parcelaria. El sendero se aproxima a pequeñísimos pueblos, casi desconocidos, para culminar en la ciudad de Frías.

Comenzamos la ruta en Quintanilla Montecabezas y nos encaminamos hacia Rufrancos en paralelo a a Sierra de Arcena. El siguiente pueblo será Santa Coloma pero sin llegar a entrar en el pueblo, giramos a la izquierda hasta el cercano Parayuelo. Tras Parayuelo tendremos que subir el Portillo de Imaña, bonito desfiladero tras el cual iniciamos una larga bajada que no terminará hasta que lleguemos a Frías.

En la entrada de Lomana nos sorprende la Torre de los Bonifaz. La torre fue levantada por Alonso Bonifaz en tiem¬pos de Juan II en años posteriores a 1446, fecha de la donación de Frías a los condes de Haro.
Después nos encaminamos al cercano pueblo de Quintana María donde nos desviamos del camino para visitar la Necrópolis de la peña de San Clemente. La necrópolis se compone de una cuarentena de sepulturas de distintas tipologías que se encuentran excavadas en un afloramiento rocoso. Su cronología es altomedieval, entre los siglos VII y XI.

Las tumbas tienen forma antropomorfa y de bañera. Y son de distintos tamaños, desde adultos hasta recién nacidos. Todos los enterramientos están orientados con la cabeza hacia el Oeste y los pies al Este.

Entre las sepulturas destaca una de tamaño rectangular de grandes dimensiones y que tienen un canal de desagüe que se prolonga hasta el corte vertical de la roca. Puede que fuera el osario de la necrópolis.El lugar ofrece una magnificas vistas de los campos de cultivo y de los pueblos, destacando Frias con su castillo.

Continuamos camino hasta llegar al el puente medieval de Frias, aunque su origen puede ser romano. Pasa por él, la calzada romana, que era una vía de comunicación, muy importante para el comercio entre la Meseta y la costa Cantábrica. Venía por el Portillo de Busto, Tobera, Frías, pasa por el desfiladero de Herrán y llegaba hasta Orduña, desde donde pasaban los mercaderes a Bilbao.

Tras cruzar el puente nos encontramos en la parte baja de la ciudad de Frias.

Frías se ubica en un estratégico emplazamiento para cruzar el río Ebro que se ha venido utilizando al menos desde la época romana. Su estructura urbana medieval está coronada por el castillo de los Velasco y la iglesia de San Vicente. Los edificios mantienen un sistema constructivo en el que van adosándose entre sí. La solana del piso superior emplea toba y entramado de madera.

Damos por terminada la ruta en el aparcamiento bajo el castillo.