Colegiata de Santa Cruz de CASTAÑEDA. SOCOBIO (Cantabria)

Exterior

Exterior (2)

El acceso principal al interior, único conservado a día de hoy de su primitiva fábrica, en la fachada Oeste, se abre a los pies del templo enmarcado por un guardapolvos. De influencia cisterciense, consta de ocho arquivoltas de medio punto que reposan alternativamente sobre pilares y columnas acodilladas en cuyos capiteles, muy deteriorados, fueron representados motivos zoomorfos muy arcaicos (serpientes, cabecitas y animales monstruosos)

Exterior (3)

Exterior (4)

A los pies del primitivo brazo meridional del crucero (hoy sustituido por una capilla neoclásica), se levanta la torre campanario, del siglo XII, pero reconstruida en el siglo XVII o XVIII; está constituida por un cuerpo principal de notable altura y un segundo registro abierto en vanos de medio punto geminados que descansan en columnas a modo de parteluces coronados por capiteles figurados. El campanario de Santa Cruz de Castañeda, además de ser una de las escasísimas estructuras de este tipo conservadas en territorio cántabro, presenta también la particularidad de que su espacio interior se corona con una curiosísima cupulilla sostenida por losetas angulares.

Interior (nave)

Al entrar, se ve la marcada desviación de la nave central respecto al ábside, y el ensanchamiento del arco toral a la derecha. Se discute sobre si es una desviación simbólica, o un fallo de los canteros del siglo XII, o una cimentación inestable. La nave longitudinal se cubre con bóveda de cañón, compartimentada por dos esbeltos fajones de medio punto apeados sobre semicolumnas adosadas a pilastras prismáticas. Los capiteles de los arcos de la nave son de gran sencillez, limitándose a fórmulas vegetales que, en algunos casos, parecen inspirados en modelos corintios.

Interior (ábside)

El ábside principal, precedido de un marcado tramo recto, queda cubierto mediante bóveda de horno, articulándose el casquete semicircular al interior mediante dos registros en altura, separados por líneas de imposta horizontal: uno superior en el que abren los tres vanos, y otro inferior definido por una galería de arquillos ciegos de medio punto sobre columnas rematadas en capiteles figurados, fórmula que nos traslada claramente a modelos castellanos. La galería de cuatro arquillos ciegos del ábside (que también se ven en Cervatos y Elines), que incluso se proyecta en sus extremos por el tramo recto (otros cuatro arcos ciegos en el presbiterio), cuenta con un interesante repertorio iconográfico en sus capiteles, donde de nuevo llama la atención la omnipresencia tanto del león, como de las fórmulas vegetales avolutadas, apareciendo de manera aislada en las arcadas centrales escenografías figurativas antropomorfas en las que se adivinan guerreros en actitud de lucha. Arriba, una magnífica Deesis gótica del siglo XIV-XV.

Interior (cúpula)

Corona el crucero, dando mayor empaque si cabe al conjunto, un sólido y robusto cimborrio de planta cuadrangular, con ángulos achaflanados soportado por trompas, cuya estructura se manifiesta claramente al exterior. En los capiteles, águilas, leones y figuras humanas.

Capiteles (arco toral)

En los capiteles, águilas, leones y figuras humanas.

Capiteles

Capiteles ábside

Capiteles y absidiolo

Solamente queda el absidiolo del Evangelio

Retablo

Junto al absidiolo derecho, está el retablo mayor, de 1641, en madera tallada, de Hernando de Malla, trasladado desde el ábside central. Se ve la “Virgen de la manzana”, del siglo XIII (María nos dice que tiene cara de “pasiega”). Escenas de Santa Elena al encontrar la Vera Cruz, y del emperador Heraclio entrando en Jerusalén con la Santa Cruz. En la base del retablo, inscripciones en piedra “HAZAQuelloque quisieras AVerhechoquandomueras”

Nave Norte

Esta nave está cubierta con bóveda de cañón apuntada (probablemente con una finalidad funeraria para miembros de la nobleza, como los Socobio y los Ceballos). A su vez se edificó también un brazo perpendicular a ésta nueva nave norte, conocida como Capilla del Calvario. En estas dependencias hay varios arcosolios con sepulcros de los siglos XIII y XIV, especialmente el del abad Munio González, datado en 1331. Aquí se adivinan formas arquitectónicas (como las dobles columnas de fustes pareados finos) y escultóricas como los “crochets” cistercienses (decoración vegetal en forma de gancho) y animales de lejana pervivencia silense como arpías, centauros, etc.). Una de las columnas se adorna con un expresivo "gloutón", una cabeza de león que parece engullir el mismo fuste en el que se apoya. Esta figuración la encontramos en la iglesia románica de Rebolledo de la Torre (Páramos de Burgos).

Nave Norte y Capilla Neoclásica (lado Sur)

Donde estuvo el absidiolo de la Epístola, esta la capilla neoclásica de 1706, construida por el indiano Frómesta. También, la reliquia del “lignum crucis”.